La primera vez que cruzaste por esa puerta algo en mí se movió.
No me preguntes que fue, ni yo mismo lo reconocí en ese instante, de hecho, creo que aún no puedo decir a ciencia cierta que fue lo que hiciste en mí, sólo se que algo en mí estómago se removió en su lugar.
¿Acaso eres brujo?
Quiero decir...
No tienes nada en especial, sólo eres un jugador más en un simple club, tus ojos no tienen ningún brillo especial, tu cabello es el rubio más común que he visto tal vez nunca
¿Cómo haces para que dude tanto de lo que siento?Tsukishima Kei
Tsukishima Kei, no era alguien que se interesara mucho en actividades extracurriculares, de hecho, pasaba el año escolar haciendo solo lo que consideraba "suficiente". Si...no era de esforzarse mucho en absolutamente nada, pero eso no era impedimento para participar en una que otra cosa, y con "una que otra cosa" me refiero a nada más y a nada menos que al club de vóley de la academia Karasuno.
Junto a Tadashi Yamaguchi, su mejor amigo, ingresó al club masculino de dicho deporte.
No estaba mal. Podría decir que incluso se divertía molestando a sus dos idiotas favoritos, Kageyama y Shoyo, pero no permitiría que lo escucharan decir tal cosa. Conociéndolos, su única media neurona los haría sentir orgullosos de ese hecho, y eso sería realmente...
Incómodo.
El megane era alguien reservado, un introvertido en potencia, alguien que prefería callar aquello que le incomodaba a expresarlo abiertamente, para él aquello era, en su lenguaje, "patético". Ni siquiera Yamaguchi, quien ha estado con él desde el inicio ha podido sacarle algo al de lentes, mucho menos después de lo ocurrido con su hermano, una tragedia sin duda. El pobre pecas ha tenido que aprender a leerlo, algo que en muchas ocasiones no le ha funcionado del todo, pero lo intenta.
Volviendo al presente.
Tsukishima y los demás estaban empezando con sus calentamientos previos a la práctica cuando las puertas del gimnasio fueron abiertas y a través de la misma entraron el coach Ukai, Takeda-sensei y un joven de ojos color magenta y cabellera rubia que traía consigo un bolso lleno de broches de animes.
La curiosidad reinó al instante.
— Bien, escuchen —llamó la atención Takeda-sensei—. Hoy recibiremos a un nuevo integrante en el equipo, el es ______ Takeda, es mi sobrino, así que
El mencionado solo levanto la mano y saludo con una linda sonrisa en su rostro, la vista de muchos fue cautivada por el mismo, en especial unos curiosos ojos avellanas.
— Hola ______, yo soy Sawamura Daichi, el capitán del equipo, es un placer recibirte —habló con su característica sonrisa amable a la vez que ofrecía su mano como saludo, el menor la recibió gustoso—.
— El placer es mío, Daichi-san —respondió devolviendo la sonrisa— A partir de hoy estaré bajo su cuidado.
Antes de que la presentación continuase dos enérgicos enanos se acercaron con rapidez al joven llenándole de preguntas.
— Hinata Shoyo, ¿Cual es tu posición? ¿Cuánto mides? ¿Hace cuanto juegas?
— ¡Hinata, idiota! ¡Al menos deja que respire!
— S-soy libero —respondió por lo bajo. Aquella enérgica cabellera naranja le hacía sentir intimidado, podía jurar que era unos centímetros más alto que él—.
— ¡Woah! ¡Yo igual soy libero! Nishinoya Yuu —otra bola de estamina habló con rapidez en su radar, ¿Acaso todos eran así?—.
Mientras las preguntas continuaban en conjunto con las presentaciones, cierto chico de lentes no podía apartar la vista de la bajita cabellera rubia del recién llegado.
Mejillas regordetas sonrojadas por la vergüenza que estaba experimentando, pecas casi imperceptibles, brazos bien formados, dignos de un libero, piernas firmes, camiseta holgada, cabello enmarañado y ojos de un característico y único color magenta, a lo lejos no tenían ningún brillo especial y mucho menos algo resaltable, pero entonces...
¿Por qué no podía apartar la mirada?
No tenía ningún rasgo distintivo, no había nada que le permitiera ser distinto o especial, de hecho podría jurar que había visto personas con ese color de piel, era ridículo.
Estaba consternado.
Su piel se sentía caliente, sus manos picaban con ir allí y por lo menos acariciar su cabello y comprobar si tenía aquella suavidad que imaginaba, sus piernas cosquillean con acercarse a él y presentarse como es debido, incluso podía jurar que su corazón latía a una velocidad anormal.
¿Qué era aquello?
— ¿Tsukki? — la voz de Yamaguchi le sacó de su ensoñación—. ¿Estás bien?
Suspiro acomodando sus lentes en el puente de su nariz.
— ¿Por qué no lo estaría?
Dio un último vistazo hacia el chico nuevo y se dio la vuelta para continuar con sus estiramientos sin saber que alguien más le dirigía la misma mirada mientras intensamente se preguntaba quién era aquel ser de ojos avellana que no había dejado de mirarle.
This side of paradise_Coyote Theory
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⇄ << ⅠⅠ >> ↻______ Takeda
¡Curiosidades!
— Tsukishima le dedica a rayito pequeños escritos como el del inicio, y rayito le dedica canciones, por eso arriba los escritos y abajo las canciones.
— Tsukishima no lo sabe, pero desde el momento uno que vio a rayito desarrolló cierta obsesión por sus ojos.
— Rayito es —en teoría— más alto que Hinata, pero al ser tan enérgico rayito se sintió intimidado por la gran presencia de Shoyo, por eso se sintió como si Hinata fuese más alto que rayito.
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It's just a libero [Tsukishima x Male!Oc]
FanficTsukishima no se consideraba a si mismo un genio en el voleibol como Kageyama o un amante del mismo como Hinata y mucho menos alguien egoísta, pero todo eso cambia cuando cierto chico aparece en su vida, todo cambia para el y su estoica mirada la cu...