Memorias de un hombre roto

Soledad

Estoy yo solo en mi cuarto, en mi vida, en mi sueño. No veo a nadie desde hace mucho, no he sentido el calor de una persona desde que me fui de casa hace ya 30 años, cada vez estoy más agrietado, sucio y débil, siento que si nadie me ve, oye o toca en 1 mes desfallecere y me sumiré a la locura. Cada vez que lo pienso, la locura parece aun más bella, clara y buena. No es por mi culpa, ni tampoco creo que sea la vuestra, simplemente pienso que si no he sido capaz de soportar la soledad o no he sido capaz de encontrarme con la sociedad, es por un cumulo de factores que ni tu ni yo podemos cambiar, por más que queramos o por más que lo intentemos. Empiezo a creer firmemente que la soledad, tan fría y tan protectora, nos toca a individuos concretos, por algo genético o de sociedad. Pero creo que está viva, la soledad está viva. Como los insectos o los mamíferos, y que escoge a sus presas con condiciones que solo ella entiende, dejando a los otros que se sumiendose en la guerra y a nosotros en la oscuridad, dejándonos ciegos, para que no percibamos la guerra y la miseria. Empiezo a creer que es una Salvadora.