🌈El amor de un Pintor🌈 (Lapacueva❤🤍)

♦Una serenata♦

"Unrequited love is the infinitive curse of a lonely heart"~Christina Westover~

6).-Una serenata:(C.C.B)

"El cumpleaños de tu prometida debería ser el próximo mes, ¿verdad, mi vida?", mi querida madre, Maqui, me recordó esa ocasión mientras tomaba una taza de té antes de llevarse el borde a los labios.

"Sí, querida madre", respondí con un ligero desinterés mientras cruzaba las piernas.

"Entonces, ¿qué planeas darle como regalo?" Volvió a colocar la taza en un platillo mientras me miraba con mucha atención.

Por supuesto que lo haría porque fue ella quien eligió a Pamela para ser mi futura esposa ya que siempre quiso tener una hija como ella.Fue por ese extraño cariño, que siempre quiso que yo le diera una perfecta nuera mejor que el resto, pero que mejor idea que elegirla ella misma. Un día, no me sorprendería si mi madre tuviera un cofre lleno de oro y diamantes, lo digo porque además de perfeccionista también era algo ambiciosa, eso era el porque quería a su futura nuera.

"Ella desea que yo toque el piano en su cumpleaños", traje mi propia taza de café y procedí a tomar un sorbo de mi expreso en un intento de entretenerme y distraerme de los nervios.

Actualmente estábamos ocupando nuestra pérgola que estaba construida en medio de nuestro patio con jardín. Sinceramente, esa era una parte de nuestra mansión que prefería aparte de mi sala de arte, ya que este lugar también estaba lleno de calma.

"¿Y aceptaste su pedido?" me preguntó en un tono bastante distante, su postura sentada se volvió rígida.

Por mucho que quisiera negarme a Pamela, "Acepté pero no sé tocar el piano", le respondí, tratando de no parecer disgustado.

Mi madre no era cruel como sonaba, de hecho, en el fondo era una madre cariñosa. Es solo que la dulce actitud de Pamela la engañó gradualmente y se hizo de la vista gorda ante las imperfecciones de la chica. A los ojos de mi madre Maqui, Pamela era una dama perfecta y dulce.

"Podemos contratar a un músico para que te enseñe ese instrumento, hijo" mi padre, Luis, se unió a la conversación con el ojo aún pegado al periódico de la mañana. Aparté la mirada de ambos.

"No se preocupe, padre, ya tengo a alguien que me enseñe eso", le dije y él simplemente asintió en respuesta. No era un padre negligente como parece, en realidad era un padre cariñoso, si me lo preguntan.El único problema era que siempre dejaba que su encantadora esposa se saliera con la suya.

"Espero que no sea una mujer, querido, ciertamente no me gustaría que estés saliendo con alguien a espaldas de tu prometida. Es una vergüenza que un hombre engañe a su mujer", mi madre frunció el ceño mientras me miraba fijamente con sus dedos entrelazados, inquieta.

¿Era esto quizás lo que ellos llamaban una intuición materna? Era algo bastante premonitorio porque sus dudas tal vez eran algo ciertas.

"Confía en mí, madre, nunca en mi vida pensaría en tener una aventura con otra mujer", me reí para mis adentros después de darme cuenta de que mi madre estaba parcialmente equivocada, ya que a quien estaba viendo a espaldas de mi prometida era un hombre. Por supuesto, ella sin duda se volvería loca si se enterara de mi aventura.

"Más te vale", dijo mientras se limpiaba los labios con una servilleta.

"Por cierto, ¿te importa si sé el nombre de la persona que te enseñará a tocar el piano?" me cuestionó mientras se quitaba el cabello rizado del hombro.