Capítulo 4

255 36 0
                                    

ANGIE'S POV

Caminaba junto a Jax por aquel puente del lago que tenía que pasar para ir de mi casa a la estancia y viceversa. Siempre estaba solo y tranquilo, a excepción de aquella vez que vi a Brisa jugando con el los perros en el agua. Un sonido de lo que parecía un violín llego a mis oídos. Busque con mis ojos de donde provenía, no venía nada, ¿Dónde se podía esconder alguien aquí para tocar un violín?

Cuando camine unos pasos más y una casa del árbol se cruzo en mi visión, pude ver al pequeño Ben dentro tocando el violín solo, vaya que lo hacía bien.

-No está mal. - alce un poco la voz para hacerme presente, aun desde el puente, el aun no me había visto.

Paro de tocar y volteo hacia puente viéndome.

-Creí que nadie me estaba escuchando. - grito un poco para que lo escuchara. Le sonreí.

-Por suerte sí, me alegra haberlo hecho. - le dije.

Me miro con curiosidad y luego me sonrió, decidí dejarlo seguir en lo suyo y seguí caminando hacia el trabajo.

NARRADOR OMNISENTE

Brisa ayudaba a su abuela con las plantas que tenían en el porche de su casa, su abuela las regaba y cortaba para después pasárselas a Brisa y que las volviera a acomodar.

Una vez acomodo una de ellas Angie apareció en el campo de visión de Brisa, esta la miro con, el día de hoy llevaba sus típicos pantalones, pero solo una blusa algo suelta negra, "esos pantalones le quedan bien" Brisa pensó. Por alguna razón no podía dejar de verla.

Amanda tenia lista otra maceta para pasársela a su nieta, pero esta no parecía ponerle atención, la miro y siguió su mirada para ver que veía. Detrás de ella Angie caminaba junto a su perro camino a la estancia, era su hora de entrada. Volvió a mirar el rostro de Brisa y parecía perdida viendo a Angie. Amanda dio una sonrisa cómplice para ella misma, interesante lo que acaba de ver. La chica desapareció de sus vistas y Brisa volvió al mundo real, tomando la maceta que su abuela le pasaba.

ANGIE'S POV

La señora Martínez recogía a su perro, Selby, esa tarde, acompañada de su pequeño hijo, el cual parecía feliz de volver a verlo. Les entregue la correa y el niño se agacho a abrazarlo.

-Aquí esta. - mire al niño feliz. -Está feliz de verte,

- ¿Cómo se portó? - la señora me pregunto mientras el niño llevaba al su perro al auto.

-Muy bien. - le sonreí. – Los esperamos por aquí pronto.

-Gracias. -

-A usted. - la despedí y escuché a la señora Amanda llamarme.

-Angie, ¿sabes conducir? - dijo acercándose. - Bri salió con una amiga y no hay quien me lleve al ensayo del coro.

----------

Íbamos a mitad del camino, la señora Amanda me pidió llevarla en el auto que Brisa siempre manejaba.

-La mandona de mi nieta no me deja conducir desde...- me miro y reí escuchado como llamaba a Brisa. - Bueno, yo ni siquiera la llamaría "embolia", fue solo un susto. – 

La mire, al parecer su nieta la cuidaba mucho, pero yo la venia bien. Rio un poco,

-No me ha detenido para nada. - continuo.

-Eso lo puedo ver, señora. - asentí. Me miro con ternura.

- ¿Qué edad tienes, cariño? -

-Veinticuatro. – le respondí.

- ¿Cuántos viajes de combate? - parecía saber del tema.

-Tres. -

Hubo un pequeño silencio.

-Mi nieta, hermana de Brisa, no volvió de la segunda. - soltó con un suspiro.

Mi corazón se detuvo, ¿la hermana de Brisa estuvo en la guerra?

-Si. Ella te habría agradado. - trato de sonreír. - Eres muy similar a ella.

Trate de sonreírle. Mi mente no dejaba de pensar, juntando las piezas.

-Si uno vive lo suficiente, Angie, se pierde a suficiente gente como para aprender a apreciar los recuerdos que tienes. - dijo nostálgica. - Dejas de lamentar los que nunca llegaste a hacer.

Me volteo a ver, pero yo no podía mirarla a los ojos.

-Bri no ha vivido tanto como yo. - dijo. - Ella no es tan mala como parece.

-Ella no me parece mala. – dije cuando por fin la pude mirar. Elevo sus cejas con una mirada curiosa.

----------

Cuando regrese de dejar a la señora Amanda en su ensayo pude ver que la puerta de su casa estaba abierta, así que entre a dejar las llaves del auto justo donde me había dicho Amanda que hiciera. La casa estaba en completo silencio.

-¿Hola?.- dije, no quería asustar a nadie.

Le di un recorrido a la casa con la mirada, no quería irme y saber que la puerta estaba abierta y no había nadie. Esperaba que tal vez Brisa apareciera por ahí.

Camine adentrándome un poco, la verdad es que solo había conocido la cocina y el comedor cuando Amanda me invito un café, era bastante bonita, muy acogedora y de familia, grande definitivamente. Cuando me di cuenta estaba en un salón que tenía un piano de cola, café, cubierto con una manta, parecía que nadie lo había usado en un tiempo.

Toqué algunas teclas, recordé cuando de adolescente solía tocarlo, me encantaba la verdad. Me atreví a tocar unas notas mas que recordaba. 

-Bueno, gracias. Nos vemos, chicas. - escuché la voz de Brisa fuera, la observé bajarse de un auto donde vi a otras dos chicas.

Deje de tocar, baje la tapa del piano con cuidado y volví a ponerle la manta. No quería que Brisa me viera por ahí tocando sus cosas, de por si ya parecía caerle lo suficientemente mal.

Regrese a la estancia, recogí unas cosas, deje comida y agua para los perros y cerré, era mi hora de salida. 

Momentos después:

Volví a la casa para avisar que ya estaba todo cerrado y que me iba como a diario. Entre por la puerta de atrás que daba a la cocina. Me detuve un momento a observar la escena, con algo de música Brisa cocinaba algo y en momentos bailaba con Ben que a su lado la ayudaba. Me aclare la garganta.

-Adiós. - salude un poco con la mano. - Ya está todo cerrado.

Ben me miro y nos sonreímos.

-¿Te gusta esa canción?.- me pregunto amigablemente e inocente. Parecía estar invitándome a bailar con el.

-No Ben. Ben, estoy segura de que Angie ya tiene planes. - Brisa lo llamo aun con la música sonando.

-¿Tienes planes?.- preguntó acercándose a mi curioso.

-De hecho, no recuerdo la ultima vez que tuve un plan. - le dije divertida.

El niño empezó a bailar y me acerque haciendo unos pasos algo torpes, pero siguiéndole la corriente.

-A ver, ¿te sabes buenos pasos? - el pequeño se reía de mi.-

-¡Si!.- grito emocionado.

- ¿Si? Enséñamelos. - seguí jugando con el.

Lo alce un poco de los brazos haciendo que saltara, mire a Brisa que reía, pero cuando me vio observándola se hizo la seria. Después de eso el niño me invito a cenar con ellos, yo lo pensé, pero al ver a Brisa reírse hace unos momentos no me pareció tan mala idea. Además ¿Cómo le diría al niño que no?

---------


Cuando te encuentre (adaptación brangie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora