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La vida de Lauren era rutina, pero le gustaba salir de su casa y dirigirse a las oficinas de telecomunicaciones. Podría hacer su trabajo desde casa y algunas veces hacía eso de quedarse en casa a trabajar.

Su equipo de cómputo un ipad y ya.

El área de trabajó en el edificio era prácticamente una enorme habitación repleta de monitores y fuentes de energia con cables por todos lados.

Cuando todos se iban a comer Lauren se quedaba en su lugar escuchando algún audio libro para su tranquilidad, encontrando paz en el silencio. Hasta que volvían sus compañeros ruidosos y todo el caos llegaba.

Por las mañanas Lauren deslizaba su tarjeta de acceso en la renura den monitor, el guardia en turno la saludaba y Lauren hacia lo mismo, usaba bastón para guiarse y no usaba lentes con frecuencia.

Pero esa mañana Lauren trato de pasar la tarjeta y no pudo. 3 veces.

-Hola? - pregunto en voz Alta sin tener respuesta - Ahí alguien aquí que me pueda ayudar? - Escucho unas risitas y de inmediato supo, no con certeza pero sabía que había alguien riéndose de ella o provocando que Lauren no pudiera acceder al edificio - Genial idiota, no me ayudes - con su mano comenzó a tocar el monitor hasta que sintió una especie de capa sub puesta y la desprendió, no era más que cinta. Pocos metros adelante 2 idiotas, 2 pasantes de 20 años eran los bromistas.

Lauren ingresó molesta, guardo el bastón y sabiendo el camino, tenía memorizada la cantidad de pasos que tenía que dar y en que dirección para ir al elevador. No era que alguien fuer a mover el elevador.

Bromas como esa habían estado surgiendo desde hace unos meses cuando los pasantes llegaron, pero eran acto del sub gerente Robin Tiller, el tipo odiaba a Lauren, lo inteligente que era y que aún a pesar de su ceguera era impresionante en su trabajo. Le tenía envidia.

-Escuche que tuviste problemas con la tarjeta al ingresar - dijo Robin a Lauren.

-No. No tuve problemas - Lauren sonrío en su dirección, había seguido y detectado el sonido de su voz. - Necesitas algo o vas estar husmeando en mis cosas

Robin se quedó quieto, claro que estaba husmeando. Con cuidado quito las manos de las usb y retrocedió un paso. Se excuso y salió.

En otra ocasión Lauren olvidó el almuerzo en casa, tuvo que bajar a la cafetería. No hablemos del ruido que había, se sentía incomoda pero tenía que hacerlo.

Logró llegar a la caja y ordenar dándole la tarjeta a la cajera. Tomó la bolsa con su comida y salió rumbo al elevador. Pero entonces tropezó con algo, era un estúpido bote de basura que la hizo caer.

A lo lejos Robin y los otros dos tontos se reían. Lauren sentía el coraje y la impotencia, se levantó en sus rodillas y comenzó a buscar la bolsa, que había quedado lejos.

-Mierda - gruñó enfadada.

-Estas bien? - Lauren detuvo sus movimientos y su oído trató de recibir el sonido de aquella voz - Te puedo ayudar? - Lauren giro la cabeza hacia la izquierda que era el pasillo de la entrada principal que venía de la calle.

-Sí. - aceptó. No se negaba a la ayuda - en realidad si, tire mi bolsa del almuerzo y no se si tire mi billetera o algo más.

La mujer que había hablado antes se quedó callada por largos segundos. En realidad estaba mirando a Lauren, a sus ojos.

-Dejame buscar - susurró, Lauren se levantó y se quedó en su lugar mientras que la mujer tomaba su bolsa y una pluma que era todo lo que había en el piso. - solo encontré la bolsa y una pluma.

Lauren sonrío.

-La pluma no es mía. - dijo riéndose - Soy ciega así que no puedo escribir. Pero gracias por recuperar mi almuerzo. Me llamo Lauren.

CON OJOS DE AMOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora