HERA. [H.S. MATURE]

4

Hera apretó los ojos y aguantó la respiración.

No se movió, ni dijo nada, solo se quedó en su lugar intentando bloquear los sonidos de fondo.

Podía oír a la chica gritar y la respiración agitada de Zeus, apretó los labios y se dio cuenta que estaba llorando, y que no podía detener las lágrimas que caían sobre sus labios salándolos.

No supo a ciencia cierta cuánto tiempo estuvo así, pero no abrió los ojos hasta que oyó suavemente como alguien decía su nombre.

Abrió los ojos temblorosa y soltó un sollozo al ver a Zeus cubierto de sangre.

- Hera.- Este volvió a decir su nombre al ver como el cuerpo de ella se espasmaba debido a las emociones.- Ya esta, tranquila.

- Que hiciste? - Soltó un fuerte sollozo.-  Dios, Zeus ¿Que es lo que hiciste?

-Nos protegí.- Este murmuro como si fuera bastante obvio.- Venga, deja de llorar.- Soltó el cuello de la botella haciendo que este se rompiera en mas partes de lo que ya estaba roto.- Vamos a casa.

- No van a encarcelar.- Susurró.- Dios... Matamos a la chica.

- Hera. Nadie va en encarcelarme, a ti tampoco. Tu no haz hecho nada.

Ese era el problema, no había hecho nada incluso para intentar detenerlo. Solo se había quedado quieta esperando que todo acabara rápido.

Se sentó sobre el sofá modesto y respiro profundo varias veces por varios minutos intentando dejar de llorar.

Necesita pensar y llorar o las emociones que sentía en ese momento no la iban a ayudar.

Y tenía que pensar lo más rápido posible.

- Hay que limpiar.- Cuando estuvo con la cabeza más despejada y tranquila hablo secando sus lágrimas.- Y tu necesitas cambiarte de ropa.- Se quito la que traía dejándola alejada de la sangre sobre el sofá.

- Esta bien.- Zeus tan dócil como un cachorro asintió de inmediato.- ¿Por que empezamos?

- Hay que recoger cada pedazo de la botella.- Se puso de pie y tomó el tacho de basura que estaba junto al escritorio.- Que no quede ninguno.

Zeus asintió y ambos comenzaron a limpiar el lugar lo más rápido posible, necesitaba cambiarse de ropa y ambos volver a la fiesta, sabía que la había cagado en grande pero solo lo sentía por Hera, sabía que había puesto un gran peso sobre sus hombros.

Pero había hecho lo que tenía que hacer para salvar su relación.

Y no se arrepentía de eso.

- Todo va a estar bien, lo prometo.- Aseguró cuando vio como Hera comenzaba a limpiar con sus manos temblorosas.

- Esta bien, lo sé.- Esta asintió sin más, sin mirarlo.

No podía hacerlo.

El problema de Zeus era que se creía inmortal y poderoso, pero Hera estaba segura que algún día ese poder e inmortalidad que él pensaba poseer lo iba a alcanzar  y como castigo divino los iba a devorar a ambos.

Harry terminó su copa de vino y sonrió cortes hacía sus colegas, se sentía muy bienvenido por sus pares de momento, todos le comentaban el funcionamiento del lugar y los cuidados especiales que debía tener.

Los chiquillos no daban muchos problemas o así ellos decían, pero cuando lo hacían pensaban que con el dinero podían devorar el mundo y era responsabilidad de los docentes evitar que eso sucediera.

La carga académica era pesada para chiquillos de su edad pero muchos de ellos se interesaban en los estudios y los negocios en etapas tempranas de sus vidas debido a la herencia y educación que les impartían sus padres en casa por aquello la academia manejaba un favorable ranking de estudiantes exitosos una vez graduados.

Vio a su nuevo jefe acercarse a donde estaba él con una copa de vino en su mano y una sonrisa amistosa.

Aquel hombre entabló una conversación amena con él y el tiempo se le paso realmente volando.

Hera lavó sus manos en repetidas ocasiones viendo de reojo como Zeus limpiaba su rostro.

En el pequeño baño del despacho ambos se mantenían en un incómodo y tenso silencio, Zeus aún llevaba la camisa manchada con sangre y sus pantalones eran de color negro por lo cual a simple vista parecían limpios.

- Tienes que cambiarte la camisa.- Comento.

- Tengo una en la maleta del auto.

- Iré por ella.- Ya con las manos limpias se volvió a poner el vestido y salió de ahí rápidamente.

Su vientre se apretaba como si quisiera vomitar.

Zeus se sentó sobre la tapa del retrete y suspiro.

Estaba comenzando a pensar que la carga sobre Hera iba a ser demasiada y que tarde o temprano ella comenzaría a sentirse sobrepasada por lo cual si las cosas se salían de control ella hablaría.

Miró su reloj y luego vio por la puerta hasta donde estaba el cuerpo de la chica.

Se le hacía extraño que no podía llegar a sentir algo al verla.

                                            ⚜️

Zeus acomodó el cuello de su camisa y vio a su hermana temblar mientras que caminaba a su lado.

- Parece que quisieras llorar.- Murmuro suavemente.- La gente va a notar qué pasó algo.

- Pasó algo, Zeus.- Lo miró de mala gana.- Y creo que estoy actuando de la mejor manera posible.

- Pues deberías intentarlo mejor.

Ya se acercaban al salón donde se estaba realizando la fiesta.

- Al menos unos minutos hasta que nos vayamos de aquí.

- Disculpa que no me tome tan natural lo que acaba de suceder.- Gruño alejándose de él para entrar al salón.

- No te estoy pidiendo que te lo tomes como si nada hubiera pasado.- Aceleró su paso y la tomo de la muñeca jalando de ella.- Solo te estoy pidiendo.- Se acercó a su oreja suavemente.- Que pongas esa bonita sonrisa que tienes y actúes como lo sueles hacer en estos eventos, carismática, elegante y divertida ¿Esta bien?

- Esta bien.- Hera asintió sin más y dibujó en su rostro una diplomática sonrisa.

Solo iban a ser unos minutos.

Entro al salón sintiendo los pasos de su hermano mayor muy de cerca y busco a su padre con la mirada.

Este se encontraba al otro extremo hablando con un grupo de profesores animadamente.

Crave vio a sus hijos acercarse y dejó la conversación de lado enfocando su conversación en ellos.

Hace un par de horas no los veía y estaba curioso de saber dónde se habían metido.

- Papá.- Hera fue la primera en hablar pero su voz se vio opacado de inmediato.

- Hera se siente mal.- Zeus espetó bruscamente pasando su brazo por el hombro de la recién nombrada.- Nos vamos a casa.

Harry pensó que el muchacho había sido un tanto brusco al hablar con su padre, este claramente no estaba esperando un autorización, solo le estaba poniendo sobre aviso. Por otro lado Crave frunció el ceño y se sintió curioso por saber el porqué su hijo iba con otra ropa.

Estaba seguro de cuando habían salido de casa él llevaba una camisa de color blanco.

- ¿Estas bien cariño? - Miro a su hija y sacudió aquellos pensamientos que eran irrelevantes.

- Si, solo tengo jaqueca.- Hera apretó los labios y le dio una sonrisa tranquilizadora a su padre.- Es mejor que vaya a casa y descanse. Zeus me va a llevar.

- Claro. Vayan con cuidado.

Zeus no espero ni dio una respuesta más y se llevó a Hera rápidamente apretando su agarre sobre su hombro.

- Zeus, me estás lastimando.

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