Se lo contó a Leo y Arantxa por la noche, cenando.
-Esta mañana casi atropello a un hombre- Suspiró-. Bueno, de hecho le he atropellado, aunque no ha sido nada. Iba muy despacio y el a salido entre dos coches asi que...
Sus hijos la miraron boquiabiertos.
-¿Y que has hecho? -Preguntó Leo.
-Nada.
-¿Cómo que nada?
-Estaba bien, no tenía ni un rasguño. Se ha portado de forma muy correcta, admitiendo que era tanto culpa suya como mía.
-Si ha salido de entre dos coches aparcados y invadido la calle la culpa es suya, no tuya -Mencionó Arantxa.
-Eso siempre depende. Si me buscara las cosquillas, con decir que iba más rápido de lo normal ya estaría liada. Los jueces siempre se ponen de parte de los peatones.
-Desde luego... -Leo le lanzó una mirada de resignación, como si su madre fuese la peor conductora del mundo.
-¿Cómo habéis quedado?- Preguntó Arantxa.
-Tan amigos.
-¿Le conocías o le habías visto por el pueblo?
-No. Sellama Lalo. Bueno, Eulalio.
-¿Cómo lo sabes?
-Le he dado mi nombre y mi teléfono, por si se encuentra mal.
-¡Mamá! -Protestó su hija.
-¿Qué querías que hiciera?
-¿Y si ahora se descuelga diciendo que tiene una herída interior, y que ha ido al hospital, y que le han dicho que se yo?
-¿Porqué eres siempre tan mal pensada? -Frunció el ceño Ana.
-Porque a veces parece que estés en la higuera, por eso -Siguió preocupada su hija.
-Mira, Arantxa, hay que decir siempre lo correcto, ¿De acuerdo?
-Lo correcto es darse la mano en ese momento y si no pasa nad, adios muy buenas, si te he visto no me acuerdo.
-¿Tú piensas igual? -Miró a su hijo.
-Ya que te has librado del primer pollo...
-Menuda educación debo de estaros dando -Movió la cabeza horizontalmente- ¿Habéis oído hablar de cosas como la conciencia, el respeto, la solidaridad, la responsabilidad? Ya sabéis, esas cosillas así como aparentemente tontas y inútiles.
-Cómo te quiten el carné de conducir vas a ver -Dijo Arantxa.
-Eso mismo me ha dicho él cuando no ha querido ir al dispensario de la Cruz Roja. Me ha dicho que si tomaban nota y había involucrado un coche, tendrían que dar parte.
-O sea que se ha levantado, ha sido maravilloso y encantador y se ha ido.
-Pues sí.
Su hija la miró aún más extrañada.
-¿Era joven? -Quiso saber.
-Treinta y pico.
-Oh.
-¿Oh, qué?
-No, nada. ¿Y guapo?
-Normal.
Se encontró con aquellos ojos grandes, inmensos luminosos. Los ojos de la vida reventando en plena recta final de la adolescencia. Arantxa era muy guapa, y extremadamente sensible. A veces demasiado. Su intuición la superaba.
No le gustó aquel silencio.
-Suéltalo.
-¿El qué?
-Arantxa... -Perdió la paciencia.
-Pensaba que si hubieras sido un hombre, o una señora de cincuenta años con las tetas caídas, no habría sido tan amable. Así que eso prueba el machismo de todos los tíos una vez más.
-Eres de lo que no hay -Soltó un bufido sarcástico su madre-. No me extraña que todos los chicos del pueblo huyan de ti.
-Esa panda de pringados... -Arantxa puso cara de asco-. La que huye de ellos soy yo, mamá.
Leo sonreía divertido.
-¿Y a ti que te pasa? -Le espetó su hermana mayor. El chico levantó ambas manos, como si le acabase de poner una pistola en el pecho.
-Yo, Suizo -Manifestó con socarronera burla.
-Olvidáos del tema -Ana se levantó para empezar a recoger la mesa-. ¿Habéis ido a buscar alguna peli al videoclub?
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La sonrisa del diablo
Mystery / ThrillerCuando Ana atropella a Lalo con su coche todavía no sabe que su vida cambiará por completo. Lalo aparece como una persona encantadora que arrastra un doloroso pasado de orfandad y fracasos amorosos. O eso dice... Su enorme atractivo seduce a Ana, un...