A DEEPER CONNECTION: A NEW BEGINNING

Capítulo 10: Trust

Cuando el Señor Tenebroso arrojó finalmente el polvo Floo verdoso en las llamas ardientes de la familiar chimenea de Spinner's End, con las palabras "Mansión Lestrange" en los labios, fue mucho más tarde de lo que había previsto en un principio.

Tras la proclamación del veredicto, la Sala Diez había estallado, como era de esperar, en un caos que sólo se vio interrumpido por las lágrimas absolutas de alegría de Corvus Lestrange, a quien se le habían caído la mayoría de sus habitualmente inmaculadas máscaras de sangre pura mientras se abalanzaba sobre sus hijos. La mayoría de los miembros del Wizengamot se congelaron, aunque sólo brevemente, cuando los Lestrange se reunieron en un abrazo reconfortante.

En circunstancias normales, Tom habría preferido quedarse más tiempo, pero tenían un plan que seguir mientras Severus los guiaba hacia la salida de la Sala Diez, que a estas alturas se había convertido en un frenesí de cámaras llamativas mientras la armada de reporteros presentes intentaba conseguir la mejor foto de la familia recién reunida. Mientras tanto, muchos Lores y Damas del Wizengamot parecían conmovidos por la reunión familiar, dada la expresión abiertamente afectuosa que mostraban algunos.

Sin embargo, hubo excepciones.

La bruja Dolores Umbridge, con aspecto de sapo, parecía que alguien había convertido sus ropas rosas en un color similar al del barro o el vómito, mientras que unos cuantos fanáticos antioscuros y amantes de Dumbledore, como Elphias Doge, parecían compartir el sentimiento, intentando rebatir la validez del veredicto.

Mientras sus ojos se movían sobre la alborotada multitud, sus ojos se detuvieron brevemente en una figura que parecía comportarse de una manera bastante peculiar. A diferencia de todos los que le rodeaban, Bartemius Crouch padre no se había movido ni un ápice desde la proclamación del veredicto. Como si estuviera conmocionado, el jefe del Departamento de Cooperación Mágica Internacional se limitaba a mirarse las manos, con los ojos muy abiertos y la mandíbula ligeramente desencajada. Tal vez, sólo tal vez, por fin se había dado cuenta el fracasado padre de lo mal que había tratado a su hijo antes de firmar su sentencia de muerte enviándolo a Azkaban. Nadie debería ser forzado a estar bajo la exposición de los dementores durante largos períodos de tiempo, pero especialmente no un individuo alegre como Barty. Con suerte, Bartemius Crouch padre se había dado cuenta por fin de la gravedad del maltrato a su hijo.

Antes de que pudiera pensar más en el Crouch mayor, Severus lo instó a moverse. Casi habían llegado a la salida de la Sala Diez cuando una figura alta se interpuso en su camino -Severus, muchacho, tenemos que hablar-.

Sin dejar espacio para la protesta, a pesar del mejor intento del maestro de Pociones por evadir lo inevitable, Dumbledore los condujo a su despacho privado. Una vez que la voz mágica anunció que habían llegado al "Nivel Uno, Ministro de Magia y Personal de Apoyo", Dumbledore les indicó que salieran del nauseabundo ascensor y lo siguieran hacia las oficinas privadas de los miembros de más alto rango del Wizengamot. Mientras su Igual y el Maestro de Pociones eran invitados a seguir al Director dentro de la oficina de tamaño moderado con la placa dorada 'Albus Dumbledore, Director del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, Orden de Merlín, Primera Clase, Gran Sorc, Chf. Warlock, Supreme Mugwump, International Confed. of Wizards', a Thomas Prince le dijeron que esperara en una sala de visitas cercana y semiabierta que parecía haber sido diseñada pensando en los niños pequeños.

En el transcurso de la hora siguiente, se transmitieron fragmentos de la conversación entre Dumbledore, Severus y Harry a través del enlace reforzado. Al parecer, el director no estaba muy satisfecho con la forma en que Harry había tratado a su padrino en recuperación, pero no podía hacer mucho debido a la presencia de Severus. Eventualmente, el demasiado curioso Señor de la Luz comenzó a interrogar a los dos sobre la mala influencia de Thomas. Como era de esperar, sin éxito.