Capitulo I

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Una oscuridad grande y profunda que profanaba si alma, creía no tener esperanza, pensaba que ése era su destino y vivía con resignación, así que solo aceptaba consecuencias que no le correspondían, así era su vida; pero en medio de tanta vulnerabilidad siempre llega una pizca de fuerza, ese pequeño rayo de luz que te guía, bueno, para “Benjamín” esa metáfora fue más que simples palabras.  Aquella noche “Benjamín” había muerto, pero sin ser consciente del suceso, de ese acontecimiento extraordinario, él despertaba con una nueva luz , una más clara e intensa, una esperanza más y por sobre todo una nueva vida.
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Al otro lado de la ciudad, a esa misma hora del suicidio de “Benjamín”, una mujer daba a luz; gritaba con fuerza mientras su esposo sujetaba su mano y contenía el llanto, pues le era doloroso verla sufrir.

-Solo resiste cariño, pronto terminará.— le hablo el esposo.—


Las enfermeras miraban a la mujer al igual que ayudaban al doctor, con clara urgencia de ayudarle a terminar con el dolor del parto.
De pronto todo quedó en silencio, y en un instante un llanto hizo eco en el lugar.

-Es un varón.— dijo el doctor.—

La mujer sostuvo en brazos a su hijo.

-Es hermoso…y tan pequeño, parece ser demasiado frágil como una rosa.—Dijo el señor.— ¿Cómo se llamará?

-Parece un pequeño …Ángel…¿Qué te parece ése?—dijo la mujer—

-¿Ángel? …No puedo pensar en mi nombre mejor para nuestro hijo. —el señor sonrió ampliamente dejando un beso sobre la mejilla del bebé.—



En un segundo tu vida puede cambiar, puedes renacer. Así fue este inicio de una nueva vida, y en un futuro Ángel se daría cuenta de que él era “Benjamín” , un suceso Extraordinario que solo le podía ocurrir a él.

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Ángel, 5 años.

Un pequeño niño miraba el árbol frente suyo, las hojas caían debido al fuerte viento, era otoño y pronto aquel árbol dejaría de verse como lo hace ahora.  Su mirada era neutra además de inocente, era considerado un niño genio a los ojos de sus padres, ya que a tan corta edad sabía leer además de escribir, lo más sorprendente de todo era su léxico pues podías tener una conversación amena con él aún tratándose de un niño, pero a pesar de tal alto intelecto sus padres no dejaban de tratarlo como lo que era, un niño.

Claro está el porqué de sus habilidades cognitivas, pues a pesar de poseer tal apariencia de un pequeño niño que no a sido mancillado por la sociedad, el mentalmente era un chico de 20 años, que lamentablemente había vivido demasiadas cosas para su edad, y ahora lo que dejaba ver era su experiencia, claramente con moderación. E igualmente se adapto rápido al entorno, hace tan solo un año Ángel comenzó a tener sueños que se apoderaban de él cada noche, creyendo que solo eran pesadillas, pero mientras más soñaba, más se daba cuenta que no eran eso , sino recuerdos. Y para antes de cumplir los 5 años, Ángel había comprendido lo que estaba sucediendo, él había reencarnado.
Y estaba feliz, por tener esta oportunidad, pues a pesar de tener tal compresión de las cosas él realmente tomaba a las personas de alrededor como su familia, después de todo jamás hubo nadie que lo tratara bien como lo hacen sus padres, Esmeralda y Damián. Y su manera de verlas era inusual, claramente podía sentir el amor que le daban ellos, eran sus padres después de todo y el amor que sentía por ellos era real.
Esmeralda, su madre era dueña de una florería la más grande de la ciudad y era famosa por aquellos toques delicados que colocaba en cada mínimo arreglo floral, el cual consistía en un moño blanco pequeño y una tarjeta en la cual ponía su nombre al final junto con el de la florería. Ella amaba su trabajo y aún teniendo empleados que le ayudaban, ella siempre iba  a las 2 de la tarde a ayudar con las flores. Era una mujer dedicada a lo que amaba, pero amaba por encima de todo a su hijo, pues al punto de las 5 se iba a casa para poder cenar con su niño. Y no era la única que llegaba temprano a casa, sino su padre también.
Damián, era un hombre dedicado plenamente al trabajo o al menos poseía esa apariencia. Salía de casa a las 6 de la mañana y volvía a las 6 casa, y sus días libres eran los sábados, un día el cual dedicaba a su familia pues el resto de días llegaba con el propósito de solo estar con su pequeño hijo. Ambos padres eran apasionados tratándose de Ángel, pues entre ellos se acordó salir temprano del trabajo para poder gozar de los primeros años de crecimiento de su pequeño

