Cuando te encuentre (adaptación brangie)

Capítulo 8

BRISA'S POV

Unos momentos después nos encontrábamos en una parte del lago que partencia a mi familia, donde un viejo y pequeño barco se encontraba. Me baje del auto seguida por Angie.

-Aquí vengo para estar sola. - le conté caminando por el pequeño muelle.

-Es una belleza. - dijo ella algo sorprendida por el lugar, se encontraba algo escondido y solo nosotras estábamos ahí, algo tarde ya.

-Mi papa creció con los barcos. Era veterinario y le encantaba pescar.- Angie caminaba a mi lado, dirigiéndonos a el bote.- Mi mama era maestra de música. Nada que ver, por lo que no lo soportaba.

Dije riendo, algo nostálgica al recordarlos.

-Nunca habías mencionado a tus papás. - dijo mirando al lago, con las manos en sus bolsillos.

-Murieron en un accidente de auto cuando aún éramos pequeñas.

-Lo siento, yo estaba...- dijo con pena.

-Es un comentario valido. - le sonreí para que se tranquilizara.

-Supongo que por eso Martina y yo éramos tan unidas. Tuvimos suerte de tener a la abuela.

Angie se apresuro a subir al bote primero que yo y me tendió su mano. Como dijo la abuela, muy caballerosa. Subí también, y aun que tomé su mano para apoyarme me balance un poco, así que puso sus manos en mi cintura. Me estremecí y nos miramos un momento, pero me sentí un poco nerviosa por la cercanía ahora así que mejor caminé a ese pequeño cuarto que tienen los botes de pesca para guardar todo.

-Papa nos llevaba a pescar todo el tiempo. – le seguí platicando, ella me siguió observando todo curiosa y yo prendí el foco de adentro para ver mejor.- Cuando nos enseño a manejar esta cosa, tendríamos unos seis y nueve años.

Busque entre los pequeños compartimentos. Y lo encontré.

-Ah.- alce una pequeña botella de vodka hacia ella que yo guardaba para cuando fuera sola ahí.- amo este barco.

Alzo las cejas divertida por la hazaña y salí con ella fuera del cuartito.

-Se que no parece mucho ahora.- tome un pequeño trago y le tendí la botella.- pero antes volaba.- me refería al barco.

-Deberíamos sacarlo alguna vez.- ella dio un pequeño trago también.- Tu me enseñas.

-No.- suspire decepcionada.- Ya ni siquiera puedo encenderlo.

-Que pena.

Nos quedamos un rato más hablando de banalidades y cosas al azar, tomando de la botella, riendo y fue increíble estar ahí de noche, con las estrellas a todo, el lago en silencio y ahora no era solo yo, estaba con ella.

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Una hora después, volvíamos, en mi auto, pues ella no tenía y yo la había recogido, así que ahora nos estacionábamos fuera de su casa. Aun que ella manejaba ahora.

-Creo que te ves aún más seria. - dije entre risas. Si bueno, creo que yo era la que más tragos le había dado aquella botella.

Angie me miro divertida.

-¿Segura que puedes conducir?- dijo.

-Estoy perfectamente sobria. - la mire ofendida. - Muchas gracias.

Me sonrió y se bajo del auto, la seguí afuera para cambiar al lugar de copiloto, pero pare frente al auto.

-Te das cuenta que tendríamos que repetirlo. - mire hacia el suelo. - Nunca me contaste un chiste.