Especial #1

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Diluc x Lumine x Thoma.

Es la primera vez que escribo esto así que por favor, paciencia y disfrutad. 😔

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Thoma conducía mientras fumaba con tranquilidad, y suspiró poniendo la radio.

Aún Lumine vivía con Diluc pero ella ya estaba haciendo las maletas para que así ellos dos lograran comprar un apartamento y pudieran vivir juntos.

Estaba nervioso.

Él había hecho varios tríos pero solamente con dos mujeres, nunca había un hombre junto a él.

Podría haberse negado, pero no podía negar estar una noche tocando y besando a Lumine.

Y le picaba la curiosidad, no iba a mentir.

Claramente Lumine sabía que si veía que Diluc recibía más atención que él, se enfadaría, pero a la vez, ¿cómo actuaba ella con él? ¿Lumine actuaba con Diluc de la misma manera que con él?

Maldita sea, tenía miedo de fastidiarla.

Su móvil vibró y lo agarró para mirar el mensaje, y sonrió al ver como Lumine le envió un selfie con su ropa interior.

Era imposible el dejarla ir cuando tenía una cara angelical y un cuerpo infernal.

Cuando salió de Mondstadt y fue por el carretera, tiró el cigarro y se echó un spray de menta en la boca.

Debía de impresionarla y debía de marcar territorio, ¡Diluc solo era un juguete!

Al llegar, salió y se acomodó su traje con nerviosismo. Diluc salió antes del trabajo que él y él ni siquiera se pudo duchar.

Se olió los sobacos y ladeó su cabeza, no olía tan mal por suerte.

Picó al timbre, e hizo una mueca de desagrado al ver al pelirrojo.

—Que conste que hago esto por Lumine.

—No me quejo teniéndote en la cama junto a Lumine.

Thoma hizo una cara de horror, y miró como Lumine corría y se tiraba a sus brazos.

—¡Thoma! ¡Te eché de menos!

—Literalmente nos vimos hace una hora.

Thoma la agarró en brazos y sonrió levemente dándole un beso en la cabeza, y alzó una ceja al ver la sonrisa de Diluc.

Ese tipejo estaba loco.

Se había fijado que Lumine solo llevaba una bata de estar por casa, así que ella había puesto las cosas fáciles para no desnudarla.

—¿Queréis agua o algo?

Preguntó Lumine dejando húmedos besos en el cuello de Thoma, y este solo cerró un ojo con vergüenza.

Lumine sabía que era su zona más sensible y Diluc lo estaba mirando como si fuera un trozo de carne.

¿Dónde mierda se había metido?

—Estoy bien, gracias.

—Pues llévame a la habitación.

Susurró ella en su oreja con una sonrisa, y claramente el rubio atendió esas órdenes.

Él subió las escaleras notando la mirada de Diluc en su nuca, y tragó duro de su garganta notando que aún Lumine le seguía besando.

—¿Soy yo o estás muy salvaje?

—Necesitada, diría yo.

—¿Cómo le contaremos esto a Sayu?

—Sayu no necesita saber lo que hacen sus padres.

Thoma, love me more [pt. 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora