Mugiwara's flowers |One piece hanahaki|

Tulipán morado

Advertencia: Procedimiento analítico médico no confiable ni comprobado, no soy experta en la medicina.

Todo un día pasó desde esa conversación. Mentirían si dijeran que no les afectaron las palabras de Luffy, pero seguían viviendo y debían continuar su camino. Como en esos momentos que estaban luchando contra una tormenta. Las nubes oscuras lanzando rayos y el mar desbordando caos con sus olas alocadas. Todos se encontraban en sus posiciones, algunos mantenían algunos objetos en sus lugares para no perderlos en el agua. Otros en sus lugares estratégicos dependientes de su trabajo en el barco.

— ¡No hay una ola lo suficientemente grande para surfearla! — grita Jinbe desde el timón y manipulando sogas para controlar las velas en todo el movimiento que crea el océano.

— ¡Franky, ¿cuánto falta para el cups de bust?! — pregunta Nami agarrando unas cosas que estaban en la cubierta al momento que inició la tormenta.

— ¡Ya casi! ¡El tanque está casi- — Su oración se vio interrumpida cuando un arranque de tos lo invadió. Su garganta atorada, con una picazón arrasando desde la base de su garganta hasta la campanilla, lágrimas subieron a sus ojos. Ante el esfuerzo tuvo que agacharse hasta el suelo intentando recuperar el aliento.

— ¡¿Franky?! — Al estar todos muy ocupados y él estando en su posición dentro del barco, nadie se dio cuenta de lo que le ocurría, así que aprovechando eso, se levantó en medio de su ataque de tos y terminó su trabajo.

— ¡Y- Ya está!— Se tuvo que sujetar de la pared de la sala de maquinaria por el repentino movimiento del cup de bust.

"¿Acaso me trapiqué?"

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Las horas pasaron y después de salir de aquel lugar la paz reinó, un momento que no le gusta al capitán, puesto que lo encuentra muy aburrido.

—¡Usopp! — Luffy salió corriendo desde la cabeza del Sunny hasta donde cree que el de nariz larga estaría; la cocina. O tal vez era su estómago el que hablaba, pero en todo caso fue hasta ahí, pero solo estaba Sanji lavando los trastes que por la tormenta de antes no pudo terminar —Oe, Sanji, ¿sabes dónde está Usopp?

—En la cocina no está — respondió Sanji. Luffy hizo un mohín disgustado, de sentó en el comedor rascándose la cabeza intentando adivinar donde podría estar su compañero de travesuras. El silencio se instaló en el lugar y solo el ruido de los platos eran audibles. Sanji cortó el agua y contempló sus manos— Luffy...— empezó y le secundó el otro que elevó su vista para ver la cara volteada de su nakama—. Lo que dijiste antes en...

—¡Luffy! —Usopp entró al comedor jadeante y sonriente —. ¡Te escuché a la primera!

Sanji retomó su acción con una olla donde había preparado el estofado con un peso en el corazón.

Con sus brazos gomosos rodeó al recién llegado apresándolo empezó a salir de la habitación.

—Ah, Sanji, ¿me estabas diciendo algo?

—Ya no importa.

El ruidoso par salió contando sus planes para alguna locura y el otro lo animaba hasta cierto punto. La cocina volvió a su silencio, el rubio siguió con sus responsabilidades, cogió la escoba y la pala.