Capítulo dieciocho.

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-El poema a veces da la sensación de que habla de dos cosas totalmente distintas, ya que en una parte dice que la otra persona quiere que "esto sea una realidad", pero... Luego dice que "esto es la vida real, y tú te has encargado de arruinarme". Es difícil llegar a una interpretación correcta, pues, ¿a qué se refiere la autora con "esto", en primer lugar? ¿Qué es lo que la otra persona necesita para que pueda "abandonar todo"?

-¿Nos está preguntando a nosotros, señorita Fero? -inquiere la señora Halum con la ceja arqueada.

-No, señora Halum. Solo quería recalcar con eso que cualquier interpretación, sin contexto, podría ser válida. Excepto si proviene de los dos hombres que están aquí, claro está.

Rebeka ha sido la última en decir su interpretación sobre el poema que Tissia leyó ayer, y aunque me ofende que mi explicación le haya parecido inválida, hago como Wow y ni me digno a poner una mueca de desagrado. No merece la pena. Quiere que saltemos y que la señora Halum nos regañe. No pienso concedérselo.

-Sí, yo también opino que la de ellos ha sido cutre en comparación a la tuya y a la de Tissia.

-Lamentable -asegura Rebeka.

«Como si tu existencia no fuese de por sí lamentable», pienso.

Por no decir que la señora Halum, una profesora que mezcla el trato formal del informal según el momento, tampoco debería estar criticándonos a nosotros, dos estudiantes que despertaron hace poco de un coma. No sé su edad, pero desde luego, ha vivido más que Wow y yo. No debería tener problemas a la hora de tratarnos de "usted" o de "tú", y los tiene. Dudo que lo haga aposta, pero tampoco creo que alguien le haya advertido de aquel fallito.

Rebeka se gira breves instantes para vernos a Wow y a mí con una sonrisa impertinente. Finjo que apunto sus palabras en la libreta como anotación que sin duda no tendré en cuenta, pero de reojo también visualizo a Wow. Mira su reloj fingiendo desinterés, pero la otra mano está bajo la mesa. Se clava las uñas en su propia palma con fuerza, como si se contuviese para no saltar a la defensiva o para pegarle. Quizá ambas cosas.

-Pueden salir ya. Nos vemos mañana.

-Aún queda media hora -dice Wow, pasando a cruzarse de brazos tras separar un poco la silla del pupitre.

-Lo sé. ¿Es que desea que haya más clase? Tampoco es como si pudiera ir a cualquier sitio.

-Estoy deseando largarme sin lugar a dudas -le asegura a pesar de la mención indirecta de su arresto domiciliario en tono de burla por parte de la señora Halum-, pero no quiero que mi reloj me acuse de haber faltado a clase.

-¿Desde cuándo sigues tú las normas? -salta Rebeka en tono chillón, incrédula-. ¿Tanto te importa que te levanten el arresto? Quién nos lo iba a decir...

Wow se encoge de hombros y no responde, pero lanza una mirada inquisitiva a la señora Halum para que diga algo al respecto. Tissia se levanta y se pone frente a su mesa, al igual que el día de las presentaciones.

-Número cinco va a hacer un comunicado muy importante a las nueve y media y es preferible que todos estemos en nuestros apartamentos cuando eso pase -dice, lanzándole una mirada de súplica (o esa sensación me da a mí) a Wow-. No va a suceder nada, ve.

-¿A qué están esperando? Venga, vamos -apremia la señora Halum, señalando hacia la puerta con un movimiento de cabeza.

Wow, Rebeka y yo nos levantamos y salimos del aula. Wow va acelerado hacia el ascensor, Rebeka se pierde entre el gentío que está entre confundido, alegre o indiferente, y yo voy a dirigirme hacia el ascensor pero se me olvida que me he dejado la libreta de Historia para hacer los deberes. Retrocedo sobre mis pasos pero no llego a entrar en el aula, pues pillo a Tissia y la señora Halum hablando entre ellas y no quiero interrumpirlas.

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⏰ Última actualización: Jun 14, 2022 ⏰

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La catástrofe. #CA2022 #PGP2022 #DAHER2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora