My first love | Eddie Munson y tu

Jason, el chico de ojos azules

-No tienes clase ahora?

-Tengo una hora libre, tu tienes clase?- Me preguntó mientras me seguía hasta mi taquilla.

-No, yo también tengo una hora libre.- No podía creer que los dos tuviéramos prácticamente el mismo horario.

Deje mis libros en la taquilla mientras Eddie me miraba en todo momento, su mirada me ponía muy nerviosa, además lo acababa de conocer y no sabía nada sobre él.

-Ven, quiero enseñarte el sitio más tranquilo de todo el instituto.

Cerré mi taquilla y lo empecé a seguir. No sabía si fiarme de él o no, no sabía como era la gente de Hawkins. Eddie parecía ser una buena persona y es la única que conocía, no me quedaba otra que confiar en él.

-A donde estamos yendo? Nos estamos saliendo del instituto.- Dije preocupada.

-Confía en mi ______, ya verás como el sitio te gusta.

-Confiaré en ti cuando te conozca mejor, hasta ahora solo se que tu nombre es Eddie.- Le miré y le sonreí, mi intención era saber más sobre él.

-Poco a poco nos iremos conociendo, pareces una chica interesante.- Me miró y me volvió a sonreír, su sonrisa era preciosa.

-Tu también pareces un chico interesante.

De repente dejó de caminar y me tapó lo ojos con sus manos.

-Bienvenida a mi escondite! Nadie viene por aquí, podremos estar tranquilos.

De repente estaba en mitad del bosque que rodeaba el instituto, había una solitaria mesa de picnic en mitad de aquel lugar, Eddie tenía razón, aquel sitio era tranquilo y bonito.

-Me encanta! Pero porque me has traído aquí?

-Supongo que me gustaste desde que entraste a clase de matemáticas y tengo curiosidad por saber quién eres.

-Pues pregúntame lo que tu quieras.

Eddie tenía una sonrisa y una mirada preciosa. Podría pasarme horas hablando con él, me hacía sentir cómoda, como si lo conociera de toda la vida.

-Lo que yo quiera no? A ver.... Primero me gustaría saber como has acabado en Hawkins.- Cruzó sus brazos y plantó su mirada en la mía.

-Me mudé aquí por el trabajo de mi madre. Es periodista y la trasladaron al The Hawkins Post, dicen que este pueblo esta maldito o algo así y quieren que descubra porqué.

-Me alegro de vivir en este pueblo maldito, sino nunca te hubiera conocido.- Ese comentario me hizo reír, ningún chico se había fijado en mi antes, supongo que he cambiado bastante durante el último año.

Nos pasamos el rato charlando de cosas sin sentido, pero fue el mejor rato que tuve en mucho tiempo. Eddie me empezaba a gustar como amigo, se le veía buena persona a pesar de su apariencia. Su mirada le transmitía seguridad y eso le hacía confiar en él aunque no lo conociera mucho.

-Tenemos que volver ya, en 5 minutos empieza mi siguiente clase.- Miré el reloj y ya había pasado casi una hora, el tiempo voló mientras charlaba con Eddie.

-Esta bien.- Se levantó y vino hacía mí, me extendió su mano derecha. -Yo te acompañaré, no quiero que esta preciosidad se pierda en el bosque.- Le cogí la mano para poder levantarme y después se la solté, había charlado un rato con Eddie pero tampoco quería que nuestra amistad fuera tan rápida.

Mientras volvíamos al instituto apareció un chico que no había visto hasta ahora. Era rubio con unos hermosos ojos azules, llevaba la chaqueta del equipo de baloncesto así que no dudé en saber que era alguien popular.

-Vaya, vaya... Que haces por aquí Munson? No estás muy ocupado con esas cosas que haces en tu asquerosa secta?- El chico de ojos azules dejó de mirar a Eddie, pero ahora me miraba a mí.

-Quien eres tú?- Me preguntó extrañado.

-Soy _____.- Intenté darle una simpática sonrisa pero me sentía bastante amenazaba por cómo le habló a Eddie.

-Yo soy Jason, encantado de conocerte ______. No te recomiendo juntarte con raritos como Munson, no estarás segura a su lado.- Eddie se volteó furioso hacia él, pero se controló al recordar que yo estaba allí.

-Vamonos ______. No debemos perder tiempo hablando con idiotas como él, tu clase está a punto de empezar.- Tenía razón, debía volver a tiempo para mi siguiente clase.

-Adiós Jason, nos vemos!- Ese "nos vemos" me salió solo, al darme cuenta de lo que dije me sonrojé ya que vi a Jason reír. Aquel chico me resultó muy atractivo y era imposible no sentirme atraída hacia él.

-Eres demasiado dulce con todos, me gusta como eres. Aunque Jason es un idiota, no te dejes hipnotizar por sus malditos juegos - Al ver a Eddie mirarme con sus brillantes ojos me fue imposible no sonrojarme. Nunca fui la chica que le llamaba la atención a los hombres, supongo que el cambio de ciudad y todo el estrés que tuve durante ese último año me había cambiado sin darme cuenta.

-Gracias, te veo a la hora de comer no?

-Si insistes...- Me sonrió cruzándose de brazos. -Te buscaré después de clase, adiós preciosa.- Se fue corriendo al escuchar el timbre que indicaba que las clases comenzaban.

Al entrar a clase vi a los dos chicos que me crucé antes de entrar al instituto. Los dos me estaban mirando extrañados, acaso tenía algo en la cara? Los ignoré y me senté de nuevo en primera fila, al lado de esos extraños chicos que no dejaban de mirarme.

-Conoces a Eddie?- De repente el chico de pelo rizado quiso romper el silencio.

-No mucho, lo acabo de conocer, soy nueva aquí.- Por qué les importaba tanto si conocía a Eddie? A lo mejor ellos le conocían.

-¿Y vosotros le...- No me dio tiempo a terminar mi pregunta cuando el profesor entró.

-Buenos días chicos, alegrar esas caras, hoy nos toca aprender miles de nuevas cosas, habrán su libro por la pagina 12, vamos!

No presté ni un mínimo de atención al profesor. ¿Por qué Jason dijo que al lado de Eddie no estaría segura? A lo mejor él era un asesino y no lo sabía. O tal vez se odian entre ellos, quien sabe.

El timbre sonó y todos empezamos a recoger. Al salir, note un golpe por detrás, cuando de repente...

-¡Eddie! Me asustaste!- Empezó a reír mientras imitaba mi cara de susto, yo me sentía ridícula aunque tenía que aceptar que se veía muy gracioso haciendo esas caras.

-Tendrías que haberte visto la cara!- Siguió riendo, era muy adorable mientras reía.

-No me asustaste, solo me me cogiste desprevenida nada más.

-Lo que tú digas, pero hasta asustada te veías hermosa.

Estuvimos riendo los dos juntos cuando aquel chico se nos cruzó en el camino. Jason apareció otra vez. Yo deje de reír al ver la cara de enfado que él tenía.

-Maldito Munson!

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