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Una hora, tenia una hora acostada en el sofá de su casa con la mirada perdida en el techo. Dudaba si mandarle un mensaje o ir directo a su casa, tal vez verse en algún lugar o solo salir a caminar.

Miro el reloj, su madre no llegaría más que dentro de tres horas mínimo.

Tomo su celular, fue directo al contacto de Hyunjin y justo antes de presionar el botón de llamar se detuvo, se quedo inmóvil.

— ¡Agh! — renegó dejando el celular aun lado y aplastando su cara contra un cojín qué se encontraba en el sofá pataleando con frustración.

No era para nada buena expresando disculpas, era demaciado orgullosa, lo que muchas veces causó problemas en sus relaciones sociales ya qué no se le daba muy bien el hablar con las personas.

Levanto su cabeza vagando con la mirada, después de unos instantes se levantó yendo directo a la cocina con su teléfono en mano.

Lo dejo frente a ella en la barra, mirando directamente el aparato mientras debatia mentalmente sobre qué decir o que hacer, era frustrante, era como si con la mirada le dijera al aparato que sonara, que llegara una notificación de el, una llamada, pero nada.

Fue hasta la alacena y saco una botella de alcohol, regreso frente a la barra y sin despegar la mirada del móvil dio un trago directamente de la botella haciendo una leve mueca. Miro unos segundos más el teléfono y dio otro trago tomando valor y agarrando el aparato para llamar el número al que anteriormente había entrado de una vez por todas y sin replicar.

Uno... dos tonos... nada... cuando creyó qué no contestaría se escucho su voz.

— ¿Hola?... —

Y colgó de inmediato con las mejillas de un fuerte color rojo y el corazón por salir de su pecho.

Es una estúpida.

Dejo el celular en la barra y dio unas vueltas tomando grandes tragos de la botella antes de escuchar el aparato sonar. Con miedo miro la pantalla, era Hyunjin. Dudo unos segundos y al final contesto.

¿Andy? ¿Qué paso? ¿Esta todo bien?

Su boca se articulaba lista para decir algo pero nada, no salía nada de ella.

— ¿Por qué no me respondes? ¿Quieres que vaya a tu casa?

El miedo la invadió al escuchar esas palabras.

Iré a tu casa, ¿si? Esperame, voy en camino...

Y antes que pudiera replicar o soltar sonido alguno, la llamada se corto. Miro unos momentos a la pantalla, dejo el teléfono aun lado y tomo un gran trago de la botella antes de haber analizado todo lo que dijo por completo.

— ¡Ahh! — grito con desespero y se agacho haciéndose bolita en el piso de la cocina escondiendo su rostro completamente ruborizado entre sus piernas.

Sintió algo de mareo, tallo su rostro con sus manos golpenado suavemente sus mejillas y se levantó, dio vueltas por toda su casa con nerviosismo, quería enviarle un mensaje, decirle que no llegara pero a la vez quería que ya estuviera ahí frente a ella. Fue hasta el sofa y arreglo un poco el lugra para que se viera decente.

Miro el reloj, habían pasado apenas cinco minutos y ella sentía que era una eternidad. Se hizo bolita en el sofá, con sus piernas pegadas a su pecho pero eso no la detuvo, la botella de hace un rato ya estaba semi vacía y aun así seguía dándole grandes tragos mientras esperaba el sonido del timbre.

Pasaron al rededor de cuatro minutos más y finalmente sonó el timbre le la puerta, Andy lanzó su cara hacia un cojín del sofá totalmente en pánico. Golpes en la puerta no tardaron es escucharse, Andy se levantó torpemente y fue hacia esta. La abrió con miedo dejando ver al alto y apuesto pelinegro el cual tenia una leve capa de sudor en la frente y jadeaba levemente, había corrido.

Red lights ;; Hwang Hyunjin [en proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora