The prince-❀binsung

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"por dios está jodidamente buenísimo." exclamó y susurró jeongin al ver al ya conocido heredero al trono de los Lee, se habían preparado como debían y a los pocos minutos ya estaban en la puerta del gran palacio de los Han esperando la llegada de los Lee. Donde jisung con manos sudorosas por los nervios vio con desconfianza y de manera desafiante al príncipe pero carajo... si que era un muchacho lindo. Era alto y de buen porte, sus ojos afilados le hacia acordar a un gato pero un gato feroz no uno tierno, sus hombros anchos y bien formados al igual que sus piernas, ya lo había estudiado de pies a cabeza en tan solo pocos segundos. 

"ni que lo digas... " murmuró el chico, acercándose junto a sus padres para dar la gran bienvenida, su mente estaba perdida, no sabia donde estaba ni que estaba haciendo, estaba perdido en si mismo hasta que extendió su mano hacia el príncipe mayor el cual fue besada con cautela, encontrándose con aquellos ojos intimidantes que le hicieron sentir demasiado pequeño. 

por otro lado y demasiado lejos se encontraba Seo, el jardinero cabe aclarar, que cortaba con sus propias manos las ramas secas que había juntado una por una, sintiendo fuego en su interior subiendo y bajando desde su pecho hasta su estomago, le hervía la sangre que aquel niñato tocara lo que deseara y que lo tuviera tan fácil sin una gota de esfuerzo, pero debía calmarse carajo si que debía calmarse... al fin y al cabo era un estúpido obrero. 

(...) 

su estomago se revolvía sin parar, estaba nervioso y eso le propinaba a no soltar una palabra. habían terminado de almorzar donde no pudo pasar ni siquiera más de tres bocados, no sabia por qué se sentía así, quería escapar de ese lugar hasta encontrar algún refugio... en algunos brazos que tan bien le habían tomado hasta hace pocas horas. 

"jisung hijo, porque no le haces un recorrido a minho en el palacio... podrían conocerse mejor" alzó las cejas su padre casi obligándolo con su mirada, se levantó sin decir una palabra asintiendo con sonrisa falsa ni mostrando sus dientes, su mirada se dirigió al pelicastaño que le miraba divertido, extendió su mano el cual fue tomada dirigiendo de ambos hacia los adentros del inmenso lugar.

"¿siempre eres así de callado?" murmuró el muchacho más alto una vez se adentraron al palacio y sus manos fueron soltadas. mirando con curiosidad al pelinegro que tardó varios segundos sin responder.

"lo soy cuando estoy con desconocidos..." habló suave mirando por primera vez cara a cara al más alto que soltó una leve sonrisa acompañado de una risa. el más pequeño hizo una mueca lo que simulaba ser una sonrisa, ambos siguieron caminando sin rumbo fijo. 

la mirada del menor giró hacia delante donde pudo encontrar a ese algo que sabia que iba a salvarlo, a ese algo que le pedía por favor que le ayudara a escapar, a ese hombre que le miraba con intensidad estando de brazos cruzados y la mirada en alto, juraría por dios que hasta había olvidado como caminar. su respiración se agitó al conectar miradas con Seo, cualquiera podría notar la tensión que en pocos segundos se había formado. 

"¿estas muy tenso, te encuentras bien?" escuchó a lo lejos mirando desconcertado al muchacho que con preocupación colocó sus manos sobre los hombros del pequeño dejando ambos de caminar. la mirada filosa de minho se perdió en unos ojos bien abiertos llenos de preocupación.

"si lo siento... es que estoy nervioso ya sabes, cortejarme con alguien que no conozco. no te ofendas por favor, pero la presión de mi padre me respira en la nuca y piensa que no estoy capacitado para reinar solo así que prefiere que alguien más lo haga a costilla de mi" soltó de repente, parecía una excusa pero no lo era, no mintió en ninguna de sus palabras logrando que la mirada del príncipe se suavizara y le abrazara de repente, pero la mirada de aquel pelinegro robusto se intensificó quemando el cuerpo del menor, podía sentirlo por supuesto que podía.