Lucy ha estado jugando un tiempo conmigo. A veces lo hace conscienteme y otras es porque se descuida.
No me ha hecho grande de nuevo, me tiene pequeño en todo momento. Para que no me escape me puso en una pescera.
Allí me cuida y se asegura que no me escape. A veces me deja una de sus medias para entretenerme.
Es una locura. Desgraciadamente no todo es color de rosas.
Un día, ella estaba en el sofá viendo una película, mientras yo le daba masajes en sus pies.
Lucy recibió una llamada, parecía importante, así que se levantó y se acomodo para salir
Lucy: Casi me olvidó de ti...
Ella me tomo y me coloco dentro de un par de tenis casi nuevos.
Lucy: Estos los compré para que sean tu nuevo hogar!. Será mejor que te familiarices con ellos.
Lucy me metió dentro de uno de los tenis.
Mientras yo exploraba dentro, volvieron a llamar y Lucy se distrajo.
Afuera ella sonaba algo apurada, lo último que ví de ella fueron que sostenía unos documentos y se iba de la habitación con el celular en el hombro, por tantos papeles que ella llevaba.
Otra vez se había olvidado de mi, solo que no me llevaba en sus pies.
Pasó un rato y yo trataba de reconocer dentro del tenis el terreno, pero en un pequeño instante, pasó algo que no contaba.
???:Hola!? ¿Hay alguien allí?
Yo reconocía esa voz, era la voz de mi hermana Susy.
Susy: No hay nadie... Pensé que estarían en casa. Que lastima.
Mi hermana paseo por todo el cuarto y luego se sentó. Ella no sabía que estaba dentro de unos tenis, justo a lado de ella
Entonces Susy prendió la televisión y saco su celular. Yo mientras admiraba su gran figura. Era enorme.
No paso mucho para que Susy viera los tenis. Ella sintió curiosidad y solo los vio. No vio dentro, pero se veían bonitos.
Susy: No me voy a quedar con las ganas.
Entonces Susy se quitó sus tenis que traía puestos y entonces metió uno de sus pies en el tenis que estaba a lado mío.
Susy: Vaya, me queda bien... Creo que...
Entonces se quitó su otro tenis y lentamente metió su pie en dónde me encontraba yo.
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Entonces corri hasta la punta del tenis y quedé en la parte frontal.
Nada más entrar su pie de mi hermana, el olor cubrió todo el lugar.
Su media era blanca, pero ya tenía algo de suciedad. Tal vez por el uso. Se sentía algo húmeda pero el olor era terrible. No había olido algo así en mucho tiempo. Yo recordaba que cuando ella regresaba de la secundaria, siempre le olían sus pies y eso lo usaba para molestarme.
Nunca imaginé que estaría en los pies de mi propia hermana.
Entonces, Susy empezó a caminar para probar que tal le quedaban y le gustaron.
Susy: Cielos, se sienten bien. No había sentido algo tan cómodo en mucho tiempo. Acabo de correr y se siente un pequeño masaje... Que rico...
Era yo, yo estaba oliendo sus pies pegando mi cuerpo en ellos.
Susy se iba a quitar los tenis hasta que recibió un mensaje.
Susy: Lucy está en el parque... Bien.
Y entonces no se los quito, se los llevo sin saber que estaba en sus tenis.
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Susy: Voy a caminar, hoy no tomaré el taxi...
Luego de un largo trayecto, Susy llegó con mi novia, Lucy.
Estaban sentadas en el parque hablando. Era tan buena la conversación que no se había dado cuenta que traía sus tenis.
Susy: Y mi hermano?
Lucy: Está ocupado con unos... Pequeños trabajos...
Susy: Si, siempre ha sido así. Jaja...
Todo lo que podía oler era su calceta sudada. No había más. Era una locura.
Entonces Susy y Lucy empezaron a caminar y en la tarde fueron a casa.
Susy: Cielos estoy cansada... No debí correr y luego venir contigo.
Lucy: Jaja, descuida. A la próxima te traigo para acá.
Susy: Por cierto, déjame me cambio de tenis.
Lucy: ???
Susy: Me probé unos que habían aquí y se me olvidó quitarmelos.
Lucy: Enserio?
Susy se quitó los tenis.
Susy: Vaya, en verdad huelen mis pies... No sé lo digas a nadie.
Lucy: Des... Descuida.
Susy: Bueno, debo irme. Los visitaré más seguido. Ojalá mi hermano estuviera aquí.
Susy salió y entonces Lucy busco en los tenis mi presencia.
Lucy: Estás... Estás allí?
Yo estaba hasta el fondo. Estaba casi aplastado y algo mal de salud.
Lucy: Eso te pasa por no salir a tiempo. Pero estás bien... Y parece que le gustó a tu hermana tu trato... Me preguntó si podrías... ¿Por qué te pregunto?
Entonces Lucy me metió en el tenis y metió sus pies.
Lucy: Así... Se siente bien. Tus pequeños golpes... Creo que... Me voy a dormir...
Y se durmió mientras peleaba por salir. El lugar era igual de apestoso, con el pequeño problema que ella no traía sus calcetas. Su pie estaba sucio, sudado y oloroso...
