Prólogo

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Julieta

Cuando el eyeliner me quedaba asimétrico, sabía que el día no iba a ser bueno.

Y no es que yo sea muy supersticiosa. Sino que, si hay algo que siempre —y recalco lo de siempre— me ha salido bien, es maquillarme igual los dos ojos.

Ese día tuve que reintentarlo, al menos, cinco veces.

Ese día se me perdió mi barra de labios favorita, se me quemó la tostada y mi moto se estropeó.

Ese día volví a verlo después de cinco años.

Entre tú y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora