SEMILLA

Capítulo 2

En la sala de máquinas de la nave, Obi-Wan preparó un informe para el Consejo. Si tan solo pudiera concentrarse, después de administrarle la medicina a Anakin, no pudo evitar estremecerse. Los temblores de su orgasmo lo atravesaron, de la cabeza a los pies. El placer físico persistía en él, como un zumbido alimentado por alcohol. Absolutamente le dio náuseas.

El droide médico lo miró en pausa, sus luces amarillas parpadeando en un escaneo. - Tus biolecturas indican que estás en una angustia considerable. ¿Te preocupa producir suficientes semillas para Maestro Skywalker? Puedo darte una inyección que te asegurará múltiples orgasmos en un breve período.

- ¡Eso estaría muy bien! - exclamó Obi-Wan. Sabía que había innumerables formas de aumentar su producción de semillas, así como las complicaciones inevitables que siguieron. El usuario podría volverse frenético de lujuria. Someter a Anakin a eso, absolutamente no. Y después de lo que acababa de pasar en la habitación...

Obi-Wan dudaba que tener más orgasmos fuera un problema. Tenía más que suficiente deseo por Anakin. Eso en sí mismo era una preocupación. No debería haber sido tan fácil sentir placer de su buen amigo, a quien había entrenado, cuyos labios...

Obi-Wan se pasó la mano por la mandíbula; reprimió otro estremecimiento. Tendría que resolver su confusión. Simplemente no se sentía listo todavía. Demasiadas verdades feas que enfrentar. Respiró hondo varias veces para centrarse de nuevo. Una cosa a la vez.

- Gracias por la oferta. - le dijo al droide médico. No había razón para ser breve con la cosa, incluso si técnicamente no tenía sentimientos y traía tantas malas noticias. - Pero no creo que sea necesario. Por favor, váyase. Tengo algunas comunicaciones que hacer en privado.

- Entendido. - dijo el droide médico. - Iré a monitorear el progreso del Maestro Skywalker.

- Por todos los medios. - dijo Obi-Wan.

Obi-Wan deja que Anakin disfrutara de la atención del exasperante dispositivo. Cuando se fue, Obi-Wan envió la comunicación de transmisión. En un minuto, el Maestro Windu apareció en un holograma verde de bajo grado.

- Maestro Windu. - saludó Obi-Wan.

- Maestro Kenobi. - respondió Windu. - Me alegra escuchar de usted. Nos preocupamos cuando se te pasó la fecha límite para actualizarnos sobre tu misión, especialmente cuando pasaban los días. No es como usted suele actuar.

Como siempre, Windu estaba tranquilo y mesurado, pero Obi-Wan podía leer su preocupación entre líneas. Había tensión en perder Jedi por el silencio. Muchos habían caído solos en la batalla, incapaces de informar sobre sus propias muertes. La preocupación de Windu era la de alguien que decidió el camino y esperó sin cesar noticias.

Obi-Wan inclinó la cabeza. - Mis disculpas, Maestro. Anakin y yo nos encontramos con un grupo de droides de Grievous. Anakin resultó gravemente herido y nos tomó tanto tiempo regresar a la nave.

Incluso a través del verde arenoso del holograma, la preocupación de Windu sonó fuerte y clara. - ¿Skywalker está herido?

- Envenenado. - corrigió Obi-Wan. - Nuestro droide Med dijo que probablemente le dispararon con la dosis. Necesitaré la ayuda del consejo. Creo que el veneno fue diseñado específicamente para él. A nosotros.

- ¿Tienes motivos para pensar eso? Sé que los Separatistas le temen a sus habilidades, pero diseñar un veneno solo para él es extremo.

Obi-Wan se tocó la barba; y la parte de atrás de su cuello. Era tan... calculado. Tenía que denunciar los hechos, tal como lo había hecho en tantos otros escritos. Había dado peores noticias que esta. Esto fue simplemente vergonzoso. Pero fueron sus emociones las que lo hicieron tropezar. Sería claro y objetivo. - Mi semen es el antídoto contra el veneno, Maestro Windu. El droide Med me asegura que solo se puede administrar a través del sexo oral.