Capítulo 4

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VICENT

La transición de niñez o bueno pre adolescencia a la adolescencia no es fácil, tiendes a tener muchos cambios y muchas dudas en tu vida, mi padre me ha explicado que muchas veces los hogares no son tan saludables para los niños y que el amor de un padre es tan importante de lo que parece, el afecto, la compresión hasta lo más mínimo tiende a ser importante cuando llegas a tu adolescencia, por eso no todos somos iguales unos somos más fuertes, otros más débiles como Jhan.

He simpatizado mucho con él estos días y no niego me molesta ver cómo pueden existir personas que lastimen a otras, lamentablemente Jhan tiende a aferrarse a los chicos, ya que le hace falta ese amor de padre, ese amor masculino y en su afán de conseguirlo lo entrega todo muy temprano por eso lo lastiman muchas veces, oírlo, verlo llorar me ha tocado mucho, y es extraño, ya que no soy ese tipo de chico que va ayudando a las personas, pero por alguna razón me siento en la obligación, aquel día que lo vi apoyado al lavamanos llorando no pude dormir pensando que le había pasado, después sentir como se derrumbaba en llanto mientras lo abrazaba ahí me preocupe sabía que no estaba bien y que necesitaba a alguien.

Oírlo, llorar se había vuelto común, pero esa llamada fue muy fuerte para mí, nunca lo supo, pero llore, llore con él y trataba de ser fuerte, mi padre tiene una obsesión con que yo estudié psicología, dice que soy bueno, pero esto no es lo mío y por primera vez tome ese roll.

—Jhan tranquilo, tienes un mundo por delante, y lamento decirte que no será el primero ni el último, tal vez conozcas a alguien más. —exprese tratando de calmar su llanto.

Sabía que estaba, solo que sus padres no estaban en casa, trate de estar con él en esa llamada.

—Lo extraño Vincent, no sabes cuanto todo en mi casa es un flashback, la cama, mi habitación, su maldito olor quisiera sacarlo de mí, quisiera olvidarme de él, arrancarlo siempre de mi corazón, me destruyó muchísimo quiero odiarlo y no puedo.

No supe que decir, me quedé en silencio, eso último me había dolido hasta mí, Jhan cada vez se ahogaba más en su dolor, pensaba en que hacer. 

—Jhan necesito que estés tranquilo, te colgaré unos momentos mándame tu ubicación. —hable.

Colgué la llamada y comencé a colocarme mi Jeans, me coloqué un suéter y un buzo, hacía un poco de frío, el reloj marcaba las nueve y media de la noche, mis padres ya estaban dormidos, así que salí tranquilo en la moto. 

Maneje lo más rápido que pude y fui camino a casa de Jhan.

Miraba mi celular para hallar su casa hasta que pude, estacione mi moto a las afuera de su casa y toque la puerta.

Verdad falsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora