HERA. [H.S. MATURE]

3

- No sabes lo caliente que estoy.- Zeus jadeo sintiendo su miembro duro apretarse contra su brageta.

La fiesta de bienvenida había comenzado hace una hora y su padre luego de haber hecho una ronda para saludar a todos en el lugar los había dejado libre y ambos no habían desaprovechado la oportunidad para desaparecer del tumulto de gente no sin antes robar una botella de espumante.

- Esto es excitante.- Hera río, habían intentado entrar a la oficina de su padre pero esta se encontraba cerrada así que se habían trasladado a la única que se encontraba abierta.- Me encanta.- Vio como Zeus abría la botella para darle un sorbo y luego ofrecérsela.

- A mi también me encanta.- Abrió los primeros botones de su camisa y alzó sus mangas sobre sus codos y la alzó silenciando un chillido con sus labios que ahora sabían a alcohol.- Pero más me encantas tu.- La dejó sobre el escritorio y se puso entre sus piernas acariciandola.- Mi gatita es una peleadora pero totalmente obediente.- Murmuro al comprobar qué tal y como le había dicho no traía bragas.

- No es que sea obediente.- Jadeo al sentir como sus grandes dedos la tocaban íntimamente dejando la botella a un lado.- Solo... solo quería ahorrar tiempo.

Bajo sus manos y quito el botón del pantalón de Zeus y luego bajo su bragueta liberando su miembro.

- No traigo un condon. - Susurró sobre sus labios guiando su miembro hacia su caliente y húmeda entrada.

Sabía que ella se tomaba aquella pastilla que servía para planificar, pero esta se quejaba siempre que se venía en su interior.

- Solo hazlo afuera.- Gimió cuando lo sintió invadirla suavemente.- Mierda.- Arqueo su cabeza hacía atrás cuando comenzó con los vaivenes.

Se sentía casi como si se estuviera elevando, era una tortura cuando la follaba tan lento. Lo podía sentir en cada estocada centímetro por centímetro.

Era un viaje gratis al paraíso pero también un ticket directo al infierno.

Pero de todos modos era el único lugar que les esperaba, y si iban a pasar la eternidad en aquel lugar solo tenían que hacer que valiera la pena.

E iban a disfrutar cada uno de sus pecados.

⚜️

Darcy había perdido a su padre y se encontraba sola e incomoda, este se había alejado cuando unos hombres de su edad se acercaron para hablar con su padre, y como no había querido ser una piedra de tope para él no le había dado importancia, así que cuando esté la había volteado a ver solo se había limitado a sonreír y decirle que no se preocupara, que ella mientras tanto iría por algo para beber.

Pero de eso había pasado una hora y quería ir a casa, todos parecían muy herméticos en sus grupos de amigos que no había espacio para ella.

Se sentía como una nueva especie invasora que todos tarde o temprano iban a repudiar.

Solo tenía que esperar.

Suspiro y decidió ir en busca de su padre, ya estaba hastiada del ruido y su cabeza había comenzado a doler y no cargaba ninguno de los analgésicos que le habían recetado.

Dio una vuelta por todo el salón pero no se encontraba ahí, y se estaba comenzando a inquietar.

No había tenido una crisis de pánico desde el funeral de su madre y estaba sintiendo aquella sensación que hacía su cuerpo temblar con anticipación.

Salió del salón y se cargó sobre la pared intentando respirar con fuerza.

Su pecho también se estaba cerrando.