☣ ʟᴀ ᴇʀᴀ - ɴᴇᴏᴘᴀɴɢᴇᴀ ☣

ʚ ςคקเtยl๏ 2 ɞ

☣ ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 2 ☣

ᴸᴬ ᴱᴿᴬ
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17 de Junio de 2024.
11:00 am

El silencio reinaba en la sala a la que habíamos llegado todos. Tras el estruendo, todos habíamos quedado paralizados sin saber qué hacer. De pronto, unas alarmas resonaron de nuevo y las luces de cada lado de la habitación se encendieron. Estaba tan asustada y confusa que no me había percatado de las duchas que había sobre nosotros. Un torrente de agua nos azotó, hubo gritos de sorpresa y confusión, gritos aterrorizados que nos devolvieron a la realidad: estábamos en una sala de descontaminación. Todos quedamos empapados. Entonces, unas grandes compuertas se abrieron mostrando unas largas escaleras. Antes de que me diera cuenta, la multitud se abalanzó hacia adelante sin orden alguno. El caos se desató, traté de retroceder para no ser llevada por la corriente. Todo pasó muy rápido; de pronto, un brusco empujón hizo que me golpeara la cabeza y todo se oscureció...

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Abrí los ojos con dificultad. Un dolor de cabeza enorme evitó que pudiera percatarme bien de dónde me encontraba. Gemí levemente de dolor y llevé mis manos a la frente. Poco a poco, el dolor se pasó levemente. Entonces, oí un murmullo de voces; fue como un puñetazo que me espabiló. Abrí los ojos de par en par y miré a mi alrededor. Estaba al pie de las escaleras, se veía muy levemente, estaba casi a oscuras. ¿Me habría caído al golpearme la cabeza? Miré mi mano, tenía sangre. Me toqué la frente y noté una leve herida en ella. Maldije para mis adentros y con la manga de mi camiseta me limpié la sangre. La habitación estaba oscura. A mi mente vinieron los últimos sucesos y un sollozo escapó de mis labios. La roca de la realidad cayó sobre mí; había sucedido, realmente había ocurrido. Se me cortó la respiración por un segundo; una lluvia de meteoritos había caído, realmente había pasado. Una urgencia creció en mi pecho: mis hermanas. ¡Mis malditas hermanas! ¿Estarían bien? ¿Habrían entrado al búnker? Rápidamente, me puse de pie. Sentí un gran vacío, las piernas me temblaban de terror y debilidad por el golpe. Miré a mi alrededor y vi de dónde venía la luz, de una puerta entreabierta que estaba a unos metros a mi izquierda. Caminé, tambaleándome, hacia ella. Puse mi mano en esta y se abrió del todo. Muchas cabezas se giraron hacia mí; confusa, miré a todos lados, buscando un rostro conocido, y no lo encontré. Estaba demasiado desorientada. Sentí cómo mis rodillas tocaron el suelo de metal, luego lo demás se volvió oscuro. La oscuridad me envolvió una vez más.

• ────── ☣ ────── •

Sentía como una mano cálida me limpiaba el rostro con un paño húmedo, lo hacía con cuidado y delicadeza. Aún no abría los ojos, pero sentía en mi espalda una superficie dura y unas mantas. Creo que me habían puesto en el suelo sobre una manta.

—Menudo golpe se ha pegado... Mira esa herida.

—Pues sí... ¿Qué le habrá pasado? Me dio un susto de muerte cuando abrió la puerta... Pensé que, ya sabes...

La voz se extinguió lentamente hasta convertirse en un sollozo. La mano que me limpiaba la herida tembló ligeramente. Lentamente, abrí los ojos y mi primera visión fueron unos hermosos ojos esmeralda. Era una chica preciosa, de piel pálida y pecas. Su cabello anaranjado caía en ondas por los hombros y se veía delicada como una flor. Mi mente era un torbellino de confusión y dolor; aún no procesaba lo ocurrido. Me dolía mucho la cabeza, pero la confusión del despertar empezó a desaparecer. Me incorporé de golpe; tercer mamporro que me llevaba, pues choqué con la cabeza de la chica, que gruñó adolorida.