"El Trato"

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Ver a su amigo tirado con un corte por todo su pecho dentro del tren, hizo que algo se removiera en su interior, algo se quebró, las lágrimas bajaban de sus ojos sin que se diera cuenta.

Ese fué el punto de quiebre, no sabía porqué seguía haciendo esto, el porqué quería salvar a una persona que a final de cuenta no quería ser salvada.

Debió de hacerle caso cuando le dijo que no lo buscara, si lo hubiera hecho, Draken y Kakucho aún seguirían con vida, pero él creía que todos merecían un futuro en el que fueran felices.

Jamás debió de meterse con ellos, a lo mejor y los que estaban muertos seguirían con vida, muchos (en especial Draken) le habían dicho que no era su culpa, pero él conocía el futuro y pudo haber evitado tantas tragedias, pero por más que lo intentaba siempre fallaba.

Se había preguntado una vez, ¿Qué pasaría si el muriera? ¿Alguno de sus amigos lo extrañaría? ¿Sería más felices si él no estuviera estorbando con su presencia?

Estaba cansado, en estos momentos ya no le importaba nada, solo quería un momento de paz en toda esta tormenta, quería devuelta a sus amigos, quería pasar el tiempo con ellos y jugar, cómo los adolescentes que eran; sin embargo con cada respiración que daba, sentía más la carga tan pesada en sus hombros.

¿Por qué acepto esa carga? No tenía porqué preocuparse por nadie, sin embargo tenía un corazón tan noble que no soportaba la idea de que algún ser querido sufriera. Pero había llegado a la conclusión de que no debió aceptar todo eso.

¿Cuándo había empezado a llover? Estaba tan perdido que ni de eso se dió cuenta.

-Hanagaki Takemichi -una voz le habló y por extraño que pareciera, se le hacía familiar.

Volteó en dirección a la voz, no reconocía en nada la cara de esa persona.

-Has fallado tu misión de salvarlos a todos -la extraña voz familiar siguió hablando, los ojos sin brillo de Takemichi no le quitaban la mirada, lo siguió escuchando.

-Pero te daré una última oportunidad de arreglarlo todo. -la persona sonrió, por alguna extraña manera le trajo paz a Takemichi.

Takemichi seguía observándolo sin decir una palabra.

-Te daré la oportunidad de viajar más atrás en el tiempo y resolver todos los conflictos que hicieron que llegaran a este momento.

-¿A cambió de qué? -Takemichi habló después de un rato de estar callado. La voz misteriosa sonrió.

-A cambió de qué todas las personas que has conocido en esta segunda oportunidad no te recordarán y jamás sabrán de tí, y de todo lo que has hecho por ellos.

-¿Puedo salvarlos a todos y que tengan un futuro feliz? -preguntó, ya dándole igual si él también lo tendría.

-Sí, cambiando tu felicidad por la de ellos.

-Acepto. -no lo dudo ni lo pensó dos veces antes de aceptar.

-Antes de que cerremos el trato, pondré unas reglas.

1. No puedes interactuar con ninguna persona que conozcas.

2. Tendrás que cambiar el pasado sin ayuda de nadie, estarás solo está vez.

3. Una vez que tú misión se haya completado, vendrás conmigo sin replicar.

-Esas son las reglas, ahora que ya lo sabes, ¿Estás dispuesto hacer el trato conmigo? -extendió una mano enfrente de Takemichi.

-Trato. -extendió su mano para estrecharla con la que tenía enfrente.

-Hanagaki Takemichi, tenemos un trato. -seguía sin saber de quién era esa voz tan familiar, tal vez después de que acabe con la misión sabrá quién es.

Vió que la pelea seguía enfrente de él, vió a Mikey sentado observado a todos, por un momento sus ojos se encontraron, Takemichi sonrió levemente, esa iba hacer la última vez que se verían, Mikey abrió un poco más los ojos mostrando sorpresa y miedo por lo que estaba viendo.

Enfrente de Takemichi había un ser iluminado por una luz blanca, no distinguía su forma, pero parecía de una mujer, al menos eso creyó, la sonrisa que distinguió de él hizo que prensintiera lo peor, no le gustaba en nada, antes de bajar de dónde estaba vió como se iluminó al rededor de Takemichi y desapareció. Todos lo que estaban ahí, incluyendolo, se desmayaron y vino la oscuridad.

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-Creía que estaría solo en esto. -le dijo al ser de luz que estaba a su lado.

-Y lo estarás, solo te acompañaré por un momento para dejarte en ese tiempo.

-Mmh.

-Además, me escucharás de vez en cuando en tu cabeza, cuando este aburrido o te les acerques demasiado.

Takemichi suspiró, prefería eso a escuchar sus pensamientos negativos y suicidas.

-Bien, ya llegamos, ¿Estás listo? -su voz se oía amable.

-Estoy listo. -esa determinación lo iba a llevar a su fin algún día.

-Muy bien, puedes empezar.

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Escribí esto después de ver el último capítulo de Tokyo Revengers, está idea surgió después de ver el sacrificio de Kakucho y al no ver qué le den un descanso a Takemichi, ya merece descansar nuestro héroe llorón, ya hizo mucho por alguien que para mí, ya no vale la pena. Espero que les guste esta nueva historia, la estaré actualizando cada que se me venga una idea.

Nos leemos para la próxima actualización, matta ne ~

Reparando el PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora