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Despertó de forma repentina gracias a un sonido proveniente del exterior, uno que ya le era más que familiar y sin embargo, nunca acabaría por acostumbrarse.

Se levantó de la cama casi de un salto ¿qué hora era? Apenas tuvo tiempo para comprobarlo por el reloj en su escritorio, con la mayor velocidad que pudo, se dirigió hacia la ventana, no sin antes contestar a una llamada la cual pertenecía al causante de aquel susto.

—Dime —dijo aún somnoliento a la vez que se tallaba un ojo.

—¿“Dime”? —inquirió, y por su tono de voz se podía apreciar a la perfección que se encontraba enfadado— Jeongin, te llevo esperando más de un cuarto de hora.

Tuvo que analizar durante unos segundos lo que estaba queriendo decir su amigo. ¿“Te llevo esperando”? ¿esperando para qué?

Oh.

Murmuró una maldición por lo bajo, sin más agarró las pocas cosas que necesitaba y salió corriendo por las escaleras, casi hasta el punto de tropezar con ellas por causa a la velocidad que había adquirido, afortunadamente no llegó a romperse una pierna. Sus padres se encontraban dormidos y le sorprendió que, con todo el ruido que estaba haciendo no los hubiera despertado.

Salió por la puerta hacia la calle con la respiración acelerada, apoyó las palmas de sus manos sobre sus rodillas tratando de recuperar el aire perdido. Minho, quien lo miraba inexpresivo, guardó su teléfono en el bolsillo trasero.

—¿A qué esperas?

—A no morirme por falta de oxígeno, por ejemplo —contestó Jeongin repentinamente algo malhumorado por la pregunta del más alto, sin embargo, al verlo, el enfado se disipó pasando a ser una expresión de confusión—. ¿Desde cuándo tu padre te presta su moto?

Minho bajó la mirada observando el vehículo donde se encontraba subido, sonrió de forma ladina a la vez que giraba su mano sobre la manilla, haciendo quejar al motor.

—No lo hace, estaba dormido —Jeongin bufó para luego comenzar a caminar hacia el mayor, acto seguido se sentó detrás de él, bastante resignado.

Mordió su labio inferior sintiéndose un tanto nervioso por la situación en la que se encontraba, jamás había subido en una moto.

—¿No tienes casco? —preguntó al observar a Minho sin nada que cubriese su cabeza de cualquier golpe repentino más que cabello y cráneo, este negó.

—Solo agárrate fuerte.

Y sin previo aviso, arrancó el vehículo, logrando que Jeongin casi cayera hacia atrás por causa de la velocidad adquirida. Se aferró al torso de Minho pasando ambos brazos por este, el último rió con levedad ante la infantil actitud. Jeongin ocultó su rostro en la espalda ajena, como si quisiera traspasar su cuerpo. No sabía exactamente dónde apoyar sus pies sin que al mayor le molestasen y por ello los mantuvo en el aire durante todo el corto trayecto en el que se la pasó temblando.

Tanto por el frío viento que impactaba ditectamente contra él como por miedo a sufrir un accidente.

Abrió los ojos una vez sintió la moto frenar, ni siquiera se dio cuenta de que los había cerrado. Miró expectante a su alrededor encontrando una vista que aunque se la había replanteado un par de veces, jamás habría pensado que sería como lo era realmente.

Cuando Minho le habló de las fiestas de Jisung, las describía como divertidas en su mayor esplendor. No era que Jeongin hubiera imaginado algo como que fuera a haber un castillo inflable de por medio, pero no esperaba ver a tanta gente fumando y bebiendo por fuera del porche mientras compartían unos besos un tanto íntimos como para estar en público.

ᨳ ݊ ˖ . ¡𝗥𝗘FORCE𝗠𝗢𝗦 𝗟A 𝗔MIS𝗧𝗔D!  ࣪˖  ❪ mj ❫ ˑ ִֶָ 𓂃 ˚.ഒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora