Day 6

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Soulmate



El rubio maldecía una y otra vez mientras caminaba de un lado al otro culpándose incontables veces por su falta de atención, y miró nuevamente su lugar de trabajo a medio quemar. Lleno de cenizas, vidrios rotos y parte de sus material de trabajo quemados.

—Uh, ¿señor, Vinsmoke? —el rubio miró a su lado a un hombre alto de cabello gris y dos puros en los labios, siendo acompañado de otro sujeto moreno y cabello verde.

Sanji suspiró y volvió a maldecir. Observó nuevamente al local, donde algunas personas de la estación de bombero salían y entraban buscando la causa del incendio.

Sanji había recibido hace quince minutos una llamada del local vecino donde entre maldiciones le decía que su lugar estaba incendiándose y que comenzaba a extenderse a los locales laterales. Al llegar, por suerte; los bomberos ya estaban allí y apagaban el fuego que salía del lugar. Pero sabía que algunas personas no estaban contestas y habían sufrido bajas también gracias a ello, aunque habían sido muchísimos más menores que las de él.

—Sr. Vinsmoke, el Sr. Wanze nos ha informado que debe pagarle por los daños que su pastelera sufrió debido al incendio. —comenzó hablar el oficial sin quitar los puros de sus labios.

—Maldito vejestorio. —murmuró Sanji, sacando un cigarrillo y miró al oficial recordado su nombre cuando se presentó hace algunos minutos—. Oficial Smoker, si me disculpa tengo algo más importante que atender que las necesidades de ese sujeto.

Exhalando el humo de su cigarro Sanji miró hacia el local de pasta que se encontraba al lado del suyo y maldijo a su dueño al ver la pared lateral machada de ceniza. Ese hombre solo quería molestar al rubio como siempre lo hacía y definitivamente ahora no estaba de humor.

El moreno que acompañaba a Smoker gruño al oír la respuesta del rubio pero fue detenido por el mayor antes de que dijera algo.

—Estaremos por aquí más tiempo, Sr. Vinsmoke.

Sanji asintió patentado una roca en el suelo sin apartar su vista de su preciado lugar y las maldiciones volvieron.

¿De donde iba a sacar el maldito dinero para reponer todo lo que se había quemado?

Suspiro tomando el cigarro en sus dedos y lo pensó dos veces antes de mojar su pulgar e índice con saliva y guardó la colilla en la cajetilla. Un carraspeo lo hizo alzar su mirada y un hombre sonriente y con pecas en sus mejillas alzó en sus manos un quemado secador de pelo

—Esto. —alzó más el aparato a la vista del rubio—. Aunque no era la única secadora de pelo enchufada, está fue la causante del incendio.

Sanji trató de reconocer un poco lo que sus manos sostenían y gimió frustrado al notar que era su secadora nueva, que hace tan solo semanas había comparado y era demasiado cara.

—Debería desconectar todo aparato una vez que deje el local. —volvió hablar el bombero y Sanji entrecerró sus ojos con molestia. No sabía si estaba hablando amablemente o se burlaba de él.

—¿Es... —Sanji trago fuerte y suspiró—. ¿Es muy grave?

El bombero mostró una pequeña sonrisa esta vez y antes de que pudiera responder otro sujeto llegó corriendo a su lado, soltando una fuerte carcajada.

LuSan Week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora