| Capítulo 30

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Me dio otro pequeño beso en los labios y nos soltamos, me hizo la silla hacia atrás para que me sentara, como todo un caballero, y seguí trabajando en el ordenador. Él se sentó frente a mí y sacó su Iphone. Hizo un par de llamadas mientras yo seguía trabajando con el logotipo, después vi que escribía y escribía en el aparato. Cuando terminó con sus asuntos, movió la silla para sentarse a mi lado, le expliqué un poco lo que estaba haciendo, luego respondí unos mails y terminé un par de pendientes más. Y finalmente como a las ocho salimos de la oficina, cargó al oso, mientras yo me reía divertido, saqué mi celular y le tomé una foto con el oso en las manos.

— ¿Podemos ir a tu departamento corazón? Ahora Tu está en el mío y no quiero que nadie sepa que estoy aquí— dijo al salir del edificio.

— No lo sé, podrías quedarte en alguna suite del Hotel Rose Imperial.

— Por supuesto, siempre y cuando tú te quedes conmigo, recuerda que vine única y exclusivamente para estar contigo.

— Claro que te puedes quedar en mi departamento— respondí sonriendo.

Le hice la parada a un taxi y subimos los tres, porque al oso lo pusimos en el asiento de adelante, al lado del conductor que nos miro extrañado, le sonreímos y subimos a la parte trasera, íbamos abrazados sin decir nada, escuchábamos la música de fondo que traía el taxista.

Al cabo de unos veinte minutos llegamos a mi departamento, Bright volvió a cargar el oso y yo volví a reírme, se veía tan lindo, entramos y le indiqué donde estaba mi habitación para que lo dejara ahí en tanto yo entraba a la cocina a ver que había para cenar, pero no tenía nada digno y se lo dije, entonces propuso pedir una pizza y se sentó en el sillón mientras le servía un vaso de agua. Se lo llevé y me jaló para que me sentara en sus piernas, me quejé porque no alcanzaba el teléfono y me lo pasó, pedí una pizza de peperoni mientras él me besaba el hombro, yo le recriminaba con la mirada, pero él seguía y se reía por mis expresiones.

— Listo, en media hora llega— dije entregándole el teléfono de vuelta.

— Bien, tiempo suficiente— exclamó acostándome en el sillón y se colocó encima de mí.

— Eres insaciable Vachirawit, ¿te tomas algo?— exclamé acariciando su cabello.

— Tú eres mi mejor estimulante y esta noche lo único que quiero es hacerte feliz, amarte como mereces—  respondió para luego besarme apasionadamente mientras sus manos se deslizaban por mi cuerpo.

Aún estaba perdido en la intensa sensación del clímax que acababa de alcanzar, gracias a sus profundos besos en mi parte más intima, cuando tocaron la puerta, miré asustado a Bright y me dio una gran sonrisa y un ligero beso en los labios.

— Yo abro, no te preocupes— dijo y se levantó del sillón.

Yo me quedé ahí, sumido para evitar que el repartidor me viera y cuando Bright cerró la puerta me enderecé, tomé mi camisa del suelo y me la puse, aún seguía dándome vergüenza que él me viera desnudo y más si estaba completamente vestido, puso la pizza en la mesa del comedor mientras yo me levantaba y caminaba.

— ¿Adónde vas, corazón?

— A ponerme algo encima.

— ¿Para qué si te lo voy a quitar?—  exclamó divertido y sensual.

— Bueno, no voy a comer desnudo mientras tú estás vestido.

— Eso se arregla muy fácil, ahora me quito la ropa.

— No te atrevas, eso es algo que quiero hacer yo con mis propias manos.

— Uy, siendo así no moveré un dedo y te obedeceré.

¿Estás libre esta noche? | BrightWin | Adaptación ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora