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Apenas llegaron al gran palacio, ambos obreros miraron con entusiasmo dentro del auto como si fuera la atracción más hermosa en un parque de diversiones. Los escoltas ayudaron al rubio hasta la sala de enfermería que poseía este acompañado de su amigo y por supuesto del príncipe, temblando casi por esperarse los retos de sus padres al tal acciones, aunque era injusto recibir regaños, porque vamos, era lo más ético que un ser humano debía hacer. Jisung apoyado en el umbral de la sala mirando con atención cada cosa que hacia el medico de guardia del lugar, apretando sus manos con fuerza por la ansiedad que sentía y la mezcla de emociones que causaba todo aquello, aunque su vista fue tapada por unos labios finos rosados frente suyo, alzando su vista topándose con aquellos ojos que le estuvieron siguiendo por largo rato. 

"quería agradecerle por lo que hizo, de veras estaré agradecido con usted" murmuró Changbin alejándose un poco del muchacho para dar una reverencia tal como su abuela le había enseñado, Han mirando embobado aquellas facciones y acciones, rió levemente acercándose al ajeno palmeando uno de sus hombros, sintiendo como el toque para ambos quemaba.

"no es nada en serio, tutéeme por favor" habló leve alzando su vista a los ojos oscuros pero brillosos del ajeno, donde por fin después de tanto su entrecejo se relajó al ver reír al pequeño príncipe. "me da gracia que me hagan reverencias lo siento" susurró tímido y algo sonrojado bajando ahora su vista y cabeza, que para el mayor, aquello fue lo más tierno que sus ojos hayan visto olvidándose por un momento de su amigo.

"eres un príncipe, aun no te has dado cuenta?" habló gracioso ahora con una sonrisa ladina en labios que luego fueron mordidos al tener nuevamente la atención del muchacho ojimieles, que claramente era hermoso y perfecto ante el mayor. 

"príncipe Han" fue llamado por el doctor interrumpiendo toda interacción de ambos. "el muchacho está estable, tan solo el golpe de calor, más las horas trabajadas supongo que sin descanso y sin ningún alimento digerido, fueron la causa de su desmayo, pero con una buena alimentación y descanso, mañana estará como nuevo." ambos chicos atentos a cada palabra del medico, que luego con una reverencia hacia el joven, se dirigió hacia las afueras permitiendo ver al rubio tumbado en la cama.

"esto es más cómodo que mi propia cama, puedo llevármela? usted debe tener bastantes, se lo ruego." un bulto en labios se mostró en el chico y ojitos de perro dirigidos al príncipe que, su forma de hablar y con tal confianza, parecían ya amigos de toda la vida. Causando risas por parte del menor y un gruñido por parte del pelinegro que se acercaba intimidante al muchacho pálido. 

"me encantaría que te la puedas llevar, pero suficiente hice que les traigan aquí y si hago eso, apuesto a que me quitaran del trono" intentó ser divertido en sus palabras pero las muecas ajenas hizo que le intimidara e incomodara un poco, los pelos de su nuca fueron parados al sentir el sonido de los tacones de su amada madre.

La mujer entró delicadamente con su vestido crema tallado a medida, decorado con flores simples y hermosas, cortando toda aura de comodidad entre los muchachos. El rubio y pelinegro se enderezaron y con una reverencia saludaron a la reina, que con una leve sonrisa se posicionó al lado de su hijo.

"espero que todo esté en orden muchachos" fue lo que la mujer dijo acercándose un poco a ellos, Jisung en silencio presenciaba aquella escena. "díganme jóvenes, cual es su trabajo en nuestro pueblo?" posicionándose al lado de estos mirándoles con atención, el joven príncipe frunció su seño algo confundido.

"trabajamos en la fabrica de producción de carbón" murmuró con respeto el pelinegro que había tomado la iniciativa en dirigirle la palabra a la reina que con atención asentía como si fuera algo sorpresivo para ella.

"y les gustaría trabajar aquí? en el palacio, trabajo obrero claro, ya saben todas las funciones de mantener en pie este prominente hogar, tendrían una mejor atención y regalías, si están interesados el Rey les espera para poder comenzar a trabajar hoy mismo." propuso con una leve sonrisa la mujer, alejándose de ellos y de su hijo el cual confundido le miraba, era su madre o un sustituto porque si es así, la nueva madre le encantaba. La mujer clavando su mirada grisácea en los ojimieles indicándole que luego iba a tener una charla con él, para luego por fin dejar el lugar. 

Dejando a tres jóvenes en silencio y una aura de incomodidad pero para nada estresante, ambos mayores se miraron entre si pensando que hacer, porque vamos, era una buena oferta e inesperada claro que si, no podían desaprovechar aquello y tendrían una mejor calidad de vida antes de que obrar en aquella calorienta cueva. También un buen beneficio para el pelinegro de ojos oscuros el cual estaría encantado de ver al príncipe cada mañana, que por una extraña razón, le estaba empezando a interesar tal chico.

"bueno supongo que no te vas a librar fácilmente de nosotros." habló el rubio divertido captando la atención del confundido príncipe que aquello dicho le causó gracia, asintiendo a sus palabras.

"puedo acompañarles al despacho de mi padre y allí hablaran con él y..." antes de finalizar su oración un mayordomo fue el que interrumpió aquello, indicando a los jóvenes que lo acompañaran en lugar del príncipe... cierto, él era un príncipe, no debía hacer eso. 

Se hizo a un lado para dejar pasar a ambos chicos que antes de irse le hicieron una reverencia al ojimiel causando una leve risita por parte de este, captando la atención completa del pelinegro alto guiñándole un ojo para luego ambos irse dejando al chico, que para nada tenia experiencia en ese tipo de cosas, causándole un insoportable traqueteo en su corazón. 

Caminando rápidamente a su habitación recostándose en su cama matrimonial que para su parecer era demasiado cómoda pero solitaria, enterrando su cabeza en la almohada pensando en que debería contarle todo esto a Jeongin, claro que si.

(...)

"que fue ese guiño eh? desde cuando tan coquetón tú." molestaba Christopher codeando el brazo de su amigo hablando en susurro molesto para no llamar la atención de nadie solo de su amigo el cual rodeaba sus ojos.

"ya cállate Christopher" girando su vista al alto techo del palacio que en cuanto el ajeno dejó de hablarle, aprovechó a empujarle largando una leve risa para seguir caminando, escuchando las quejas y pisadas rápidas del chico que claramente le devolvió su juego empujándole pero en movimiento leve. Causando tanto revuelto ellos dos ganándose una mala mirada por parte del viejo mayordomo dejando callados y quietos como estatuas a ambos jovenes.

The prince-❀binsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora