Lo llamé por su nombre pero Ouro no respondió. El Niño siguió caminando hasta pasar frente a mi y atravesarme como si fuese un fantasma, ¿no podía verme? Curioso, pero descubrir secretos misteriosos no era mi objetivo ahora, que de eso se encarguen los detectives.
Debía ir por Ouro, si es que podía seguir llamándole así. Por la lluvia el suelo estaba fangoso y los niños que salían de la escuela chapoteaban alegremente, otros simplemente querían volver ya a casa. Distrayéndome había perdido de vista a aquel chico y a Ouro, alcé el vuelo y salí del recinto de la pequeña escuela hasta llegar a un camino de tierra. Aparentemente la escuela se encontraba sobre una colina y si se seguía avanzando se llegaba a un pequeño pueblito, no sería muy difícil encontrarlos.
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[Nota: iré poniendo canciones que concuerdan con las escenas, recomiendo escucharlas.]
Vagaba como un fantasma bajo el sonido de las gotas de agua colapsar contra el suelo, era una sensación asfixiante al saber que no entendía como había llegado hasta allí y si podría regresar. Siempre me había quejado de la madriguera, de que los días eran iguales y teníamos pocas cosas que hacer pero en estas circunstancias lo prefería antes que estar aquí. Prefería tener fijada la seguridad de Ouro a estar en un lugar desconocido, ciertamente solo pensar en la idea me aterraba. ¿Quizás estaba sobre protegiéndolo demasiado? Pero era inevitable, parecía tan frágil... Era como si de un soplido pudiese romperse en miles de pedacitos.
En un determinado momento encontré tirado un periódico en el suelo, dejé de volar y lo leí para ver si me daba algo de información sobre cual era este sitio.
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"Boiratown"
Un nombre que a mi memoria le resultaba familiar por algún motivo, aunque seguía sin poder reconocer el lugar.
