"Día número 34 en la isla hirvientes.
Tal vez pasó más tiempo de lo anotado en la libreta, pero aun así es un milagro que siga con vida hasta ahora, revisando viejas notas, puedo decir con certeza que lo que decía que los videojuegos no te enseñan nada, se puede ir muy a la ¡mierda!, si no fuera por ello ya estaría muerto o siendo la comida de un demonio.
Hoy fue un día tranquilo conseguir suficiente comida para un par de días, Costa negra estaba muy activo últimamente, los Guardias Real, esos cara de paloma estaba distraído para esta fecha según lo que recuerdo mayo son la temporada de caza de monstruos marinos.
Pagan bien si, pero no pienso arriesgar mi cuello por algunos caracoles.
La comida del festival, que se organizó si era rica MonsterPalooza que buen nombre"Ed sierra su libreta mirando a las estrellas a través de la claraboya, el agujero en el techo de su refugio. Dando un pequeño suspiro, aun con sus ideas plasmadas del día, seguía pensando la manera de volver algo que parecía cambiar en ninguno de los dos mundos era las puestas del sol un ciclo sin fin, poco a poco el sueño reclamó su lugar, ya era hora desde que rejuveneció su ciclo de sueño ha cambiado.
Hasta como un rata, comienza cerrar todas las entradas y salidas que hizo en la choza abandonada, seguro con restos de su vieja ropa se cubre en su cama improvisada.
La ideas no dejaron su mente en toda la noche, ¿me extrañará?, ¿seguro que me dieron por muerto?, ¿espero que bailaron sobre mi tumba? Pero sobre todo los demás pensamientos estaba un idea:
Debo devolver, Debo devolver, Debo devolver, Debo devolver, Debo devolver, Debo devolver Debo devolver.
Unas de las ventajas de vivir cerca un mar hirviente es que las noches cálidas el sueño es fácil de conciliar y difícil de dejar Ed se resiste a despertar cuando la luz del sol rosa su rostro, diciendo que ese el momento de levantarse que el día es bello lo más vellos que puede ser en el reino de los demonios.
Peleando sale de la cama, listo para comenzar otro día más en este pequeño infierno.
"Día 35 en la islas hirvientes no quiero salir de la cama"
A anota para luego exclamar.
— ¿Por qué no me das cinco minutos más sol?, ¿por qué? No ves que soy un joven en crecimiento. — dijo en lamento.
No hubo respuesta, solo el sonido de las olas golpeando la costa, quejándose se levanta para iniciar su día.
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Owl House, la vida de un humano.
HumorEstas son pequeñas historias, ideas para la historia más grandes algunas pueden estar como otras no De como un humano vive y sobrevive a las islas hirvientes.