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—Pero ¿qué mierda acabas de hacer Jáuregui?

Las manos en mi cabeza le dan una idea perfecta a Lauren que quizás lo que ha estado haciendo no es algo que debería hacer.

—Pero yo vi un tutorial en el yutu que decía que así se hacía— miro a la niña que alterna la mirada en ambas.

Observo en sus manos llenas de harina, su cabello en una coleta también lleno de harina, el delantal con manchas de mantequilla. Emma agita sus manos y yo aprieto el puente de mi nariz.

—Ami— la niña alza sus manos y puedo ver la mezcla en sus manos y como la acerca a su boca para comerla.

Lauren sonríe con miedo cuando la niña aplaude.

—El divorcio ahora es buena idea— me giro y camino hacia la habitación — ¡PROCURA LIMPIAR ESE DESASTRE!



— ¿Estas enojada?— la pregunta de Lauren es algo que si me esperaba. Estaba acostada leyendo un rato, no me giro a mirarla —Quería sorprenderte— asiento.

—Lo hiciste, en efecto— cierro el libro pero dejo mi debo en la parte que estaba leyendo.

—No pensé que el horno pudiera encenderse de esa manera y quemas las galletas de esa forma— la manera en que ella dice eso mientras se mete debajo de las sabanas me hace pensar ¿Realmente Lauren estudio turismo y sabe cocinar? ¿Eso no lo dan en esa carrera? Me siento perdida.

— ¿Cómo me enamore de ti?— le pregunto dejando el libro en la mesita de noche.

—Cuando te compre pollo, cuando le folle hasta el cansancio, cuando te bese en el auto, cuando regaste el agua en mi cabeza y la pizza en mi pantalón blanco de vestir. Cuando viajamos y le tuve que pagar mil dólares a la mujer para dejarme quedar en la misma...— el golpe que le impacte la hizo encogerse.

— ¡LO SABIA!— ella sonríe.

—Cuando te defendí en la playa, cuando le deje en claro a la doctora que eras mi esposa y por cada uno de los momentos impresionantemente agradables como sacarle su ropa interior de tu gran, suave y amasable trasero.

»Quizás con todo eso te enamoraste de mi— sonríe con suficiencia y niego recordándome mirando al techo. — ¿He acertado?— negué. —¿Cómo de que no?

—Me enamore de una mujer inalcanzable cuando me había pedido la orden de un plato y un vino tan exquisitamente caro y delicioso como quien lo ordeno—sonrió de lado mirando hacia ella —Me enamore de ti, cuando estabas sentada en la mesa 15.



*Nos volvemos a encontrar en esta dulce historiaque hará que tu corazón se sienta quemando como mil soles*

Señora 3era parte (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora