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Jisung estaba celoso. Muy celoso. ¿Por qué esa omega pelirroja podía hablar con Minho tan cómodamente mientras él apenas podía acercarse sin que el alfa lo fulminara con la mirada? La chica era ruidosa, coqueta, y sobre todo, molesta. ¿Qué tiene ella que yo no? pensaba Jisung, sintiendo el nudo de la envidia crecer en su pecho.

Observó la escena desde lejos, frunciendo el ceño mientras apretaba una malteada en sus manos. No lo pensó demasiado antes de actuar. Con pasos decididos, se acercó a la pelirroja y, "accidentalmente", tropezó, derramando la bebida directamente sobre la impecable camisa de la chica.

-¡¿Qué te pasa, idiota?! -gritó la omega, levantando su mano para darle una bofetada, pero antes de que su palma pudiera impactar en la mejilla de Jisung, Minho la detuvo, sujetando su brazo con firmeza.

Jisung apenas podía contener la risa. Ver a la pelirroja empapada de malteada era una pequeña victoria, y él no era el tipo que se guardaba las carcajadas por mucho tiempo.

-¿De qué te ríes, maldito omega? -escupió la chica, utilizando el insulto jerárquico para intentar herirlo.

Pero Jisung solo sonrió, su semblante pasando de burlón a serio en un parpadeo.

-Actúas como si tú no fueras una omega también. -El tono de Jisung era firme, y sus brazos cruzados transmitían una calma desafiante que desconcertó a la pelirroja.

Minho observaba todo con una mezcla de confusión y, sorprendentemente, diversión. Había algo en la actitud de Jisung que lo intrigaba. Ese omega, que normalmente consideraba insoportable, ahora mostraba una chispa que no había notado antes. Y sus feromonas... Minho frunció el ceño. ¿Tres aromas? Eso no era normal. El alfa estaba acostumbrado a los dos aromas típicos de los omegas, pero con Jisung había algo diferente, una tercera fragancia que lo envolvía de manera sutil, provocándole una ligera inquietud.

Mientras tanto, la situación entre los omegas se había salido de control. Jisung, sin pensarlo, había tirado del mechón de cabello perfectamente peinado de la pelirroja, provocando una serie de quejas y gritos.

-Ya paren, los dos -dijo Minho, separándolos con suavidad, aunque su tono dejaba claro que no tenía paciencia para más dramas. Jisung lo miró, a punto de replicar, pero decidió guardar sus comentarios por una vez.

-Está bien, está bien -respondió Jisung con un suspiro exagerado, rodando los ojos. Luego, miró a la chica con algo que parecía una disculpa a medias-. Perdón por lo de la malteada.

La pelirroja, aún cruzada de brazos, lo miró con desdén.

-¿Perdón? Una disculpa no es suficiente -dijo, claramente esperando algo más.

Jisung la imitó, cruzándose de brazos con la misma actitud arrogante.

-¿Qué quieres? ¿Que me arrodille y te pida perdón?

-Podría ser -replicó la chica, subiendo la apuesta.

Los dos omegas se enzarzaron en otra ronda de palabras afiladas, mientras Minho, con una expresión de completa incredulidad, decidió que ya había tenido suficiente de la situación. Poco a poco, se fue alejando de ambos, escapando discretamente hacia un lugar más tranquilo.

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Minutos después, Jisung y la pelirroja se encontraron sentados en una mesa de la cafetería. Para sorpresa de ambos, la hostilidad había desaparecido, reemplazada por una especie de tregua incómoda.

-Por tu culpa, Minho se fue -dijo Jisung, todavía molesto. Su plan de hablar con el alfa había sido arruinado, aunque parte de la culpa la sentía suya.

-No me culpes a mí. Todo hubiera sido más sencillo si no hubieras derramado tu malteada en mi blusa favorita -respondió la omega, enarcando una ceja mientras miraba la prenda que Jisung le había prestado para cubrir el desastre.

Jisung soltó una risita, arrepintiéndose un poco de su acción impulsiva.

-¿Cómo te llamas? -preguntó, rompiendo el silencio incómodo.

-Yeji. ¿Y tú? -dijo la omega, extendiendo su mano, que Jisung estrechó sin dudar.

-Han Jisung.

El ambiente entre ambos cambió. De repente, ya no se sentía tan incómodo estar a su lado. Jisung se sorprendió al darse cuenta de que estaba empezando a disfrutar la compañía de Yeji, a pesar del mal comienzo.

-Oye, ¿te gusta Minho? -preguntó Jisung con curiosidad. La idea lo había estado rondando desde el inicio.

Yeji soltó una carcajada.

-¡Claro que no! Tengo una alfa -dijo con una sonrisa, dejando a Jisung completamente desconcertado.

-¿Tienes una alfa? -repitió él, sorprendido-. ¿Cómo que tienes una alfa? ¿Cuánto mide el sol? -Su mente se llenó de preguntas, aunque la última no tenía ningún sentido, y se rió de sí mismo por su distracción.

Yeji lo miró divertida, pero sus ojos se afilaron un poco ante el susurro de alivio que escapó de Jisung.

-¿Cómo se llama tu alfa? -preguntó él, ahora mucho más relajado.

-Se llama Ryujin -respondió ella con una sonrisa que delataba lo enamorada que estaba.

Jisung abrió los ojos en sorpresa.

-¿Ryujin? ¿La chica guapa de la clase de danza? -Yeji lo fulminó con la mirada, y Jisung no pudo evitar reírse-. ¿Por qué me miras así? Ni que te la fuera a robar o algo.

Yeji frunció el ceño.

-Te advierto que no te metas con ella.

-No te preocupes. Me gusta otra persona, y planeo conquistarlo a como dé lugar -dijo Jisung con determinación.

Yeji lo miró con sospecha.

-¿No eres un acosador o algo así?

-¡Claro que no! -dijo Jisung, dándole una pequeña palmada en la cabeza, lo que provocó que Yeji frunciera el ceño de nuevo.

-¿Así que ya tenemos esas confianzas como para que me golpees? -respondió Yeji, dándole una palmada en el hombro a Jisung, esta vez más fuerte, provocando una reacción ofendida en él.

Jisung le devolvió el golpe, y en cuestión de segundos, ambos estaban envueltos en una pelea juguetona de palmadas. Desde lejos, Minho observaba la escena con una sonrisa apenas perceptible. La interacción entre los dos omegas era tan ridícula que parecía una pelea de gatitos. Pero lo que realmente lo desconcertaba era lo mucho que le agradaba ver a Jisung reírse así.

𝑪𝒐𝒏𝒒𝒖𝒊𝒔𝒕𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒂 𝑴𝒓 𝒍𝒆𝒆||minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora