—¡Unnie, la comanda de la mesa 7 ya está lista!—gritaba Lena desde la cocina.—¡Voy!—respondía la camarera, corriendo por todo el local con la bandeja en la mano.
—El negocio ha mejorado mucho desde que Rika apareció para tomar un café—comentaba Jay, que había tomado el puesto de camarero además de cajero en las horas del día donde había más clientes.
Parecía que por fin la vida les sonreía a esos chicos, cuando, de repente, ocurrió lo que temían que iba a ocurrir.
—¿Señor Im?—preguntó un corpulento hombre vestido con un traje y con un maletín en la mano.
—Soy yo. ¿Qué desea?
—No se haga el tonto, señor Im, ya sabe lo que quiero.
—Lamentamos nuestro retraso, prometemos pagar este mes todo lo que debemos.
—Lo siento, ya no os puedo dar más oportunidades. Me temo que los tendré que echar del apartamento.
Jay comenzó a sufrir por cómo se tomarían sus amigas esa noticia.
Llegada la noche, las reunió a ambas en una mesa del local, justo después de cerrar.—Chicas... Nos hemos quedado sin hogar.
—¿Qué? ¿No dijiste que íbamos a pagar todas las deudas?—preguntó Hayoon, confusa y preocupada a partes iguales.
—Se lo he dicho, pero no me ha prestado atención. Mañana tenemos que sacar todas nuestras cosas y dejarlo vacío antes de las doce del mediodía.
—¡No vamos a tener tiempo! No cerramos hasta la noche—se quejó Lena.
—Os iba a proponer pasar allí nuestra última noche y recoger todo antes de ir a trabajar mañana. Dejaremos las cajas aquí, en el almacén.
—Jay oppa, nuestro almacén no es muy grande...
—Tampoco tenemos muchas pertenencias... Y podemos aprovechar esta oportunidad para tirar cosas que no usamos o no necesitamos.
Jay hizo lo imposible para animar a las chicas, pero lo único que consiguió fue estresar más a Hayoon, que temía por el traslado de su teclado.
Aquella noche no pudieron dormir, debido al insomnio decidieron comenzar a empaquetar sus pertenencias a las dos de la madrugada. A las seis ya habían terminado, era cierto que tenían pocas cosas; se ducharon y a las ocho abrieron la cafetería, como de costumbre.
Hayoon dejó su teclado desmontado en la terraza ya que no cabía en el almacén.
—¡Buenos días! ¿Me ponéis lo de siempre?—dijo Jaehee, entrando a por su café matutino para ella y para Jumin.
—Hola, enseguida lo preparo—dijo Lena.
—Hoy suenas muy alegre. ¿Ha ocurrido algo bueno?—preguntó Hayoon, a la que le sorprendió el tono con el que habló la secretaria.
—Sí, Zen ganó un poco de fama con el anuncio y lo han contratado para interpretar un rol protagonista en un musical.
—¡Es una gran oportunidad! Me alegro mucho por él—dijo Hayoon, forzando su felicidad para que su amiga no se preocupase.
—¡Buenos días!—exclamó Rika, que frecuentaba la cafetería temprano por la mañana para charlar con las chicas.
—Aquí tienes, Jahee. Espero que esta vez la forma de gato que hice con la espuma aguante hasta la oficina del señor Han.
—Yo también lo espero, la última vez lo que llegó fue un demonio.
—Os noto desanimadas—dijo Rika, que se había fijado en la postura cansada y las ojeras de Hayoon.
—No hemos dormido muy bien.
—¿Os encontráis mal? ¿Hay algo que pueda hacer para ayudar?—preguntó Rika.
—No, gracias, ya has hecho mucho por nosotras—dijo Hayoon.
—Nos han echado de nuestra casa—dijo Lena, sirviendo el café a Rika.
—¡¿Así de repente?! No han tenido compasión...—decía Rika, mientras pensaba en cómo podía ayudar a esos jóvenes.
—¿Y dónde os vais a alojar ahora?—preguntó Jahee.
—Jay está buscando algún hotel barato... Si no encontramos nada, no sé dónde dormiremos—explicó la menor.
—Ya encontré un sitio—dijo Jay, saliendo del almacén.
—Buenos días—saludaron las dos clientas.
—¿Donde, oppa?—preguntó Lena, intrigada.
—Aquí, en la cafetería. Compraré unos sacos de dormir. ¡Así no nos tendremos que desplazar hasta el trabajo! Es un buen apaño hasta que encuentre otro apartamento asequible.
—Aquí en Seúl eso es algo complicado...—dijo Jaehee.
Tras hablar unos minutos más, las dos chicas se fueron.
Al llegar a casa, Rika le explicó a V todo lo que les habían explicado sus amigas.
El chico, inconforme con la propuesta de Jay, exclamó:—¡Ya tengo la solución!
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BLESS BLUE ROSE || Mystic Messenger Fanfic
FanfictionCuando un negocio no va bien, sólo hace falta un ángel que entre por la puerta y solucione tus problemas... o que traiga aún más. (☕) Este fanfic incluye 3 personajes adicionales a los del videojuego 'Mystic Messenger'. (🌹) La historia es original...