Murphy [Snk] [Levi Ackerman]

[11] Visitantes

[851]

Comenzaba una nueva etapa a la cual sería muy difícil adaptarse, y más si se enfrentaban a lo desconocido. Desde que había visto aquella inmensa masa de agua, entendió que había mucho más allá afuera de lo que había imaginado, pero no era nada bueno, según Eren, los que estaban más allá del mar eran enemigos, y ellos estaban tachados como los malos.
Y vaya que tenía razón, pero para el capitán Levi, las personas del otro lado del océano sólo eran cabezas huecas sumidas en su propio egoísmo con un lavado de cerebro.
La primera vez que vio el primer buque llegar, entendió que el mocoso Jeager no estaba exagerando. Unos asquerosos soldados gritaban lanzando insultos sin siquiera conocerlos, tal vez lo que más lo molestó fue que lo tacharan de sucio y maloliente, cuando siempre procuraba su higiene.

- ¡Asquerosos demonios, suéltenme! ¡Sus manos están llenas de porquería, apestan a aliento de cerdo! - gritaba un soldado rubio desde que lo habían tomado como prisionero.

- "No me toques asqueroso súcubo, intentas tentarme pero tus manos están malditas"

- "Apártense, sus manos hacen que mi sangre sea impura"

- "Malditos demonios, mueran maldita sea, su existencia me provoca repugnancia".

Muchos insultos se escucharon en el aire, tanto que el capitán no lo soportó, ni siquiera había dormido bien y ahora tenía que escuchar a unos extranjeros que parecía faltarles un tornillo, lanzar insultos sin sentido.
Uno por uno, les dio su merecido dejándolos inconsciente.

- ¡Oye, espera Levi! - lo detuvo Hange antes de que el capitán golpeara al soldado de cabello rubio, quien mostraba valentía pero a la vez temblaba de miedo - Necesito uno que me pueda contar todo lo que sabe ¿se ve muy amable, cierto?.

El capitán miró de reojo al soldado quien apretaba los dientes tratando de contener su furia.

- Si tú lo dices - murmuró Levi dejando en paz al soldado - Termina tu interrogatorio rápido, yo estaré vigilando.

- Por supuesto - asintió la comandante para después tomar asiento frente al rubio - Dime soldado ¿cuál es tu nombre?.

- T-tú... no me dirijas la palabra mujer asquerosa - contestó el rubio mientras intentaba desatar sus manos.

- Si sigues forcejeando sólo te harás más daño - advirtió la comandante - Voy a repetirlo una vez más ¿cuál es tu nombre?.

El rubio miró de reojo al capitán quién se encontraba de brazos cruzados, vio a sus demás camaradas retorciéndose de dolor después de haber sido golpeados con fuerza por ese hombre de baja estatura.

- Nicolo... mi nombre es Nicolo - respondió el marleyano enojado.

- ¿Ves? No era tan difícil responder, tienes un bonito nombre, Ni-co-lo - sonrió Hange poniéndose de pie.