-Al final música es música, no creo que tengas que darle tantas vueltas, es peor seguir pensando en eso- Alexa me había repetido lo mismo que hace quince minutos, pero no me quedaba tranquila.
-Pero no una canción en ese idioma, eso es lo raro- la paranoia de que Aaron hubiera estado ahí en la fiesta había crecido desde que habíamos llegado ayer a mi casa- Yo sé que el...
- ¡Jaliet! - sacudió mis hombros con una clara molesta en su rostro- Cálmate- abrió mis palmas que estaban cerradas y clavándose las uñas- solo es una coincidencia, la música no es fea y seguro le gustaba al dj o algo así, tranquila, solo te haces daño- mire confundida mi cuerpo.
Estaba poniéndome tensa y mis palmas se abrieron de golpe.
-Estoy bien- me hice a un lado para pasar al baño y encerrarme ahí- creo que necesito estar sola- encendí la llave de la ducha para que no se sintiera como un rechazo hacia ella.
- ¿Qué? - su tono se hizo dudoso- ¿segura? yo...- sabía que estaba dolida y confundida porque jamás la había alejado de mi- está bien, iré a ver si mamá necesita ayuda en la cena, nos vemos después.
Escuche como la puerta se cerró y me deje caer en el suelo del baño.
Cerré mis ojos buscando algún tipo de pensamiento claro que me alejara de la imagen de Aaron en la fiesta que mi mente había creado.
Mi cuerpo se siento cansado de manera repentina, me dolía hasta moverme y respire de manera profunda como la psiquiatra había dicho.
No sé cuánto me demore, pero me pare de golpe para cerrar la llave de la ducha que había estado prendida todo ese rato, me lave la cara y salí en busca de lo único que me mantenía cuerda y alejada mentalmente de la cabaña.
-Manchas- llame a mi cachorro que estaba en el cuarto vacío de Kate- ven- movió su cola en mi dirección mientras avanzaba- vamos a mi habitación.
Me siguió feliz mientras yo miraba la hora en el reloj de la pared.
Faltaban dos horas para que Kate regresara de su paseo escolar con mis abuelos.
Hasta entonces la soledad de la casa no me generaba un miedo como tal, las primeras veces me sentía acorralada por un sentimiento falso de paranoia, pero ahora solo trataba de despejar mi mente, además que los cerrojos estaban puestos y las cámaras funcionando.
Y como si fuera poco, Manchas había sido entrenado en mi defensa, pero yo prefería que nunca peleara, no quería que fuera un perro agresivo o malo.
-Estamos en casa- el movía su cola y daba vueltas felices, como si entendiera a que me refería- juntos pequeño- se apoyó en mi cadera para estirarse a lo que sonreí- ¿quieres jugar?
Su ladrido en respuesta me saco una carcajada.
Busqué su pelota por debajo de los muebles, pero encontré todo tipo de juguetes que creía perdidos antes que lo que verdaderamente buscaba.
-Así que aquí abajo escondes todo- era el mueble de la esquina que ignorábamos cada que nos tocaba limpieza de casa- perrito inteligente.
Cuando por fin logre encontrar su pelota mire alrededor porque quizás lanzarla era una mala idea.
Dude mirando la puerta varios minutos hasta por fin decidirme.
- ¿Quieres ir al parque? - mi cachorro me miro unos segundos como si para el la pregunta también fuera sorpresa y ladro en respuesta- pues vamos.
Tome mis llaves y su correa para colocársela y salir.
Respire profundo antes de caminar hacia el parque, no era la primera vez que salía sola pero siempre me generaba ese pequeño atisbo de intranquilidad, por más que tuviera el collar o que Manchas atacaría a cualquier extraño que me quisiera hacer algo.
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El deseo de matarte || D. #3
Misterio / SuspensoYa no es aquella niña que Aaron secuestró, ahora está más que lista para enfrentarlo por que sabe que él regresará por ella. |TERCER LIBRO TRILOGÍA: DESEO|