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- Esta es la última, corazón.- Harry sonrió al ver a su hija desempacando y se sentó sobre la cama abriendo la caja que traia para ayudar.

Comenzó a sacar algunos artículos escolares y los dejo uno por uno sobre los estantes designados.

La mudanza había sido difícil y muy cansadora. sobre todo al empacar las cosas de Dorothea. La muerte de su esposa había sido totalmente inesperada y ya de eso habían pasado dos largos años.

Pero no podía dejar de sentir su falta, por lo que entendía que para Darcy aquello fuera mucho más difícil.

Era joven y para una chica de su edad la figura materna era fundamental.

Él la amaba e intentaba hacer que cada proceso fuera lo más fácil posible pero no era su madre y no podía reemplazarla ni quietos hacerlo.

- ¿Estas emocionada? - Intentó entablar nuevamente una conversación pero la adolescente sólo se limitó a en encogerse de hombros.- Es una buena secundaria, y el señor Hart fue muy amable en dejar que estudiaras ahí como parte de los beneficios, estos dos años se van a pasar volando. La universidad es un paso enorme.

Nunca con su sueldo de profesor habría podido pagar una colegiatura en un lugar como London prívate academy que quedaba en una colina a dos horas alejado de la ciudad, claramente era una buena oportunidad para Darcy y para él.

- La casa es muy bonita.- Darcy comentó como si no le importara en realidad.

Aquella casa era exactamente igual a otras casi veinte que había en el lugar que eran utilizadas por otros maestros al interior del campus.

- Si.- Harry asintió, la casa cumplía con las comodidades de una familia pequeña como la de él.

Tenía dos habitaciones con baño privado, una sala de estar con una baño para visitas, cocina y comedor e incluso contaba con su propio despacho y un jardín cercado amplio donde su Golden retriver Jack descansaba cómodamente. Dorothea siempre soñaba con un jardín propio.

- Ire a ver si consigo hacer algo para cenar.- Harry se puso de pie rápidamente cuando la nostalgia lo invadió y sacudió la cabeza poniendo su mano sobre el cabezal de la puerta.

Suspiro un par de veces para voltearse a ver su hija.

- Mañana será un día genial. Para ambos.- Aseguró.

Les iba hacer bien comenzar denuevo en aquel lugar.

Ambos lo necesitaban.

⚜️

Hera sonrió al ver a su hermano y pensó que definitivamente era una criatura estupida pero que no podía dejar de amarlo como lo hacía.

Era el único en ese lugar que la podía hacer reír.

- Eres un estupido.- Soltó una carcajada cuando este le besó el dorso del pie para luego sujetarla de la pantorrilla y seguir besando su extremidad inferior.

- Pero eso no me impide ser la única persona que amas.- Le aseguró.- Asi que está bien seguir siendo un imbecil para mi.

- ¿Por que estás tan seguro? - Alzó una de sus perfiladas cejas y sonrió de lado.- Puede que comience a encariñarme con más gente.- Murmuro porque le encantaba ver al reacción de su rostro cuando decía algo así.

- No lo harías.- Jalo un poco de su pierna y la inmovilizó bajo su cuerpo de inmediato con el ceño fruncido.

- No me provoques.

- No te estoy provocando.- Sonrío ampliamente de manera un tanto pícara.- Pero tu no quieres ver a tu hermanito tras las rejas, porque tendría que verme en la obligación de deshacerme de cada uno de ellos. Y aunque se que te sientes caliente al verme enojado, yo me vuelvo loco solo con pensar en ti dando todo o un poco del amor que me pertenece a alguien más.- Se inclinó sobre su cuello y arrastró su lengua por su piel hasta el lóbulo de su oreja.- De tan solo pensarlo me dan ganas de follarte tan duro que pensaras en mi cada vez que aprietes tus piernas y se te van a borrar todas esas estupidas ideas.

- Zeus.- Hera jadeó su nombre al sentir la erección de su hermano de sangre sobre su vientre.- Voy a llegar tarde, y tu también lo harás.

- Me importa una mierda.- hizo las mantas a un lado y mordió su labio al ver el cuerpo desnudo que tanto lo enloquecía.

Aún habían rastros sobre ella de lo sucedido la noche anterior.

Le encantaba ver su rastro sobre ella.

- Pero tu sabes que yo odio llegar tarde.- Puso un pie sobre su pecho y lo empujo tomando las mantas para envolver su cuerpo.

El sexo con Zeus era maravilloso pero un pésimo distractor en las mañana.

- Hera...- Este se quejó al ver que se podía de pie dispuesta a irse.- ¿Me vas a dejar así? - Apuntó su miembro totalmente duro apuntando hacia su dirección.- Vamos.- Intentó persuadirla sabiendo que era en vano tomándolo de la base para comenzar a acariciar lo.

- Vamos, vete a tu habitación y toma una ducha.- Le sonrió cálida jadeando al ver lo que este intentaba hacer.- Te compensare luego, lo prometo.

- Bien.- Zeus totalmente resignado se puso de pie y buscó su ropa interior con la mirada para ponérsela de claramente muy mala gana.

- No pongas esa cara.

- Si no quisieras que ponga esta cara me hubieras hecho una mamada al menos.-Acomodó su miembro duró en su bóxer y ser acercó a ella para dejar un beso en sus labios.- Sabes que no esto es doloroso para un hombre.

- Sufres porque quieres sufrir.- Rio.- Apresúrate para que desayunemos juntos.

- Bien.- Rodó los ojos y abrió la puerta mirando a ambos lados antes de salir.

A esa hora aún no andaba nadie por la residencia Hart, los sirvientes de la familia aún tenían una media hora antes de que comenzar a deambular.

Hera vio como Zeus desaparecía por el pasillo y cerró la puerta a su espalda.

Odiaba ese momento en el que volvía a estar sola, pero más odiaba la sensación de pesar al pensar que alguien los podría describir algún día.

No lo iban a entender. Nadie más que ellos podían entender sus sentimientos por el otro.

Eran hermanos, tenían el mismo padre en común pero madres totalmente distintas.

En Suecia era totalmente legal para ellos casarse.

Quizás debían mudarse a Suecia, río pensando en lo estupido que era aquel pensamiento.

HERA. [H.S. MATURE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora