Me encuentro aburrida en mi cuarto y no se que hacer pienso pero no se me ocurre nada, cuando estoy apunto de darme por rendida me viene una idea ir a la feria con angie, no parece una mala idea me levanto lo más rápido que puedo para agarrar mis pertenencias entre ellas mi celular celular para llamarla. Ella contesta y acepta la idea que he tenido y hemos quedado en mi casa para irnos juntas
-Estas segura de esto, hay que pensar bien las cosas- dice Angie con miedo en su mirada.
-claro que estoy segura y no hay que pensar las cosas dos veces -digo hagarrandome bien de la barandilla de seguridad.
-ya me quiero bajar ya me arrepentí por favor bajemos y subamos a otra.
-pero si todavía no a comenzado- le digo con una sonrisa en los labios Angie es un poco miedosa en este aspecto y bueno yo no me quedo atrás, solo es la Montaña Rusa nada más.
Comienza el juego al principio todo es tranquilo, pero cuando se acerca el momento de bajar, gritamos como si nuestra vida dependiera de ello; al poco tiempo nos bajamos por que ya había terminado.
- prometo no subirme más -dije cuando me baje, pero sentía mi cuerpo temblar.
- yo no se por que te hago caso a ti - me dice Angie con unas lagrimas en los ojos .
Nos sentamos un rato para que ella se calmara, poco a poco ella se tranquilizo y para que se sintiera mejor la invite a un helado, llegamos a puesto y pedimos dos de chocolate. Llegamos a una banca y nos sentamos a comerlos.
-y si nos subimos en otros juegos mecánicos, por ejemplo- se pone una mano el boca pensando- en los caballitos que dices.
-tienes una buena idea- le digo a mi amiga y al mismo tiempo le giño el ojo- pero te recuerdo que no nos dejarán subir.
Estuvimos toda la tarde mirando en que juegos nos podíamos subir y al final decidimos entrar a la casa del terror. Cuando salimos fuimos a comprar un algodón de azúcar en el momento que estábamos esperando el algodón de azúcar me doy cuenta que Angie esta observando muy detenidamente mi muñeca.
- que lindo brazalete.
Me quedo paralizada, hace ya 3 semanas que lo tengo conmigo -gracias digo con una risa nerviosa.
-donde lo compraste.
-ya lo tenia lo único que no me la ponía seguido.
Se hace de noche y regreso a casa, hoy fue un día un poco agotador aunque no lo crean, pero en casa no hay nadie me encuentro sola y lo único que hago es ir hasta mi habitación para dormir por que mañana tengo que ir a estudiar lo único que pienso es ¿en que estará haciendo?.
Me levanto temprano por que si no lo hago llegare tarde y no quiero que eso suceda por que los que llegan tarde tienen castigo.
-buenos días jóvenes -dice la directora entrando al salón -por motivos de salud su maestro este día no se presentara; así que pueden retirarse a sus casas.
-gracias Dios.
-te miras feliz–me dice Rebeca cuando salimos del salón.
-claro que lo estoy-digo con una gran sonrisa.
-me dirás el motivo del ¿porque?.
-eres muy curiosa ¿verdad?.
-bueno no me digas nada, dice con el seño fruncido ¡te puedo acompañar de regreso a casa!
-claro-digo al tiempo que comienzo a caminar a la salida del salón para retirarme he irme a casa - ¿que harás en la tarde?
- creo que estudiare
- que aburrida eres mejor vamos al parque.
-esta bien vamos.
Hemos llegado a la parada de autobuses pero en vez de irnos en uno preferimos caminar hasta llegar aun parque cercano, a lo lejos miró al dueño del brazalete lo primero que hago es esconderme detras de un arbol para que no me mirara pero falle el ya me habia visto y no me di cuenta pero ya estaba a unos pasos de mi y lo primero que hizo fue mirar mi muñeca y no se mira alegre, esta enojado se habia dado cuenta que yo tenía su brazalete.
- disculpa quien es el chico que se mira que está enfadado
- es un chico que conocí en un puente– se lo digo un poco nerviosa por lo que pueda pasar en estos momentos.
- ¿Que haces con mi brazalete?
- lo encontré botado y– no pude decir más cuando sentí que bruscamente me agarro de la muñeca y la sacudía con violencia tenía miedo mis ojos comenzaron a cristalizarse – duele dije en voz baja
- oye suéltala ya, eres un salvaje – no sé en qué momento me soltó y empece a llorar en los brazos de mi amiga no estaba consiente lo que sucedia en ese momento– asi no se trata una señorita .
- oye tu el amigo del salvaje llévatelo lejos de aquí.
- Angie espera no corras, detente por favor. ¿te encuentras bien? deja de temblar, ya pasó- cuando me lo decía me sobaba la espalda.
