Un día en la casa búho.

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Como empezar una buena mañana. 

Para un humano comenzar un día en las isla hirvientes es un poco particular, criaturas extraña comida exótica la mano andante de, se podría decir madre adoptiva, una de las brujas más poderosas según ellas de las islas.

El cardio y un desayuno balanceado son importantes para comenzar un buen día.

—¡Lo tengo! — grito Ed corriendo por su vida.

— ¡Bien hecho chico! — grita la dama búho, desde su basto— ¡¡Solo un poco más muchacho!!! .

Con esas palabras Ed aceleró el paso, animado y con hambre no pensaba ser el desayuno de ningún demonio hoy.

Eda sonrió ese era su muchacho, orgullosa solo tenía que esperar hasta llegar al punto marcado. Solo unos metros y entre las males el rugido un bestia gigante un combinación entre un pollo gigante y lagarto, con ojos de cristal, este demonio se había acercado más de la cuenta.

— Vamos chico creo en ti — murmura.

Ed, mira atrás seguro, por fin el gallo dragón como lo bautizó lo había alcanzado, la bestia lo miraba fijamente gruñendo y rugiendo casi la voz decía como un diminuto ser como tú se atrevió a robar uno de mis huevos.

Eda, la doma búho sonrió solo unos metros más, con el sudor en su frente lanzó el hechizo de fuego a la rama que quema un cuerda, la trampa ya estaba en marcha,

Ed, el chatarrero sonrió al pasar la marca de reojo, sonrío todo salió según el plan, viendo cómo cada pieza polea se mueve a su alrededor, con un salto en el último momento antes que el pollo dragón llegará a él con su mordisco. Una pequeña explosión de gas, el sonido de cuerda levantándose, junto con el quejido del animal atrapado.

Dio como terminada la fusión y entre sus manos alzando como trofeo un huevo más grande que su cabeza, casi burlándose del gallo dragón que estaba suspendido en el aire por la enorme red que lo retenía.

—Misión finalizada— proclamó

— Bien hecho mucho — dijo la dama búho bajando del cielo — hay que desayunar ya es muy tarde...

— Pero esta vez yo cocino casi dominó el platillo ... — dijo el joven entregando el huevo a la mujer.

— No, No, NO, a un tengo el sabor de orugas en mi boca ... así que no — dijo acariciando la cabeza del joven del pelo oscuro.

— Ho vamos Eda ... Puedo hacerlo... Además Huti disfruta mi platillos...

Se intercambiaron miradas, mientras seguían su camino, de estas hablando en serio.

— Mal ejemplo, lo admito ok tu ganas... —

— Yo siempre gano.... pequeñín

Y así se comienza un día en las Islas hirvientes madre e hijo cazando las delicias de los demonios, de paso ganado algo de dinero por la captura de un criatura con el gallo dragón.  

Owl House, la vida de un humano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora