Capítulo 4

67 12 1
                                    

Al marcharse de aquella gran casa, Daniel salió de su despacho, pues había escuchado el ruido de la puerta principal ser azotada; de forma agresiva fue hasta el salón principal, pero al notar que no había nadie, apretó los dientes chasqueando la lengua.

—¡Yeji! —gritó Daniel con evidente molestia, y en pocos segundos llegó aquella muchacha casi corriendo—

—Diga, señor Kang...

—¿Y Jihyo?

Aquella pregunta la tensó de inmediato, apretó sus manos con suavidad llevándolas a la espalda, y solo le tomó un par de segundos recordar lo que Jihyo le había pedido.

—No ha llegado, señor.

—¿Y el ruido de la puerta? Porque a mi no me haces imbécil Yeji, ¡¿Llegó o no?! —musitó molesto alzando la voz causando que aquella joven chica entrecerrara los ojos con debido miedo—

—N-no señor, ese era el jardinero, se ha ido...

Daniel rodó los ojos maldiciendo en voz baja, cuando de pronto soltó una fuerte bofetada al rostro de Yeji, ella al instante cubrió su rostro tratando de no soltarse en llanto, su cuerpo comenzaba a temblar del terror al igual que del dolor.

—¿A caso me crees imbécil?, ¿Dónde está Jihyo? Maldita ramera.

—De verdad, no lo sé, la señorita Jihyo no ha llegado... —su voz se escuchaba tan aterrada, a su vez se entrecortaba mientras que trataba de reincorporarse, su mejilla se veía completamente rojiza, y una de las comisuras de sus labios estaba manchada con sangre— Créame...

Kang por su parte suspiró de forma pesada mirando de forma fija a Yeji, de alguna manera verla temblar con aquel miedo, le aumentaba ese egocentrismo y aires de superioridad.

—Haré que te creeré, pero te costará caro, ¿oiste? —dijo haciendo una gran énfasis en aquella pregunta prendiendo la mandíbula de la menor con brusquedad apegandola a el. Su mirada se viajó de arriba a abajo, observandola con morbosidad alejandola de su cuerpo de golpe— Vete de aquí.

Jihyo y Sana se hallaban teniendo un paseo sumamente más ameno, contando alguna que otra anécdota divertida en las cuales una se percataba lo mucho que tenía en común con la otra.

—Hubo una vez que estando en Italia, un muchacho me arrojó una rosa después de mi parte del show, y quiso meterse a la parte de atrás del circo, para cortejarme, pero la verdad no me sentía cómoda con aquel joven, y Momo, mi mejor amiga, le hizo una broma diciendo que era mi novia —suelta una risa más sonora, Jihyo al escucharla alzó sus cejas sorprendida, pues su risa era demasiado adorable como para no fascinarse—

—¿De verdad dijo eso? —preguntó la mayor entre ligeras risas sin dejar de mirar aquella hermosa sonrisa que la pelirroja poseía—

—Claro, me abrazó y toda la cosa, fue demasiado divertido, ver el rostro de confusión del muchacho, al final se marchó muy molesto y forcejeando con Jackson y JongDae porque nadie podía estar en la parte trasera del circo.

—Me imagino que debió ser muy divertido, ¿no les dijo nada el señor JaeBeom?

—Para ser honesta, el señor JB, nunca está, y si está es cuando está molesto, llega solo para gritonearnos y muchas veces para maltratarnos. —Jihyo en ese entonces frunció su ceño en signo de confusión, Sana descubrió parte de su espalda removiendo su cabello y al remover ligeramente el vestido pudo mostrar una cicatriz que tan sólo era el principio de una larga herida—

—¡¿El te hizo esto?!

—Cuando no practicamos como el quiere, es el castigo que recibimos. El látigo que carga no es precisamente para demostrar autoridad, lo usa muchas veces para golpearnos.

Pretty Circus® •|| Sahyo ||• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora