𝘐

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Aether ya no recuerda cuándo empezaron todo esto. Cómo siempre termina que en la mayoría de las noches, él y el yaksha se reunían en los cuartos de este último, con su ropa desechada en el suelo, con Xiao flotando sobre él, sin aliento y jadeando... demasiado encantador, demasiado fascinante para las palabras.

—Hah...—Aether soltó un pequeño gemido mientras Xiao comenzaba a plantar besos suaves y húmedos junto a su mandíbula, hasta el cuello, luego mordisquea ligeramente sus clavículas mientras sus manos acariciaban suavemente su pecho desnudo.

—Xiao...—susurró aunque un poco sin aliento, y Xiao se inclinó para mirarle fijamente a la cara durante una fracción de momento, y luego extendió ambas manos para llenar tiernamente sus mejillas.

Siempre fue así. Él y el adeptus harían cosas que los compañeros normales, amigos, no harían. Asuntos en los que Xiao siempre afirmó que no tenía interés y, sin embargo, fue una excepción.

Y luego... el yaksha siempre lo trataba suavemente... con cuidado, como si fuera una especie de vidrio frágil que desconfiaba demasiado de romper.

—¿Está bien esto?— Xiao pregunta con una voz casi no audible. Solo la luz de la luna que se filtraba a través de sus ventanas era su fuente de luz, pero el rubio estaba casi demasiado seguro de que el adeptus se sonrojaba. Qué mono.

—Sí, sigue así...— responde, colocando una mano encima de una de las manos del yaksha en sus mejillas como para tranquilizarlo. Había una pequeña sonrisa en la cara del otro mientras se inclinaba hacia abajo para capturar sus labios.

No tenía prisa, como si el yaksha se estuviera tomando su dulce y dulce tiempo para explorar sus labios, probándolo... cómo estaba saboreando sus besos. Cuando su lengua partió lentamente sus labios, Aether se aseguró de darle la bienvenida con la suya, entrelazándolos de la misma manera que sus dedos encontraron su lugar en las hebras del cabello de Xiao.

"Suave" pensó el de cabellos claros.

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𝘛𝘳𝘢𝘥𝘶𝘤𝘤𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴 | 𝘟𝘪𝘢𝘰 𝘹 𝘈𝘦𝘵𝘩𝘦𝘳 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora