El barco se balanceaba de un lugar a otro de izquierda a derecha sin parar. El gran dragón quería algo, el gran problema era que no sabia lo que era. Llame nuevamente la atención de mis hombres y les dije:
- Tranquilos. Que no cunda el pánico. Acerquen a las catapultas y a los cañones.- desde un lado Bocón me dijo en voz baja - Hipo, estas seguro? Desde siempre odiaste el hecho de matar dragones. Solo debemos esperar un rato mas y- lo calle. Tenía un plan, (o algo por el estilo) que sin duda funcionaria (esperaba).
-No disparen aun!-Dije a mis hombres que ya estaban preparados -cuando diga ya disparan. - el barco se balanceo una vez- uno!- dos veces - Dos!- tres veces -Tres!- antes de que el barco volviera a la normalidad (y alterando la puntería de mis hombres) grite : -Ya!!
Ningún proyectil le dio al dragón (esa era mi idea) gracias a que el tiro fue alterado por el movimiento del barco. Pero con el impacto de las grandes rocas en el agua hizo que este se asustara y basto como para seguir el viaje. Este se sumergió y dejo de molestar. Se olieron suspiros de tranquilidad desde mi tripulación.
Desde mi lado Bocón me regalo una gran sonrisa.
- Eres valioso chico. Yo le hubiera sacado la cabeza a ese feo dragón, pero tu solo lo asustaste. Tienes una gran inteligencia Hipo y me alegro que puedas utilizarla- Dijo Bocón.
-Gracias- solo dije. Pero estaba algo preocupado. Si yo tenía tanta inteligencia, porque estaba por ir y darles a guerra a un pobre pueblo? No entendía que si era tan inteligente, porque estaba por comenzar una guerra?
No entendía. Pero no estaba seguro si quería entender.
Me quede mirando el atardecer. Pero entonces, en el horizonte, una gran mancha con forma de isla apareció. Me quede mirándola, perplejo, sin decir una palabra. Desde donde me encontraba se podía divisar un inmenso castillo. No, inmenso no, era imposible describir su hermosura. Ya desde lejos se lograba ver barcos en el muelle.
Reaccione y grite:
- Todo a babor!!!!!!!! Tierra a la vista! Icen las velas que ya casi llegamos a Arendell!!!-
Me obedecieron soltando gritos de felicidad.
Mas despacio, hablando solo, dije:
- Ya casi. Solo un poco mas y lo logramos.-
Y así, mientras el sol descendía, nosotros navegábamos hacia donde lograríamos dar justicia al hechizo y lograr desencantar Berk.