Leving This World Behind

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A el siempre le desagrado la humanidad en general, nunca se había sentido parte de aquel mundo en el que habitaba, jamás se había sentido conectado a aquellos que lo rodeaban, cuyos cuerpos eran semejantes al suyo pero cuyas almas eran inferiores comparada con la propia
-Los humanos son estúpidos....

Aquella tarde Leinad se había levantado sin ganas para ir a su empleo, era médico pero no había escogido dicha profesión porque le apasionara salvar vidas, por el contrario a través de dicho oficio había encontrado su forma de limpiar un poco el mundo aunque claro eso nadie lo sabía..... De haberlo sabido hubiese ido a prisión o algo peor; el joven se levantó metiéndose en la ducha, al salir comió algo y se puso la ropa y sobre esta su bata que lo identificaba como médico, peino un poco su desordenado cabello castaño rojizo y acto seguido partió hacia el hospital
La jornada de trabajo en la Sala de emergencias aquella noche fue tranquila.... Demasiado a decir verdad, a Leinad ya no le agobiaba el caos, ni las sirenas de las ambulancias ni tampoco los gritos desesperados de familiares o de sus colegas ordenando a su equipo de enfermeras darse prisa, no, lo que a el le agobiaba era ese silencio, esa paz y tranquilidad que a su perspectiva la mayoría del mundo no merece; lo único bueno de dicha situación es que podría retirarse a casa en cuanto terminara su turno y tal y como lo pensó así fue
Eran las 4 am cuando Leinad recorría su camino a casa, las calles eran obscuras y solitarias, en aquel instante el silencio no lo agobiaba como en su trabajo y eso era porque el disfrutaba de la obscuridad,la soledad y el silencio de la noche, es como si esas cosas fueran parte de el, la obscuridad y la sensación de sentir que por un momento se había quedado solo en el mundo, que nadie de aquellos que tanto detestaba existía ya y que ahora ese silencio era el recordatorio de aquello.... De que la paz era solo para el, que solo el la merecía; miro por un momento los cielos nocturnos contemplando en ellos las brillantes estrellas; las estrellas era algo que siempre le había fascinado observar, ellas junto con las galaxias y constelaciones eran lo que le recordaba que existían más cosas aparte de aquel asqueroso mundo que habitaba, mirar los cielos le daba esperanza, esperanza de que allá en el basto espacio exterior existía algo mucho mejor, algo que si era digno de existir; sus pensamientos le hacían recordar a su vez la razón de su odio por la humanidad, tan estúpidos y soberbios que no podían aceptar la existencia de algo más fuera de su patético mundo, tan imbéciles que se creían los dueños de todo y todos, tan insensibles e idiotas que creen que sus asquerosas vidas valen más que las de otros seres vivos solo porque ellos son humanos, Ja! Como si eso fuera un orgullo! El humano sin duda era el ser más estúpido y malévolo que cualquier planeta hubiera tenido la desgracia de albergar, la mayoría no saben hacer otra cosa que decir estupideces y provocar caos y miseria; Leinad sacudió ligeramente su cabeza tratando de alejar por un momento sus pensamientos dado que solo le provocaban ira y al menos quería estar tranquilo en su trayecto a casa; volvió a mirar los cielos pero esta vez algo había cambiado, miro como una de las estrellas parecía caer del firmamento, al principio no le dio importancia a aquello puesto que creyó que simplemente sería una estrella fugaz, sin embargo conforme el cuerpo celeste seguía cayendo este parecía ser más grande que cualquier "estrella fugaz" que hubiese visto caer antes, finalmente aquella estrella caída se estrelló a lo lejos en los bosques; el joven meditó por un momento en lo que acaba de ver y tomó la decisión de no volver a casa, no hasta que supiera que era aquello que había caído de los cielos
