I love you, father • [William x Michael]

Capítulo 02.

U-uwu ola debería estar siendo responsable y haciendo la comisión d una amistad pwro la responsabilidad es d gaes 🥺🥺

Bwpis acw nuevw capitwlo, nw sean grwswrws grrr 😾

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El sonido de dos pieles chocando, los sollozos y gritos que invadian el lugar. El olor a tabaco y alcohol que te embriagaba con solo ingresar a aquel sotano. Los jalones de cabello, las mordidas, las nalgadas y esas ocasiones donde los cigarrillos eran apagados sobre la piel del menor. Era una escena que se volvió frecuente, más de lo que debería.

Y ese día parecía que nunca iba a acabar.

Días antes Henry, el querido Henry, se había dado cuenta del odio que William le tenía a su hijo y que al paso de los días era mayor. Así que en un intento de ser un mejor amigo se ofreció a cuidar a Elizabeth un par de días, para que así William y Michael salieran un poco, se divirtieran y convivieran como padre e hijo.

Pero claro, eso no salio como se esperaba. En cuanto Elizabeth puso un pie fuera de casa, William comenzó con su tortura diaria.

Michael se sentía a desvanecer, no parecía tener fuerzas ni siquiera para pedir que parará. Sus ojos parecían sin vida, y las lagrimas que antes eran abundantes ahora luchaban por salir. William se dio cuenta y sonrió un poco al verlo así, tan vulnerable, tan lindo.

Lo sento con cuidado sobre el, sin parando por un momento de las embestidas y tomándolo suavemente de la espalda.

—¿Estas sediento? ¿Tienes hambre?... Hasta me das pena... – Sonrio de forma altanera, observando esa expresión muerta que solo lo hacía tener aún más ganas de seguir embistiendolo. — ¿Quieres beber un poco? -

La botella de licor se deslizo suavemente por los labios del menor, en cuanto lo sintio en sintió en su garganta un sonido de disgusto y una gran mueca se adueñaron de el. Se separo de la botella e hizo su cabeza a un lado para toser y escupir aquel liquido que quemaba en su garganta.

—Duele... – Mencionó mientras sujetaba su garganta, sollozando de manera amarga y sin quitar aquel rostro de disgusto. El mayor solto una carcajada, mientras volvía a acomodar a su hijo sobre el. Esta vez quien tomo el trago fue el, uno bastante grande. Apreto suavemente la mandibula del infante y sin darle tiempo hundió sus labios contra los suyos, obligandolo a tragar aquel amargo y rasposo liquido en su totalidad.

El pequeño pareció volver a la vida, pues empujó a su padre tan fuerte como pudo y trato de escapar. Pero no pudo dar ni siquiera un par de pasos, cuando cayo de nuevo al suelo. Sus piernas temblaban, sus ojos habían vuelto a lagrimear, y entonces se dio cuenta de que la mano de William era lo que estaba empujándolo al suelo, sin dejarlo respirar.

—¿A donde vas? – Preguntó con una mirada que a cualquiera le daría escalofríos.

—Y-yo... –

—"¿T-tu?", Te pregunté a donde vas. –

E

staba acorralado, su padre se encontraba completamente sobre el, enojado. Sabía lo que seguía, sabía que volvería a ser penetrado de forma violenta, pero entonces sintió una suave caricia en su espalda. Y una suave risa.

Giro su cabeza para ver por el rabillo del ojo a su padre, no lograba reconocerlo. Tenía una sonrisa tan dulce y una mirada tan llena de amor.

Volteó su cuerpo con dulzura, para quedar frente a frente. Estaba desconcertado, asustado. Sus mejillas fueron acariciadas, apretadas con suavidad, sus labios fueron besados con ternura y una cadena de besitos lleno su rostro.

Su padre se dió cuenta de el rostro confundido, y una vez más solto una suave carcajada.

—Es solo qué... Te pareces tanto a tu madre... Con esos ojos asustadizos, esos labios carnosos, esos gritos de dolor... Simplemente es como tenerla conmigo... Es como si tu fueras ella. -

Otro beso fue dejado en sus labios, siendo más duradero en esta ocasión.

Michael se sintió extrañamente amado. ¿Aquello estaba siendo realmente por su bien? ¿Su padre realmente lo amaba? Por un momento penso en volver a huir, pero no pudo. Sus manos se levantaron al igual que su mirada, abrazo a su padre, sollozando levemente.

—P-perdon por lo que le hice a Evan... No quería hacerlo... Perdón papá... Perdón –

Murmuró una y otra vez, con la mirada confundida de su padre. El abrazo fue correspondido, seguido de un beso en su frente y un "todo esta bien".

—Tranquilo chiquito, fue un accidente. Tu no hiciste nada mi amor, solo era una broma. –

Continuo mimandolo, por al menos 20 minutos, antes de decidir levantarse del suelo. Fue cargado con paciencia y llevado a la ducha. Su papá iba a entrar con el, pero sollozando le pidio dejar hacerlo el solo. Fue difícil mantenerse de pie, pero aún así logro llegar a la ducha. Y entonces se dejo caer al suelo. Llorando, sintiéndose tan sucio, como si de un juguete se tratará, se abrazo a si mismo mientras abría la regadera, para poder llorar tanto como quisiera, soltar todo lo que tenía.

Apreto su brazo, mientras veía con miedo la puerta, no quería salir, si salía tendría que fingir, fingir que amaba tanto a su padre que el miedo ya no era parte de el.

Pero entonces todo ese miedo, toda esa tristeza, ese arrepentimiento, esa sensación de vacio, todo eso, se convirtió en rabia, enojo y todo dirigido solamente a alguien.

Evan.

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pucha perdón x lo corto hasta aquí dió mi inspiración

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