Amor

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Hayden despertó. Se encontraba acostado en una camilla, en el cuarto de un hospital. El cuarto se encontraba solo, con una silla donde estaban sus pertenencias y una ventana hacia la ciudad. Estaba con suero intravenoso, y al parecer le habían puesto algunos medicamentos.

-¿Eres Hayden Bonnet? - comentó un doctor mientras abría la puerta del cuarto
-Si... Soy yo... - respondía algo tímido el chico
-Bien... Qué es lo que ha pasado?
-Yo... Alguien en quien confié, abusó de mi... - comentó con su voz algo quebrada
-Tuviste relaciones? - comentó el doctor secamente
-Si... Era otro chico... - respondía apenado
-Ya veo... ¿Sabes si el chico tiene alguna enfermedad?
-No lo sé...
-¿Cuánto tiempo pasó desde aquella vez?
-Ya casi tres meses...
-Bien, Hayden te haremos algunas pruebas. Te quedarás aquí por un tiempo, quizas una semana.
-Gracias doctor...
El doctor cerró la puerta sin siquiera voltear a ver a Hayden.
Volvió por fin a quedarse solo. Sin mas compañía que las aves que volaban por la ventana y su celular.

Se preguntaba como todo este tormento era posible. Al menos el dolor fisico había cesado un poco. Pero su dolor emocional seguía. Veía el mundo de diferente manera ahora. Recordó el desprecio de su propia familia. De cómo no podía contar con ellos para absolutamente nada, de cómo siempre buscaba el consuelo emocional en los brazos de algún extraño, de cómo se sentía como una "carga" para los demás.

Miraba a través de la ventana como los carros pasaban y las aves volaban juntas, ansiaba esa libertad y ese amor que la vida le había negado tanto.

Los días pasaban y los médicos se daban cuenta de todo el abuso y abandono que Hayden había vivido. Sin embargo nadie haría nada. Ni una sola alma ese día, ni los siguientes, se detuvo a preguntarle si se encontraba bien. Nadie excepto, su chico especial. Era el único que le daba fuerzas. Lo hacía sonreír en sus momentos más tristes.

-Bien Hayden, al parecer no tienes nada grave. Las pruebas salieron negativas. Ocurrió un leve desgarro como ya te habíamos comentado, pero solo continúa con algo de reposo y junto con los antibióticos mejorarás en unos días.

-Gracias doctor -decía mientras se preparaba para empaquetar sus cosas.

Su mente daba vueltas. Sentía miedo, se sentía poco seguro. Cómo volvería solo a casa... Si es que a ese pequeño cuarto se le podía llamar hogar. Se fue caminando unos tramos y le sobraron algunas monedas para utilizar el transporte público.

-Glenn... Por qué me hiciste ésto...

Sentía ganas de llorar de nuevo, no fue sino hasta que llegó a su "casa" que cayó en llanto. Decidió bañarse para quitarse todo el humo sucio de la calle. Necesitaba paz en su vida, aunque la renta estaba por vencerse y debía buscar rápido un trabajo.

Los meses pasaron, sus pruebas médicas de rutina habían salido normales así que no había nada más que temer. Sin embargo, su mente aún seguía con miedo. Recordaba el rostro de Glenn, su mirada y su voz. Sentía ganas de llorar, miedo, asco y angustia al recordarlo. Su estómago se revolvía y quería vomitar.

En camino a la clínica salía con miedo, tenía miedo de volver a vivir ese terror de nuevo. Finalmente llegó y se sentó en la sala de espera. Se sentía tan fuera de lugar y disfuncional, como si fuese ajeno a este mundo.

-Hayden Bonnet, pasa por favor. - indicó la doctora dirigiéndose al consultorio.

Hayden tomó asiento, la doctora lo interrogó y lo inspeccionó.

-Yo... Fui violado hace meses... - comentaba apenado y triste, mirando hacia el suelo.

La doctora observó a Hayden con algo de tristeza por un momento y con mucha comprensión le dijo lo siguiente.

-Lo siento mucho Hayden... Me alegra que tengas la confianza de comentarme. Se que debes estar asustado y preocupado, pero todo estará bien. Si te hubieses enfermado de algo, la enfermedad ya se hubiese manifestado desde hace meses. Aún así hay que continuar con las evaluaciones, solo para prevenir. Tus exámenes de laboratorio han salido normales. Físicamente estás bien Hayden. Pero recuerda que mentalmente debes estar bien también, te sugiero que busques apoyo para poder sanar tu mente.

Hayden sintió una enorme tranquilidad ante el comentario y asintió a la sugerencia de la doctora. Aunque desafortunadamente no tenía mucho dinero en estos momentos. El trato amable lo tranquilizó. Aún seguía con algo de miedo cuando se encontraba solo en la calle. Observó por un momento el cielo, se tranquilizó y recordó a Jules. Sus escritos, sus canciones y sus fotografías. Jules siempre escribía sobre el cielo. Nunca imaginó que podía amar de esa forma, Jules siempre le enseñaba a apreciar las cosas simples de la vida. En su relación no había ningún interés de por medio. No había dinero o cosas, solo amor... Miró de nuevo hacia el cielo. Lo admiraba y lo amaba. Jules le hacía sentir que no estaba solo.

"Jules... Cómo me gustaría que tu corazón sintiera lo mismo que el mío..."

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⏰ Última actualización: Jun 16, 2022 ⏰

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