Después de un rato Leinad logró llegar hasta aquella alejada parte del bosque, no sabía que se encontraría pero lo único seguro es que jamás espero encontrase con aquella visión; lo que había caído del cielo no era una estrella, al menos no una estrella típica, en el fondo de un pequeño cráter generado por su impacto contra el suelo yacía una mujer, si, una mujer pero no era una mujer común; sus labios eran azules, su piel de un color gris azulado que parecía brillar tenuemente al igual que su cabello color índigo (una extraña variación del morado), en su cabeza llevaba una hermosa corona de forma extraña con una luna en el centro y esta también brillaba con un leve resplandor azul cielo, sus ropas eran de un color verde agua y por partes dejaban expuesta su piel; Leinad la contempló por instantes estupefacto ante lo que veía, no era que estuviera asustado o que no pudiera creer lo que pasaba sino que simplemente jamás creyó que uno de aquellos seres superiores existentes en algún lejano lugar del cosmos tuvieran interés en visitar un lugar tan bajo y horrendo como su planeta invadido de criaturas estúpidas que estaban terminado con las criaturas hermosas a quienes originalmente pertenecia aquel mundo; el se acercó más y ahí fue cuando pudo apreciarla mejor, parecía estar inconsiente y aunque no tenía heridas de gravedad si tenía algunos raspones y cortes que sangraban, una sangre cautivadora de un color plateado brillante como luz de luna; para Leinad era obvio que su llegada no había sido pacífica, Sería acaso que la habían obligado a venir en contra de su voluntad? De ser ese el caso, Porque? Esas preguntas pasaban por su mente pero igual tendría tiempo de obtener las respuestas, sin pensarlo ya más tomó a la chica inconsiente en sus brazos y la cubrió con su bata de médico, una mujer así llamaría la atención fácilmente y el no quería eso, estaba consiente de lo que harían con ella si llegaran a verla y el no iba a entregarla a los idiotas con quienes coexistía, ella no sería tratada como un entretenimiento para aquella bola de seres inferiores
Al llegar a casa Leinad trato las heridas de la joven con cuidado, por momentos ni siquiera sentia que fuera digno de tocarla, no con ese cuerpo humano en el que tanto detestaba estar; después de limpiar las heridas y venderlas para que no se infectaran simplemente se quedó despierto esperando a que ella despertara de igual modo y durante todo ese tiempo de espera en el cual contemplaba el rostro de aquella mujer solo una pregunta venía a su mente
-Quien eres?
Pasaron unas horas hasta que ella finalmente abrió los ojos y en cuanto lo vio se puso de pie con sorprendente agilidad encarandolo de frente sin mostrar temor alguno
-Quien eres?!
Pregunto ella mirándolo directo con sus hermosos ojos morados que parecían ser más brillantes que las mismísimas estrellas de las que había caído
-La pregunta es, Quien eres tú?
Respondió Leinad sin sentirse ni un poco intimidado por la presencia de la chica, más bien se sentía fascinado por ella
-Soy yo quien te hizo una pregunta humano así que responde!
-No soy un humano
Ella lo miro ahora algo confusa
-Ah no? Entonces este lugar no es la tierra o como yo la llamó el basurero del universo? Definitivamente tu pareces un humano
-Mi cuerpo lo es pero yo se que no pertenezco aquí..... Simplemente nunca me sentí parte de este mundo
La joven se apartó un poco de Leinad ahora mirándolo con algo de curiosidad
-De verdad..... Sientes eso?
-Si, desde que era un niño detesto a los demás en general, siempre los e visto como un montón de estúpidos
-Y alguna vez se lo dijiste a alguien?
Leinad sonrió irónico
-Si si lo hize..... Me dijeron que estoy loco, pero honestamente prefiero ser un "loco" que un idiota más del montón
Ahora la actitud de la joven había cambiado, simplemente se sento junto a el
-Sabes..... Me recuerdas a alguien a quien conocí.... Hace mucho mucho tiempo
-Supongo que quieres contarme la historia pero antes de eso me gustaría conocer tu nombre
Ella lo miro y le sonrió ligeramente
-Aleir
-Bueno Aleir ahora si quieres puedes contarme aquello que querías
-Lo haré pero creo que también debería conocer tu nombre
-Leinad
Respondió el
-Veras Leinad..... Yo vengo de un lugar lejano, un lugar que tu raza jamás a descubierto y se que jamás comprenderían...... Pero aún en ese lugar del que vengo hay conflictos; mi padre nos dejó a mi hermano y a mi encargados de tu planeta, de cuidar todo aquello que hay en el; yo intente cumplir con esa promesa, sin embargo en cuanto los humanos empezaron a arruinar el planeta quise destruirlos, mi hermano se opuso completamente y adoptó una postura tan irracional como la que tienen muchos aquí; trate de razonar con el y hacerle entender que si no acababamos con ellos ellos acabarían con todas las demás criaturas del planeta y que honestamente esas criaturas merecían la vida mucho más que la raza humana..... Pero el no quiso escucharme, me dijo que todas las criaturas de este mundo debían tener la misma oportunidad de subsistir, que no debíamos intervenir..... Estaba tan cegado que no se dio cuenta de los humanos le estaban quitando su oportunidad de subsistir a todas las demás especies porque no saben coexistir en paz y equilibrio, me llamó monstruo solo por querer sacrificar una raza para salvar a todas las demás
Leinad tomó la pequeña y delicada mano de Aleir mientras le preguntaba
Leinad: Es por eso que estas aquí? Tu hermano te expulso de tu hogar solo por pensar diferente y de hecho ser más razonable que el?
Aleir: Si
Respondió ella con tristeza en su voz
Leinad: Pues tu hermano es un estúpido, ya veo porque protege tanto a los humanos, después de todo son iguales
Aleir: Lo se; me hubiera gustado pedirle ayuda a mis demás hermanos o a mi padre pero llegar a sus moradas es complicado, el universo es peligroso hasta para alguien como yo, estaba sola hasta que..... Hasta que el se puso de mi lado
Leinad: El?
Aleir: Si, Recuerdas que te mencione que me recuerdas a alguien a quien conocí hace mucho tiempo? Bueno el era un guerrero, un dios que fue mi único apoyo, quizá no era tan poderoso como otros pero si era el más fuerte y determinado que e conocido; el sabía que yo tenía razón y se puso de mi lado no sólo para enfrentar a mi hermano sino que se me dio la oportunidad de conocer lo más hermoso que puede existir, el amor...... Te has enamorado alguna vez?
Leinad negó con su cabeza aunque en el fondo sentía que no era verdad, no porque hubiera amado a alguien en la vida que tenía ahora sino porque algo le decia que había tenido otra vida en la que si había amado a alguien de una manera profunda e infinita
-Es una lastima porque cuando encuentras a tu alma gemela simplemente te sientes mas vivo, completo y feliz que nunca...... El era mi alma gemela...... El dio su vida por mi.... Lo ví morir y después también me derrotaron a mi; Adriel me arrojó al espacio exterior creyendo que jamás podría volver, pero el se equivoca, se que a pasado mucho tiempo pero el mismo Cosmos sabe que mi hermano fue injusto conmigo y por eso no me dejó morir, ahora estoy aquí y voy a destruir a sus amados humanos no sólo porque es lo correcto sino porque el me arrebató una parte de mi
En ese momento Aleir comenzo a llorar aunque paro de hacerlo en cuanto sintió las manos de Leinad en sus mejillas secando sus lágrimas con ternura
-Entonces dejame ayudarte si? Se que quiza no pueda hacer mucho pero dejame acompañarte en esto
-Porque quieres ayudarme? Puedes morir en el intento, mi hermano no se va a quedar de brazos cruzados en cuanto sepa que estoy viva y vea lo que estoy haciendo
-No me importa tu hermano ni lo que pueda hacerme, lo importante es que hagas lo correcto y dejes este mundo atrás..... Ojalá ambos podamos hacerlo
Aquellas palabras hicieron que Aleir mirara a Leinad directo a los ojos esta vez prestando mucha atención en lo que había en ellos, los ojos son la ventana del alma y si ella lograba ver a través de esa ventana podría saber si el era quien creía que era, el tambien miro a través de los ojos de ella y por primera vez logró mirar el alma de alguien, más importante aun llegó a reconocer a quien estaba tras la ventana; una serie de recuerdos vinieron a su mente como si de una avalancha se tratase, recordó quien era en realidad, era un guerrero cuya voluntad había sido tan fuerte que aún después de morir y volver no olvido por completo quien era, más importante aún podía recordar a su alma gemela, a aquella diosa hermosa que juro amar siempre con toda su alma
-No te preocupes mi amor, te buscare en mi próxima vida, no tengas miedo porque dejaremos este mundo atrás
Esas fueron las últimas palabras que le dijo antes de ser asesinado por Adriel y ahora podía recordarlas a la perfección; Leinad entonces beso a Aleir y ella correspondió mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas
-Eres tú..... Mi amor yo
-Shhh, perdoname por no haber sido yo quien te buscara bonita pero el cosmos en su sabiduría infinita te trajo aquí conmigo y ahora que estamos juntos otra vez no volveré a dejar que pierdas esta batalla; tu harás lo correcto, cumpliras tu glorioso propósito y yo estaré contigo
Aleir abrazo a Leinad aferrándose a el como si fuese a desaparecer en cualquier momento
-No quiero perderte de nuevo..... No ahora que te encontré de nuevo, por favor Leinad no vuelvas a dejarme
-No lo haré, nunca voy a dejarte y si por alguna razón lo hiciera sabes que no importa cuando tarde voy a volver contigo, te volveré a encontrar
-No importa si tardas una eternidad, yo te esperaría siempre
Ambos volvieron a abrazarse y ya no había más que decir, ambos lo recordaban todo, ambos se lo habían dicho todo y ahora volverían a luchar uno al lado del otro para hacer lo correcto, no importaba quien los llamara monstruos ellos sabían que no lo eran, simplemente estaban salvando a quienes merecían ser salvados y castigando a quienes merecían ser castigados
La batalla fue dura y no no la batalla que libraron contra la humanidad ya que aquellos patéticos seres ni siquiera usando sus más avanzadas armas pudieron dañar a la diosa de cabello índigo y al guerrero divino que siempre luchaba a su lado; la verdadera batalla fue contra aquel que decidió luchar por la humanidad; Adriel era poderoso pero la voluntad de Leinad era más fuerte que su poder, nunca le perdonaría a su cuñado el haber lastimado a Aleir, nunca le perdonaría haberla hecho caer por el espacio durante 25 años luz y tampoco iba a perdonarle el haberle hecho vivir los peores 25 años de su vida atrapado en el cuerpo de un ser que detestaba con todas sus fuerzas; ahora que había recuperado su cuerpo original no iba a permitir que Adriel volviera a ganar, los ojos azul y naranja de Leinad brillaban con profunda ira hacia su rival mientras se enfrascaban en aquella lucha que ambos contendientes sabían que sería a muerte; ambos alistaron sus espaldas, corrieron el uno hacia el otro y cuando ambas armas chocaron ya no hubo nada más que un resplandor blanco y brillante que no dejó ver nada más.
Aquellos pequeños hermanos mellizos corrían por aquel bosque verde y frondoso sin sentir temor alguno de los animales que los rodeaban, ellos sabían que no les harían daño puesto que siempre los habían tratado con respeto y dignidad porque aunque por fuera eran diferentes sus vidas valían lo mismo; Leinad y Aleir contemplaban abrazados el inmenso paisaje verde que se extendía más allá de donde alcanzaba su vista
-Es muy hermoso
-Lo se, tan hermoso como tu; tenía que serlo porque eres tu quien lo reconstruyó
-Jamás lo hubiera logrado sin ti, tu eres quien me dio la fuerza para hacer lo correcto, gracias a ti ganamos la guerra y ahora gracias a ti soy feliz viviendo en este mundo hermoso..... El paraíso que tu y yo construimos para nuestros hijos
Leinad solo la abrazo más fuerte
-Me da tranquilidad saber que Niv y Ylime van a crecer felices y tranquilos, que jamás tendremos que preocuparnos de que algún idiota les envenene la mente
Aleir sonrió y respondió
-Si mi amor porque tu cumpliste tu promesa, dejamos aquel mundo atrás para construir uno nuevo, uno en el que todos coexistimos en paz y equilibrio
Ambos se miraron a los ojos y sonrieron para después desplegar sus hermosas alas y recorrer los cielos contemplando desde ellos el mundo al que dieron una segunda oportunidad

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