capitulo 3

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De repente, el viento sonó con fuerza al chocar con el techo de la cabaña.

Minho caminó hacia la ventana y corrió las cortinas a un lado encontrándose con una fuerte ventisca que azotaba con fuerza la cabaña.

La nieve caía rápida y gruesa hacia el suelo. Minho maldijo por lo bajo, dándose cuenta de que iba a estar encerrado allí por un largo tiempo.

Con el.

— ¿Puedo tocarte?

La pregunta lo congeló.

Minho se giró, y para cuando le respondió, se escuchó a si mismo tartamudeando.

— ¿Q-que dijiste?

— Me preguntaba si es que podía tocarte.

A Minho le martilló el corazón.

— ¿Por qué quieres hacerlo?

El se encogió de hombros, indiferente.

— No lo sé, solo curiosidad. Cómo no puedo ver, utilizo mi sentido del tacto y así puedo imaginar una imagen tuya en mi mente. — le dijo. — ¿Puedo tocarte? — repitió.

Minho permaneció en silencio por un tiempo, debatiéndose a si mismo en qué debía decirle.

Luego la miró, y supo entonces la respuesta.

— Si. — dijo antes de poderse detener.

El sonrió, y extendiendo los brazos para poder localizarlo, caminó hacia él.

Seungmin posó sus manos en su torso, justo debajo de su ombligo y empezó a tantear con la yema de sus dedos a su alrededor.

Los latidos del corazón de Minho aumentaron a medida que las manos de Seungmin iban subiendo.

Sus ojos jamás se separaron de el, mientras que lo miraba con detenimiento, como si quisiera guardar cada fracción de su rostro en su memoria.

Seungmin se acerco más a él. Su cercanía lo ponía nervioso, y sintió un extraño impulso por tocarlo.

Poder sentir la suavidad de su piel al tocarlo.

E hizo que una parte ajena a él le doliese, cuando las pequeñas manos de Seungmin ciñeron sus bíceps, apretándolos.

— Mmh... eres muy fuerte. — dijo mientras seguía tanteando con los dedos alrededor de sus bíceps.

Escalofríos le recorrieron mientras se sentía endurecerse aun más por la necesidad y el deseo.

Necesidad de querer probarlo.

De poder enterrarse en lo más profundo de sus entrañas y oírlo gemir y jadear al mismo tiempo que su húmeda y estrecha entrada lo encerraba hasta no poder más...

El perro gruñó.

Minho lo ignoró mientras continuaba mirándolo. Lo deseaba. De eso no había duda.

Si hubiese sido en otra ocasión, Minho pensaría que lo había estado provocando.

Pero había un toque inocente en el que le decía que sólo quería sentirle. Verle.

Minho no hablo mientras sentía las manos de Seungmin subir hasta su cara.

Acunó sus manos sobre sus mejillas y lo acarició.

— Eres mas alto de lo que creí. — dijo el y le sonrío.

La mano de Seungmin se desvió a sus labios y los delineó con la yema de los dedos.

Inconcientemente, Minho se relamió los labios.

Seungmin pudo sentir la calidez de su lengua rozar contra sus dedos, y deseó poder ver para localizarlo y besarlo.

De repente, Minho se alejó y el dejó caer su mano. Seungmin se quedó quieto, esperando que lo tocara.

Al pasar los segundos se dio cuenta de que no lo haría, y cuando iba moverse, las manos de él acunaron sus mejillas y la atrajo a sus labios.

Minho lo besó con una desesperación que ni el mismo se lo podía creer.

Un beso exigente.

Hambriento.

Salvaje. 

•••

Gracias por leer<3

✧*。tocame ›¡𔘓! knowminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora