𝘛𝘳𝘢𝘥𝘶𝘤𝘤𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴 | 𝘟𝘪𝘢𝘰 𝘹 𝘈𝘦𝘵𝘩𝘦𝘳

𝘐𝘐

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Las manos de Xiao parecían encontrar sus pezones, jugueteando con ambos con el dedo índice y el pulgar y Aether soltó un gemido completo, golpeando sus caderas hacia arriba en un movimiento inconsciente. Sintió la erección del otro, y fue dolorosamente difícil como la suya.

Hubo un pequeño gemido de Xiao, y soltó sus labios para centrarse en sus pezones rosados en su lugar, lamiéndolos y chupiéndolos, mordiendo un poco mientras su mano izquierda tiraba y torcía el otro pezón, haciendo que Aether se retorciera y excitara aún más. Empezó a frotarse, desesperado por un poco de fricción, un poco de intimidad. Tal vez, se estaba reteniendo por el bien de ambas corduras, porque los dioses... todo... se siente tan bien.

—Ahhn... Arcontes... por favor...—El rubio gimió, tirando un poco del pelo del yaksha en su éxtasis.

El yaksha detuvo su amamanto y lo reemplazó con sus dedos una vez más para mirar hacia atrás a Aether —Hah... Quiero... comerte—

—Xiao... por favor... ponlo agh~ahora—

—Como quieras, viajero— Xiao le dio un pequeño beso en la mejilla —¿Cómo quieres llevarme esta noche...?— preguntó, como siempre lo hace. Un poco indeciso. Siempre considerado con lo que Aether quería... cómo hacerlo sentir bien.

—Por favor, déjame montarte...— Aether casi ronroneando, todavía en lo alto de la embestida de placeres que Xiao le estaba dando.

Los ojos del adeptus se abrieron de par en par durante unos segundos, y enterró su cara en el hueco del cuello de Aether y lo mordió un poco. — Está bien... Siempre te he imaginado encima de mí...—

De hecho, era la primera vez que montaba a Xiao. Quería tratar hoy especialmente después del regalo que le había dado— Arcontes... Aether ~ngh—

Xiao le dio un beso en la frente antes de invertir sus posiciones, Aether ahora estando acostado encima de él.

Aether se enderezó para estar sentado justo en la dura erección de Xiao. En esta posición sintió que tenía el control, como si pudiera hacer que el poderoso yaksha debajo de él mendiera rogar por él, suplicar por su lindo agujero. Pero hoy no... tal vez la próxima vez, porque él también quería ser rellenado ahora mismo de la grande polla del pelinegro.

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