Cuando el agua conoció a la tierra

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[Decepción]

[La más pura y fría decepción]

[Eso fue lo que me golpeó al ver que, de nuevo, mis esfuerzos habían sido en vano. Entiendo que para cualquier otra persona en Teyvat podría ser tomado aquello como una lección de vida, una enseñanza de que tenía que esforzarme más en crecer como escritor. No obstante, me lo tomé mal. Pero, claro, estando en medio de Liyue y teniendo la reputación que tengo a mis espaldas, no podía evidenciarlo. Así que tomé el manuscrito que habían vuelto a rechazar en otra de las editoriales de mi ciudad natal e hice una reverencia, con mi mejor sonrisa, antes de marcharme con mi incomprendida obra por las calles de aquella nación]

[Mi nombre es Xingqiu. Soy uno de los responsables del Gremio de Feiyun y también discípulo del Clan Guhua. Pero hay un título que todavía no he logrado que me reconozcan y es el de escritor. Confieso que fue un acto de rebeldía por mi parte, y, todo sea dicho, obra de mi propia testarudez, mas creí oportuno lanzarme y empezar a escribir palabras, no solo a leerlas. Por mis manos, a pesar de ser todavía adolescente, han pasado tantos libros que podrían llenar bibliotecas enteras. He disfrutado de temas diversos y pensé que tal vez había aprendido lo bastante de ellos como para crear un contenido que divirtiera a un puñado de lectores. En cambio, en los momentos de los que voy a hablar, estaba desesperado, pues me había quedado sin editoriales dispuestas a darme una oportunidad]

[No podía seguir dando excusas sobre mis visitas a tantos lugares sin despertar sospechas en mis familiares. Así que, por mucho que deteste admitirlo, temía encontrarme en un aprieto. No es como si tuviera la libertad de viajar por el mundo como para ofrecer mi relato a otros lugares y tampoco podía derivar mis ingresos a pagar a alguien para que lo haga]

-Hay que plantearlo de otra forma. [me dije mientras mis zapatos hacían ruido al pisar los adoquines]

[Puede que esta forma de pensar surgiera de las numerosas novelas de misterio que he leído con entusiasmo o quizás derivaba de las enseñanzas de artes marciales que animaban a no rendirse independientemente de la situación. Fuera como fuese, necesitaba darle la vuelta al asunto. Quizás con otro enfoque podría lograr llegar a donde quería. Tal vez un mero empujón bastara para salir de aquel figurado callejón sin salida]

[Cuando volví a casa una pequeña idea se me ocurrió]

[Tocaba rogarle a mi familia a ver si la posibilidad de embarcarme en un pequeño viaje bastaba para iluminar mi estado de ánimo. Una excusa para cambiar de aires puede que bastara para hacerme sentir mejor. De ahí que tras unas horas de la enésima negativa ante la posibilidad de publicar mi libro, se lo planteara a mis padres. Si Chongyun anduviera cerca en aquellos momentos, la excusa podría haber sido mi querido mejor amigo. No obstante, haberlo mandado días antes a exorcizar una casa abandonada ahora se me antojaba una mala idea, pues mi fiel compañero no estaba allí para cubrirme las espaldas. Así que tocaba usar mi labia y asegurar que mi deseo de partir súbitamente era solo parte de mi deseo de continuar el negocio familiar. Cosa que, todo sea dicho, no podía estar más lejos de la realidad. Pero, un héroe tiene que hacer lo que tiene que hacer. Las aventuras no llegan si uno no sale a buscarlas y tenía claro que encerrado en mi casa solo iba a lograr que me ahogara en mi propia miseria]

[El problema es que el hecho de convencer a mi padre suponía tener que sacrificar algo a cambio. En este caso, mi paciencia. La condición de mi partida no era otra que la de acompañar a mi incompetente hermano mayor. Al parecer tenía negocios que atender cerca de la nación de Mondstadt, en la Puerta de Piedra, al día siguiente de que yo expresara mis deseos. En cualquier otro momento, me habría negado poniendo mil excusas, pues ir con mi hermano suponía tener que hacer la mayor parte del trabajo yo. En cambio, esta vez me vi obligado a tragarme mi orgullo y lucir la mejor de mis sonrisas ante mi progenitor. Si aquello era lo que tenía que hacer para que el destino se apiadara de mí y me diera una oportunidad, que así fuera. Cualquier hecho, por mínimo que fuera, para mí era una bendición si lograba acercarme a mi objetivo. Habría hasta tragado puré de zanahorias de mi madre (que por suerte no hubo) aquel día si eso hubiera significado que me daban vía libre para rumiar acerca de cómo proceder con el asunto del libro]

Cristales en el ResplandorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora