3. La de la mala suerte

24 3 0
                                    

No espera. Y si a nuestra historia le agregamos mi pequeño complejo de inferioridad, y mis incontables decepciones amorosas pues, la cosa se pone peor.  Me sentía tan mal cuando me contabas sobre tu novia, y reflexionaba acerca de mi actitud ante esto. ¿Debía de odiarla? No. ¿Debía sentir celos? No. ¿Debía sentirme mal? No. ¿Debía hacerme la fuerte? Tal vez. ¿Debía sentirme mal? No. ¿Debía dejarte en la zona de amigos? Esa era la opción más sana para mí.

Decidí pues convertirme en tu amiga, seguía doliéndome pero lo ocultaba con un emoticón sonriente, y con las palabras que había dicho en anteriores veces 'esta bien' eso era lo que te decía que estaba bien,  y así era, estaba bien que tu estuvieras bien, feliz, eso es el amor ¿no? sentir felicidad por el otro aunque tu no estés incluido en el marco de felicidad.  Me daba gusto ver que estabas bien, y entonces seguíamos con la rutina, hacernos preguntas bobas, hacerte reír, hacerme reír, acercarnos más cuando en realidad estuviéramos lejos. Y luego adiós.

Luego fueron los lapsos de confusión, EN MI, las frases equivocas tipo "ya no quiere ser mi amigo" llenaban mi mente, y no paraban y era cuando me volvía loca y tu decías seguramente "qué le pasa a esta chica" lo siento estoy un poco loca.  Entonces solo tu te reías, y me tardabas en responder sin saber que decir, hasta que decías "siempre estas enojada". No, no siempre, solo que entraba en pánico, perdía el control, y todo pasaba.

Con esto puedo resumir que creo que tuve gran culpa en que me dejaras de hablar... ¿Qué pasa conmigo? bueno ya no importa, creí que podríamos seguir platicando y siendo amigos (ahora si amigos) pero no. Lo veo muy difícil, debes de estar ocupado y yo también lo estoy. Por algo pasan las cosas.

Hola y adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora