El deseo de matarte || D. #3

1. "Necesario"

-No voy a hacer eso- fruncí mi ceño mientras oía a la psiquiatra decirme los nuevos retos para la semana- yo no lo necesito.

Su suspiro lleno la habitación dándome a entender como siempre, que ella estaba a unos minutos de decirme lo que no quería escuchar.

-Jaliet es necesario, necesitas ir superando tu miedo y dejando la medicación de a pocos- negué frenéticamente.

Yo no volvería a pisar una cabaña ni en esta ni en ninguna vida.

-No voy a ir a ningún bosque- cruce mis brazos firmemente en mi pecho- no creo que sea la manera de tratar mis traumas.

-Tampoco puedo mantenerte medicada toda la vida, eres demasiado joven como para tener que vivir a base de pastillas- rodé los ojos, era la quinta vez en el mes que escuchaba eso.

-No es mi culpa que...

-Nadie dice que es tu culpa, tú solo eres la víctima, pero tienes que poner de tu parte para poder ir dejando pastillas de a poco- tomo si libreta para anotar algunas cosas- ¿cómo vas con eso del estrés postraumático? ¿Ya podemos ir reduciendo las dosis?

Asentí frenéticamente, eso sí era algo que podía cumplir.

-Los ejercicios me están sirviendo mucho, puedo controlarme mejor- ella sonrió luego de oírme- ya no ocupo tanto esas pastillas, a excepción de...-me calle mirando mis pies.

- ¿De los cuadros de ansiedad? -asentí- eso es por la línea de traumas, no creo que podamos resolver tus ataques por miedo en bastante tiempo, quizás podríamos ir tratándolos, pero primero enfoquémonos en lo que es más fácil.

Asentí pasando mis uñas por mi palma.

Ya no las clavaba, pero si necesitaba ese tacto por mero impulso.

- ¿Lo de la paranoia? - en eso volví a asentir frenéticamente- ¿dejaste de sentir ese constante peligro? - ladeé la cabeza.

-Si y no- me miro confundida anotando en su libreta- ya no creo que todos me estén siguiendo, pero en lugares nuevos si me siento bastante tensa.

Asintió sin despegar la vista de su cuaderno.

- ¿La depresión post aborto? - ese era un tema que prefería nunca tocar en estas sesiones, pero era inevitable- es necesario hablar de eso y lo sabes.

Asentí sin muchas ganas.

-Estoy bien con eso, ya no siento tanta culpa por no haberme puesto triste cuando el feto dentro mío se fue, lo único que aún me trauma es el legrado que me hicieron y el ser consciente que mi sistema reproductor está muy dañado- me encogí de hombros.

Era hasta cierta parte raro que las sesiones fueran cada semana, pero ella lo tomara como si hubiera pasado un mes entre cada una.

-Bien- me paso una receta nueva en la que disminuía ciertas dosis de mis pastillas, pero la del insomnio seguía intacta.

- ¿por qué no...

-Sé que no puedes dormir aún, y que te despiertas gritando- enmudecí inmediatamente- pero todo es un proceso Jaliet, no tienes que forzarte a nada, y prefiero darte pastillas para dormir que más drogas para esos cuadros.

Asentí, no quería drogas, no después de haber consumido tantas por culpa del infeliz ese.

-Gracias- me levante alisando mi saco- vengo la próxima semana.

-Todo es un proceso recuerda, y lo estás haciendo muy bien- me dio un corto abrazo antes de que me fuera de su consultorio.

- ¿Y qué tal? - Alexa me esperaba expectante como en todas las sesiones, ella tenía mucha fe en que mi cambio seria rápido- ¿ya no tienes que tomas pastillas?

Rei por su insistencia con ese tema, a ella no le gustaba que me la viviera consumiendo anti traumas, o así ella los llamaba.

-Solo ha pasado una semana desde que me lo preguntaste- rodé los ojos tomando su mano para irnos- pero me bajaron las dosis- sacudí mi receta en su cara.

- ¡Felicidades! -me abrazo de manera brusca como si fuera un mono- cada día estas un paso más adelante.

Me reí de nuevo.

Alexa era como esa fuente de motivación permanente que tenía conmigo, en estos cuatro meses nunca se había despegado de mí.

- ¿Vamos por un café? -ella corrió asintiendo hacia su carro, Perla, que ahora tenía un montón de calcomanías pegadas en la parte de atrás.

Las coloco luego de que le conté lo que él había pensado hacer en aquella fiesta con esas dos Perlas.

Se subió al piloto y yo a su costado, nos colocamos el cinturón, pero yo me hundí en el asiento.

- ¿No le dijiste del cansancio que sientes todos los días? -negué- sabes que no es normal eso.

Asentí.

-Es parte de la depresión- me incorpore normal en mi asiento- ella sabe que tengo depresión, solo que aún no le he confesado que sigue estando ahí el mismo sentimiento que tenía en la cabaña.

Me miro de reojo negando.

-Deberías decirle, no creo que sea bueno que sigas sintiendo eso luego de tanto tiempo, sé que no es fácil, pero me preocupa que se ponga peor.

-Si me compras un pedazo de torta podría mejorar-bromee picando su hombro con mi dedo.

-Eres una chantajista- me saco la lengua estacionando en nuestro destino- ahora baja que seguro Matheo debe estar esperándote.

- ¿Nunca vas a cansarte de intentar juntarnos? Solo somos compañeros de trabajo- baje del auto sintiendo la brisa del aire en mi cara.

Me había vuelto adicta a esa sensación.

-Quizás algún día, cuando se casen- rodé mis ojos riendo- puedo esperar todos los años que necesiten.

-Sabes muy bien que no ocupo ninguna relación con ningún hombre, por lo menos en varios años o décadas- ella asintió.

-Yo lo sé, por eso Andrew ya no está aquí- entro como si nada a la cafetería.

Pero a mí me había dolido la sola mención de ese nombre, porque a pesar de todo lo que él me había ayudado nunca habría podido corresponderle de la manera que él quería.

Y eso me generaba una tristeza profunda.

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Holaaaaaaaa, sé que con este capítulo tienen muchas dudas pero tranquilos que poco a poco todo se ira aclarando.

Gracias por todo el apoyo a la trilogía. De verdad es bonito leer cuanto cariño y odio tienen con los personajes.

No se olviden de seguirme en IG: alessiaklin que volveremos a estar activos.

Los ama:

Alessia.