Ángel mejor que nadie sabía lo que era tener que trabajar duro y mantener una familia, no contó con apoyo alguno pero bien sabía que el trabajar te consume las horas, como si el tiempo estuviera en tu contra, debido a eso le era sorprendente ver cómo siempre eran puntuales, y nunca hubo noche dónde no cenarán juntos como una verdadera familia. 

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-¿¡Pero no puedes hacer un trabajo bien?! ¡Solo mírate! ¡Tu único trabajo y lo has hecho mal Benjamín! —gritaba sujetándolo del cuello — ¡Limpiaras todo este desastre! … ¡Tienes suerte de que solo te lo descontare!

-Señor…yo le dije que me sentía mal… ¿Cómo puede quitarme dinero? Lo necesito, debo pagar el alquiler de mi casa…

-¿Y? … Tu rompiste esos vasos Benjamín ¿Quién me pagará sino eres tú?.

-Se lo pido, puede descontarme de mi próximo sueldo pero este mes no…favor. —se coloca de rodillas— se lo suplico.

-Vaya puedes ser incluso un pedazo de basura .—le suelta una patada en el rostro.— bien… me has tocado un poco el corazón con tus palabras…te descontare el próximo mes pero será el doble por los vasos …¡Ahora lárgate!

-No señor…no puede hacerme eso…señor —le toma de la pierna.—por favor.

-¡Carajo! ¡Suéltame! —se inclina comenzado a golpearlo en el rostro—¡Suéltame!

-¡Se lo suplico señor! …¡Señor!


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Señor! —de un golpe se sienta sobre la cama —

-¿¡Qué?! ¡¿Qué sucede ¡?—grita la mujer entrando a la habitación del pequeño Ángel.—

- Mamá…—le mira aún aturido por el sueño —

-Calma, todo fue un sueño, aquí estoy. —se acerca abrazarle tomando asiento junto suyo — ¿Qué soñaste pequeño? —acaricia su pequeña cabeza.—

-Algo horrible, prefiero no hablar de eso…fue horrible mamá…—la abraza de vuelta.—



Aquella noche Ángel durmió en brazos de su mamá, no podía dejar de pensar en aquel sueño, que se repetía en su cabeza como si de una tortura se tratará. Y conforme más lo volvía a repetir más cosas llegaban a su mente , y algo era claro, no era un sueño, sino un recuerdo.

Ángel comenzaba a retomar sus recuerdo, pero algunos eran bizarros, además de que a su corta edad se le dificultaba comprender algunos de estos, así que se le ocurrió la gran idea de anotar cada sueño en un diario, no todos los sueños sino los que para el eran relevantes, además de que parecían ser la mayoría una pesadilla.  Y de algo estaba seguro y era que mientras más creciera, más lograría comprender está realidad de qué no era su primera vida, eso era claro.
Y mientras más se profundizaba en sus recuerdos una cuestión daba vueltas en su mente, la cual era “¿Qué es lo que hice mal?”, Es evidente que hizo algo malo para tener que vivir una segunda, aún no entiende bien de que se trata pero se esforzará por no convertirse en una persona que tenga remordimientos ni arrepentimientos. Hacer lo correcto está vez sin cometer errores.


Segunda Oportunidad. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora