Hanemiya Kazutora

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-¿De quién es el turno está vez?

-Veamos, oh este te cae bien y a mí también.

Takemichi se asomó, creo que no sería tan difícil está vez, posiblemente está vez sería rápido, vió a un chico de cabello negro con mechas rubias.

-Hanemiya Kazutora.

-

-Primero veamos cómo es con su familia, si podemos evitar lo que sea que pase ahí adentro, evitaremos que Sano Shinichiro muera.

-Evitar un trauma. -Takemichi suspiró, no es como si él se hubiera llevado bien con sus padres, pero al menos intentaría que Kazutora no sufriera cómo en el pasado.

-Entonces veamos que pasa dentro del departamento.

Ambos se asomaron a la ventana, el salón estaba vacío, parecía que no había nadie en esos momentos.
Pensaban que tal vez el problema no era dentro de la familia, sino de fuera, hasta que lo escucharon.

Gritos del Hanemiya mayor se escuchaban por toda la casa, los sollozos de la madre, implorando que dejara a su hijo, que no lo lastimara.

Escucharon un golpe y vieron como salía volando una mujer al salón, vieron como el pequeño Kazutora corría hacia su madre, mientras que el mayor iba caminando hacia ellos.

Lo que veían era demasiado, la chica volteó la mirada con impotencia, tenía tantas ganas de entrar ahí y agarrar a golpes al sujeto que estaba maltratando a su propia familia.

Ella vio como Takemichi seguía viendo, la mandíbula apretada al igual que las manos, enterraba las uñas en sus palmas, hasta el grado de hacerlas sangrar, veía como le costaba tranquilizarse, su respiración era pesada, estaba aguantando mucho, cómo la vez en que no tenía que intervenir con Kakucho.

-Takemichi

Él no escuchaba, estaba tratando de controlarse lo más que podía.

-Takemichi

De verdad lo intentaba, pero se le estaba complicando bastante.

-TAKEMICHI

Reaccionó al escuchar su nombre, volteó a verla, en su mirada se veía el enojo, la impotencia de no poder hacer nada.

-Trata de respirar, sé que no es fácil, pero inténtalo, hay que hacer las cosas bien. -Takemichi la vió, se veía la molestia e importancia, también vió como sus manos estaban temblando.

Respiró, al menos lo intentó, tenía que calmarse, pero los gritos y sollozos dentro de la casa le dificultaban la tarea.

-Hay que llamar a la policía.

-Lo sé, pero tenemos que juntar pruebas para poder hacer la denuncia.

-¿Cómo lo haremos si no tenemos nada para grabar o tomar fotos?

-Hay que comprar una.

Caminaron hasta el lugar donde vendían aparatos eléctricos, compararon tanto una cámara para tomar fotos, una grabadora de voz y una videocamara, ¿El dinero? Takemichi no sabe de dónde lo habían sacado, pero había ayudado mucho.

Grabaron y tomaron fotos, con impotencia de no poder hacer nada más, de todo lo que el Hanemiya mayor les hacía a su esposa e hijo.

Algunas veces cuando el padre no estaba, veían al pequeño Kazutora salir a la calle, estuvieron ahí cuando conoció a Baji, de cómo se hicieron amigos y jugaban juntos, también vieron como el padre de Kazutora lo arrastraba de vuelta a la casa, pasaba lo mismo todos los días.

Con suficientes pruebas decidieron hacer la denuncia.

-Hay un teléfono público cerca de la casa de los Hanemiya.

Ambos fueron, el que habló fué Takemichi.

-Quiero hacer una denuncia de violencia intrafamiliar. -dijo después de que al otro lado contestaran.

Dando los datos necesarios y teniendo las pruebas en las manos, hicieron que llegaran lo más rápido posible.

A los 20 minutos habían llegado, le dieron las pruebas, llamaron a la casa, el mayor abrió, se hubiera puesto peor si el mayor no hubiera cooperado, tardaron menos de una hora, cuando salieron con el padre arrestado, se lo llevaron en una patrulla, los vecinos veían y hablaban entre ellos.

Takemichi y la chica los veían apartados del lugar, ambos suspiraron con alivio, esperaban que el padre no saliera después de muchos años.

-Pudimos evitar un trauma a un pobre niño y su madre, ambos necesitaran un psicólogo pero creo que podrán superarlo, misión cumplida, Michi.

Takemichi asintió, de alguna manera lo hizo sentir mejor, estaba feliz ya que pudo evitar que algo malo sucediera y pudo ayudar a una persona.

Antes de irse, vió como un Baji pequeño se acercaba a Kazutora y lo abrazó, eso hizo sonreír a Take.

-Espero que ellos dos sean felices y que conozcan a Chifuyu.

-Ya verás que sí, cuando termines la misión, te enseñaré que fué de ellos. -Michi asintió con la cabeza, esperaba que todos sus esfuerzos dieran frutos.

-

-Bien, creo que nos faltarían dos personas más y terminaríamos con la misión.

-Aparte de Mikey-kun, ¿Quién más falta?

-Los Shiba.

-Taiju, Yuzuha y Hakkai.

Reparando el PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora