Uno

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-Gracias... Por quererme...

Sanji despertó sudando y con la respiración agitada, miró a todos lados, estaba en el Going Merry, rodeado de sus nakamas que dormían profundamente. Suspiró, era otra de sus pesadillas, desde Little Garden no había dejado de soñar con cosas así; supuso que era por la rara fruta que había consumido en el lugar, quizás era algo tóxico. Decidió investigar en la biblioteca de Chopper.

Acompañado por el penetrante silencio, Sanji empezó a hojear algunos libros apoyado de una linterna que recién había prendido. Ninguna fruta se parecía a la que había probado.

Suspiró, estaba por darse por vencido. Sin embargo, justo antes de cerrar el libro vio la furta que estaba buscando, la que había comido. Resulta ser que la fruta verde y rugosa que había probado, era una planta prehistórica que permitía ver fragmentos del futuro al dormir; al inicio Sanji no creía eso posible, aunque también pensaba que todo era posible en la gran ruta marítima.

Sin embargo, él no conocía a aquel hombre de su sueño, era imposible.

Fue entonces que en Arabasta conoció al hermano mayor de Luffy, hombre fornido de piel blanca y cabellera negra, sombrero anaranjado y preciosas pecas decorando sus mejillas. Al verlo por primera vez Sanji quedó exceptico, lo que había visto en sus sueños era algo imposible, después de la demostración de las habilidades de Ace, era difícil creer que sería tan fácilmente derrotado. De todos modos, Sanji no sabía que pensar, estaba confundido.

El rubio puso un cigarrillo apagado en su boca, si ese hombre iba a morir significaba que no debía encariñarse con él; pero era imposible, tras una sonrisa coqueta de Ace y que el mismo le orendiera el cigarrillo, Sanji no pudo dejar de pensar en lo lamentable que sería perderlo, además de que su capitán sufriría su muerte. ¿Pero qué podía hacer un simple cocinero para evitar que el destino se cumpliera?

Lavando la loza, el rubio pensaba en las mil maneras que podría intentar salvar a Ace. Ninguna lo convencía por completo. En eso Ace le preguntó si quería ayuda para sus actividades, Sanji no podía evitar sonreír, aquel caballero era en demasía educado, además de lindo...

A la hora de dormir Sanji no podía hacerlo, al cerrar los ojos veía esa espantosa escena llena de sangre en la que el pecoso fallecía... ¿Y si era real? ¿Cómo detenerlo? Su cerebro y su corazón no le permitían dormir.

Harto de sus pensamientos decidió ir a la cocina y preparase leche tibia, quizás lavarse la cara y volver a intentar dormir. Pero no podía. Así que decidió fumar un cigarrillo recargado en el barandal del Merry, si no podía despejar su mente para descansar, al menos admiraría el cielo nocturno.

-¿Tampoco puedes dormir? - Esa voz le sorprendió.

-¿Ah? Oh, eres tú... - Dijo el rubio, al parecer ese hombre siempre aparecía en sus noches. - Evidentemente no, ¿Tu que haces despierto?

-¿Qué te digo? Me gusta la vista nocturna. - Sonrió. - Pero deberías descansar, tienes ojeras. - Notó Ace.

-Créeme que quisiera... Pero pesadillas.- Se encogió de hombros. - Había podido soportarlas toda mi infancia, y desaparecieron un tiempo... Parece ser que regresaron, y no piensan irse. - Suspiró volteando el rostro para ver el océano. Dio una calada a su cigarrillo. - De todos modos, el cielo de noche es bastante lindo.

-Y que lo digas. - Ace fue a su lado y miró el cielo sonriente. - Desde ahí nos vigilan nuestros ancestros, y nos observan nuestros amigos que ya se fueron... Me pregunto que pensará Thatch de mi. - Sonrió con los ojos cerrados, sintiendo la salada brisa oceánica.

-¿Es por quién saliste a buscar al otro hombre? - Preguntó el rubio viéndole de lado y Ace asintió con la cabeza.

-Así es, era de mis mejores amigos. - Cerró los ojos. - Quisiera vengarlo, era muy buena persona, ¡Hey! Era cocinero como tu. - Sonrió dulce de nuevo.

-Seguro era una gran persona, y estaría orgulloso de ti...

-Gracias... - Ace suspiró. - Pero no estaré satisfecho hasta que logre vengar su muerte. - Sanji mordió su labio, si estaba en lo correcto, por estar buscando a ese hombre terminaba en las garras de la marina y moría, haciendo sufrir además, a Luffy.

-¿Y considerarías abandonar tu cruzada? - Preguntó el rubio con la vista perdida en el agua, Ace se sorprendió.

-¿A qué te refieres?

-Abandonar tu misión, ya sabes... No ir tras el hombre malo... -Miró suplicante al pecoso. Ace sonrió enternecido.

-Lo consideraría si fuera por algo importante... Si alguien querido me lo pidiera, pero debe ser muy importante para mí, porque mis nakamas me lo pidieron y me negué a hacerlo. - Sanji de inmediato pensó en Luffy. - No, por Luffy tampoco abandonaría mi misión, además, el quiere que me una a la tripulación, y ya estoy con barba blanca. - Sonrió dulce. Sanji miró al suelo desanimado, parecía que estaba muy decidido. - ¿Qué sucede?

-No es nada... Solo es sueño y tristeza de no poder conciliarlo. - Mintió dando una calada al cigarro que tenía en mano. - ¿Eh? - Se extrañó de las acciones del pelinegro.

-Sabes... Dicen que si alguien te abraza puedes hacer que las pesadillas y los monstruos desaparezcan. - Ace estaba abrazando por la cintura a Sanji, frotando su nariz con la oreja del rubio. - Yo podría ayudarte con eso.

Sanji se sonrojó y miró incrédulo al contrario. Ace rio a lo bajo divertido y soltó a Sanji, comenzó a frotar su nuca ante la mira escéptica del rubio que insistía por una explicación.

-Perdóname, no pude retenerme. - Sonrió apenado el pecoso. - Es que eres tan lindo, que no pude sacarte de mi cabeza desde que te vi. - Tomó la mano del rubio y dio un delicado beso en esta. - Por favor, permiteme demostrarte lo cariñoso que puedo ser, quizás yo pueda ayudarte con eso de las pesadillas. Permiteme intentar robar tu corazón. - Le entregó una rosa mientras se arrodilla a ante el rubio. - La compré en el pueblo.

Sanji se sonrojó y rio dulce tomando la flor y la mano de Ace haciéndolo levantarse.

-Eres muy tierno. - Admitió el rubio. - Honestamente no lo esperaba. - Frotó su cuello mirando al suelo. - Quizás... Yo te de una oportunidad. - ¿Estaba bien lo que hacía? ¿Aprovecharse de sus sentimientos para salvarlo? - Pero debes hacerme una promesa... - Se acercó a los labios de Ace que miraba atento al rubio y su corazón se aceleraba. - Quédate...- Y le dio un dulce beso.


BUENAS BUENAS A TODOS, NO MANCHEN, AHORA SI ESTOY INSPIRADA, ok, le paro con las mayúsculas, buenas tardes, días, noches, a todos, soy yo nuevamente y esta es la nueva aventura :D Ace x Sanji!!! Espero les guste, gracias por leer y amo todos sus comentarios, adiós por ahora, HASTA LUEEEEEEEEEEGOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

Quédate...   - Ace x Sanji - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora